Ismael García/Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 10 de agosto de 2020.- Desde hace casi dos semanas no aparece en público y en la más reciente sesión virtual de Cabildo, no participó.
A Oswaldo García Jarquín no se le ve por ningún lado y el desastre de su gobierno es cada vez más evidente, en más de año y medio de mandato del morenista, que se perfila al fracaso.
Hasta hace apenas dos meses, buscó afanosamente, incluyendo en la ciudad de México, el respaldo de funcionarios y políticos a nivel federal; en la entidad, únicamente ha solicitado el apoyo de delegados de dependencias del gobierno de la Cuarta Transformación.
La razón: quería repetir en la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez, o en su defecto, a una diputación local. Pero ni uno ni otro, pues sus resultados son más que negativos en todos los aspectos. En el colmo, desde varios días literalmente abandonó el gobierno municipal.
En un artículo pasado se detalló el origen empresarial de García Jarquín y sus nulos roces con y relación con la población de carne y hueso; poco ha hecho para remediar esa situación.
¿CUÁL SEGURIDAD?
La lista de su desastre es larga:
* El fracaso principal, la seguridad: de acuerdo con información recabada por ZONA ROJA, en los primeros seis meses de 2020, la capital acumuló la comisión de 19 homicidios dolosos y 355 lesiones dolosas, según informes oficiales.
El 53 por ciento de los homicidios se cometieron entre los meses de abril y junio, es decir, durante el periodo declarado de contingencia sanitaria por covid-19 en México a finales del mes de marzo; 13 de los homicidios los realizaron con el uso de arma de fuego.
En la semana que terminó, por lo menos cinco personas estuvieron a punto de ser linchadas, principalmente en las agencias de San Martín Mexicápam, San Juan Chapultepec y Santa Rosa Panzacola, ante la creciente irritación social por falta de seguridad.
También la semana pasada, resurgió la inconformidad policial, por escaso apoyo en equipos de seguridad ante la pandemia por Covid; en lugar de atender el caso, la autoridad municipal respondió con amago de detenciones a quienes han denunciado.
BATALLA PERDIDA
* El combate al nuevo coronavirus es otra batalla perdida; apenas este domingo 9 de agosto, se registraron 29 casos positivos y hasta esa fecha se acumulaban tres mil 73 confirmados; el que más se le aproxima en números, es Tuxtepec, con mil 194.
Y el descuido ha sido más que evidente; al inicio de la pandemia invirtió millones de pesos para adquirir al menos cuatro cabinas policiales, supuestamente para vigilar los accesos, tomar la temperatura a quienes ingresan, revisar que no entraran a la ciudad personas con síntomas; duró pocas semanas. Las unidades siguen en los principales accesos pero muy de vez en cuando se colocan los policías, sólo para observar el paso de las unidades de motor.
También al inicio, había asignado policías a patrullar y vigilar el Centro Histórico y sus sitios públicos, para evitar reuniones masivas; hoy abandonó esa labor, que realiza la Policía Estatal.
En absoluto hay personal del ayuntamiento en los principales sitios orientando a la población acerca de las medidas de sanidad, otorgando gel o proporcionando cubrebocas.
Las despensas que repartía en las colonias, no duraron ni dos meses y sólo fue una vez por familia; aunque había miles de bolsas con productos básicos resguardadas en bodegas, nadie sabe dónde terminaron. ¿La Central de Abasto?, igual, con la grave situación de la pandemia y el abandono.
* El ambulantaje regresó en medio del semáforo rojo y con más fuerza, también sin medidas de sana distancia, y viola hasta los acuerdos del ayuntamiento; por ejemplo, antes de la pandemia, los informales del Andador Turístico se deberían instalar después de las tres de la tarde; hoy son cada vez más y se instalan desde temprano.
Otro ejemplo: los instalados en la primera calle de Flores Magón ya comenzaron a dar vuelta a la calle y abarcan espacios de la segunda calle de Las Casas; en pleno Centro Histórico.
El portal del Palacio de Gobierno y el corredor del zócalo de enfrente, de fiesta y cada vez más grandes los puestos; copado totalmente el sitio, con excesiva tolerancia hacia organizaciones que invadieron desde hace meses.
La calle Gurrión, a un costado de Santo Domingo de Guzmán, también invadida y en crecimiento, al igual que la calle de Alcalá, junto al Centro Cultural Santo Domingo, que ya dobla la esquina del inmueble. No hay control, mucho menos acciones preventivas ante la pandemia.
* La lista es larga y está también el aspecto social; desde hace dos semanas comenzaron a resurgir las inconformidades por la nula atención a la obra pública en colonias y agencias de la zona norte; dos semanas en que no hubo atención por parte del ayuntamiento, mucho menos del edil García Jarquín, ausente.
No se ha visto ni en comunicados de prensa, la obra pública; por el contrario, la autoridad alega falta de recursos financieros.
Ni siquiera ha sido capaz de atender a los damnificados por el incendio de locales en el Mercado de Abasto, pues continuamente hay protestas; en el colmo, los colocó en un área provisional, bajo una amplia lona, que les ha querido cobrar a los afectados.
¿EN DÓNDE ESTÁ?
Nadie sabe en dónde anda el edil capitalino y las especulaciones surgen de inmediato; se perdió en el alcohol, tiene Covid, ya está decepcionado del gobierno… son los rumores, a falta de información oficial.
La realidad es que Oswaldo García Jarquín ya se sintió derrotado y ya le informaron que no tiene ninguna esperanza para aspirar repetir en la presidencia municipal o una diputación.
No tiene ninguna simpatía con los diputados locales por Morena, mientras que de los federales, sólo tiene el respaldo condicionado de Azael Santiago Chepi, su compañero de farra, por cierto.
Tan decepcionado está que ordenó ya reducir al mínimo los pagos publicitarios a medios de comunicación, lo que le acarreará una mayor cantidad de críticas.
Tan decepcionado está que tiene abandonado el ayuntamiento y los funcionarios municipales hacen lo que pueden, o no hacen nada.
Su constante violación a la ley y agresiones al género femenino como es el caso de Jaqueline Escamilla Villanueva, le granjearon las antipatías del gremio de feministas y del propio gobierno federal. Oswaldo García Jarquín ya se siente derrotado, y está derrotado.