Redacción/Zona Roja Cdmx. Foto: Expansión
Ciudad de México, 18 de julio de 2020.- El ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya, fue entregado por la justicia española sano y salvo. Pero al llegar a México, fue reportado como “enfermo”… para no pisar la cárcel.
La madrugada de ayer, en un presunto montaje, al menos cinco unidades de motor blindadas llegaron al Reclusorio Norte; diversos medios de comunicación tomaron fotografías y videos del supuesto Lozoya, pero en realidad se trató de un montaje, pues nunca llegó al penal.
La Fiscalía General de la República justificó que presenta un cuadro de anemia y problemas de esófago, por lo cual fue internado en el Hospital Ángeles de El Pedregal.
De acuerdo con diversas fuentes, el tiempo que dure en tratamiento servirá para consolidar acuerdos de colaboración con el Ministerio Público federal, lo que permitirá reducir a su mínima expresión las sentencias que se pudieran dictar en su contra.
Esto, aprovechando los criterios de oportunidad que considera el nuevo sistema de justicia penal, al aportar elementos de prueba para perseguir a implicados en otros casos de corrupción o desvíos de recursos públicos, con lo cual podría convertirse en testigo colaborador y no ser perseguido por otros delitos en los que hubiera participado, señalaron funcionarios federales.
La Fiscalía General lo trasladó alrededor de las tres de la mañana en un helicóptero del hangar que posee en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) a un hospital para recibir atención médica.
Para realizar los procedimientos jurídicos luego de la extradición de Emilio Lozoya, un convoy de camionetas con policías, peritos y agentes del Ministerio Público arribaron al hangar a las 21:25 horas del jueves. El abogado del imputado, Miguel Ontiveros, lo hizo a las 22:40.
Esto luego de que el ex funcionario había partido a las 10 de la mañana del jueves de Madrid, España, hacia México, en un avión Bombardier Challenger 605, matrícula XB-NWD. El vuelo duró 12 horas con 44 minutos.
Tras su aterrizaje en la ciudad de México, la FGR aplicó el protocolo correspondiente en el que el Ministerio Público federal le leyó sus derechos y le informó que se le estaban ejecutando las órdenes de captura por los casos Agronitrogenados y Odebrecht, y que desde ese momento quedaba detenido.
Lozoya Austin, según las investigaciones, recibió sobornos por más de 10.5 millones de dólares por beneficiar a la empresa brasileña –por contactar a sus representantes con empresarios y políticos mexicanos, así como otorgar contratos de manera directa–.
También más de dos millones de dólares por haber adquirido con sobreprecio de 200 millones de dólares la empresa dedicada a producir fertilizantes a la compañía Altos Hornos de México, de Alonso Ancira, también detenido en España y sujeto a juicio de extradición a petición de autoridades mexicanas.
A la espera del programado traslado de Lozoya al Reclusorio Norte, afuera del hangar de la Fiscalía y en inmediaciones del centro penitenciario, aguardaban decenas de representantes de los medios de comunicación, que tomaron cientos de imágenes de un individuo que no era Lozoya.