Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 18 de julio de 2020.- La dependencia Servicios de Salud de Oaxaca ha sido semillero de nuevos millonarios cada sexenio y el que encabeza Alejandro Murat Hinojosa no es la excepción.
Lo que sí es la excepción es que se trata de un gobierno estatal al que poco le interesa la salud de los oaxaqueños, pues en tres años y medio de gobierno, lleva cuatro titulares, dos de ellos sin profesión relacionada con la medicina, y nulas obras.
Gabriela Velásquez Rosas inició en diciembre de 2016, pero tuvo que dejar el cargo ante tantos visos de corrupción que percibió; Celestino Alonso Álvarez, que desconocía absolutamente el manejo de la dependencia, tomó el puesto en abril de 2017; en enero de 2018 entró Juan Díaz Pimentel, que por insultar a sindicalizados duró poco más del mes, y Donato Casas Escamilla, que desde marzo pasado ya lo quieren quitar de la titularidad y ha tenido que recurrir hasta a las artes brujeriles para defenderse.
Lo novedoso en este sexenio también es la pandemia por Covid-19, que tiene derrotado ya a los Servicios de Salud: sin medicinas, sin equipos, sin dinero, sin obras… sin trabajadores sindicalizados.
De los cuatro últimos sexenios, los priistas José Murat Casab y Ulises Ruiz Ortiz, han sido señalados de corrupción y desvío de recursos; el último, de construirse un hospital, el “Sedna”, en la Ciudad de México, con dinero de los oaxaqueños.
Con todo y sus arrebatos, Murat Casab dejó obra pública visible, entre ellas las universidades regionales y los distribuidores viales; lo mismo Ulises Ruiz, que le apostó a los hospitales.
Con Gabino Cué y la supuesta alternancia de izquierda, el discurso de corrupción hacia sus antecesores fue la constante, particularmente en el sector salud; cotidianamente se quejaba de haber heredado un centenar de hospitales sin terminar, cifra no del todo real.
Pero pasaron los seis años de la transición y en la cárcel sigue –muy enfermo, por cierto– Germán Tenonio Vasconcelos, que llegó a presumir avión, motocicletas de lujo y viajes al extranjero.
Hoy, todos lo tienen abandonado… por una migaja millonaria que supuestamente desvió, mientras que de los miles de millones nadie habla. Con Cué, por cierto, han sido mucho más las denuncias de corrupción en diversas secretarías.
Huelga decir que, aunque es un tema del sector salud, el extinto Seguro Popular y ahora Insabi, es aparte, debido a que funcionaban como organismos separados y que manejaban un presupuesto estratosférico, del cual se aprovecharon todos los funcionarios del área, sobre todo con Cué Monteagudo; si no, pregúntenle a Rogelio Hernández Cázares, hoy próspero empresario, dueño de casas y hoteles en la capital y funcionario estrella de la 4T a nivel nacional.
En el tema del sector salud, cada año la dependencia recibe alrededor de dos mil 500 millones de pesos; sin embargo, el dinero se esfuma, supuestamente en el pago de trabajadores, y no alcanza ni para medicinas ni para equipamientos ni para nada.
Los Servicios de Salud, al mando del ejuteco Casas Escamilla, ha sido señalado frecuentemente por sindicalizados y hasta directivos de hospitales, además de los usuarios de los servicios, de nula atención a la problemática del Covid.
Fue épica la confrontación que mantuvo, liderada por el gobernador Alejandro Murat, con los responsables del Hospital Civil “Dr. Aurelio Valdivieso”, por el supuesto robo de equipos, que al final quedó aclarado que no fue tal.
Son múltiples los paros, protestas y reclamos en hospitales, no sólo en la capital, sino también en Tuxtepec, en Juchitán, Ciudad Ixtepec, Salina Cruz, Tehuantepec, Pochutla, Pinotepa, Hujuapan, por mencionar algunos, a falta de equipos y materiales.
El más claro ejemplo de la situación de abandono del sector salud es el nosocomio general “Dr. Macedonio Benítez Fuentes de Juchitán de Zaragoza”, en que primero paralizaron labores por tres días, hace una semana, ante casos sospechosos de Covid.
La situación se confirmó, y hace una semana, la dependencia gubernamental reconoció que aproximadamente 170 trabajadores del sector salud resultaron positivos al nuevo coronavirus, por lo que de nuevo ese hospital fue puesto en cuarentena.
Al cúmulo de desgracias y abandono se suman las exigencias de la Sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud –que por cierto usa al Covid en su proceso de elección de dirigencia—y la acusación de irresponsabilidad por parte de funcionarios estatales de la dependencia.
Quieren bonos, más vacaciones para personal que lucha contra la pandemia, pago de uniformes en efectivo y no en especie y una larga lista de requerimientos.
Hace dos semanas, Oaxaca pasó, de manera irresponsable, al semáforo naranja, y con ello el inicio de actividades no esenciales.
Grave irresponsabilidad de la Federación como del gobierno de Oaxaca, pues justamente en la primera semana los casos se multiplicaron y hoy nadie puede frenar los contagios, mientras varios municipios comienzan a ampliar sus panteones ante la gran cantidad de muertos.
Los Servicios de Salud ocultan las cifras tanto de positivos como de fallecimientos y eso, tarde o temprano les explotará, para mal de sus funcionarios y de los oaxaqueños.
Recientemente, la senadora morenista Susana Harp fue designada como enlace del gobierno federal para atender la pandemia; pero desconocedora del tema, poco ha hecho para gestionar recursos financieros hacia Oaxaca.
Y los que ha logrado, han sido a través del Instituto Nacional de Salud Bienestar, que, por supuesto, no dejará en manos del muratismo las adquisiciones y el presupuesto para combatir la enfermedad, cuya situación en los próximos días será verdaderamente grave.