Yuridiana Sosa/Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 30 de junio de 2020.- Flores blancas y globos. Tristeza por doquier, a pesar de los aplausos y las porras. En el patio de la sencilla vivienda yacen dos féretros blancos. La adolescente y su bebé.
En San Miguel, Ejutla de Crespo, se respira nostalgia; duelo, rabia. El asesinato de Conchita y su bebé reunió nuevamente a la comunidad para despedirlos y para exigir justicia por el atroz hecho.
El patio donde disfrutaron juntos como mamá e hijo los volvió a recibir, pero ahora dentro de ataúdes blancos, uno junto del otro, rodeados por decenas de amigos y familiares que no daban crédito a lo que veían.
María Concepción A. C., de 17 años de edad, estudiante del Cobao, y su pequeño hijo, Alexander A., de un año con diez meses, fueron calcinados el domingo en el cerro “El Mexicano”, de ese municipio de Valles Centrales.
Martes al mediodía, el pueblo zapoteca de luto. Jóvenes, niños, adultos y personas de la tercera edad rompieron la cuarentena e inundaron la casa de la adolescente; flores y globos blancos simbolizaron la dolorosa despedida de las jóvenes vidas, una apenas comenzaba.
Sobre la calle, la música de banda tocaba canciones de duelo y despedida para Conchita, como la conocían en su pueblo, y donde la vieron por última vez el pasado domingo a bordo de un mototaxi junto con su bebé, según las primeras investigaciones.
Antes de darle el último adiós, el silencio que invadía el patio aglomerado de rostros desencajados se rompió ante el grito de una joven mujer frente al ataúd de María Concepción.
“¡Justicia para Conchita!, ¡justicia para Alexander!”, pronunció la joven, a quien los asistentes le replicaron. Después, también vinieron las porras para madre e hijo y a pesar del dolor, también brindaron por las alegrías que Conchita y Alexander.
La joven madre es una de las 30 víctimas de feminicidio en Oaxaca durante la contingencia sanitaria, donde el grado de violencia contra las mujeres se agrava y la justicia se hace más lenta y dolorosa.
“Nos llena de dolor, nos llena de tristeza este tan lamentable acontecimiento. Alexander no debía ser torturada de esa manera.
“Le pido a Dios que esta lamentable acción tenga una justicia. Mi amigo Juan, señora Martha, tienen mi respaldo y siempre les apoyaré”, las palabras del edil.
“¡Viva Conchita! ¡Viva Alexander! ¡Justicia! “¡Triqui tri-tri, ra! ¡Triqui tri-tri, ra!” ¡Conchita, Conchita, ra-ra-ra!… Una “Diana” y fuerte aplauso cerraron el triste día de despedida final para la adolescente y su bebé.
