Evlin Aragón/Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 3 de julio de 2020.- Ante la permanencia de contagios por Covid-19 en la entidad oaxaqueña, que se mantiene en semáforo rojo con cinco mil 671 casos confirmados y 613 defunciones, la Arquidiócesis de Antequera encabezada por el arzobispo Pedro Vázquez Villalobos, pidió a comunidad católica mantener las medidas sanitarias emitidas por las autoridades estatales y federales.
Lo hizo a través de un comunicado en el que urgió a todas y todos a cuidarse debido a que la pandemia no cesa y es indispensable el cuidado de individual y colectivo para frenar el número de contagios que no hace otra cosa más que subir en los últimos días.
“Es necesario que tomemos conciencia todos de la urgente necesidad de cuidarnos, la pandemia no cesa, tampoco nosotros debemos descuidar nuestra persona y a los que nos rodean y con quienes nos encontramos”, refiere el documento.
En el mismo reconoce que aún existe un importante número de feligreses que no creen en la existencia del virus, sin embargo, pidió a la población actuar de forma responsable ponderando el cuidado y la oración por quienes padecen la enfermedad, familiares, personal médico y de enfermería.
Al respecto y con la intención de fomentar la oración entre la comunidad católica, invitó a los sacerdotes para que el próximo domingo 5 de julio repiquen las campanas de las iglesias y capillas en punto de las 12:00 horas, y se disponga de un tiempo para rezar por quienes padecen de alguna forma la pandemia.
“Pido a mis sacerdotes que el próximo domingo en toda la Arquidiócesis, repiquen a las 12 del día las campanas de todo los templos y capillas, para tener un momento de oración en el lugar donde nos encontremos; por los que han muerto, por lo que están luchando para recuperar la salud, por las familias que sufren el dolor de un enfermo y la pérdida de un ser querido, por toda persona que atiende a los enfermos”, refiere.
El llamado lo extendió a toda la comunidad católica a la que invitó a unirse en oración desde sus viviendas a partir del repique de las campanas, con la esperanza de pronto celebrar la misa y eucaristía de forma presencial en cada uno de los templos.