Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 28 de septiembre de 2020.- Oaxaca es de los estados donde el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha recibido un importante respaldo en su proyecto de Cuarta Transformación; sus seguidores no le fallan, aún.
Es también la entidad del país que más ha visitado, en al menos 15 ocasiones durante casi dos años, y ya prepara su regreso.
Sin embargo, donde parece que el mandatario le ha fallado a los oaxaqueños es en la desatinada designación de algunos funcionarios federales, quienes a pesar de ser oriundos del estado, han mostrado olvido, desdén y hasta apatía para solucionar las demandas del estado en sus diferentes ámbitos.
Una clara muestra es la del director general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Luis Antonio Ramírez Pineda.
Primero, fue discreto en su traición al partido en que nació, el Revolucionario Institucional, y mantuvo también discreto apoyo a la campaña de López Obrador.
Desde noviembre de 2019 en que tomó posesión, al hijo del ex gobernador Heladio Ramírez, nada más no se le ve por Oaxaca; durante los seis meses de la pandemia por Covid-19, el titular del ISSSTE ha mantenido “su sana distancia” con los oaxaqueños a pesar de las diferentes manifestaciones por falta de insumos para combatir la contingencia.
Sólo se recuerda que hace más de un año, en enero de 2019, se reunió con titulares de clínicas y hospitales de Huajuapan de León, Pinotepa Nacional, Puerto Escondido, Tehuantepec, y Tuxtepec; también presumió que platicó con derechohabientes y trabajadores del Hospital Regional “Presidente Juárez”, nosocomio de la capital que agonizó por las diferentes necesidades durante la contingencia.
El oaxaqueño mantiene sobre sus hombros cientos de reclamos de los trabajadores del ISSSTE en la entidad, quienes además de acusar las pésimas condiciones en las que laboran antes y durante la pandemia de Covid-19, también exigen cumplimiento a derechos como trabajadores.
Las protestas de este sector no han cesado y recientemente los médicos y enfermeras volvieron a colgar lonas en los centros hospitales para exigir cumplimiento a sus demandas.
Justamente ha sido durante la pandemia por Covid en que las protestas han crecido, pero eso a Luis Antonio Ramírez Pineda no le importa.
OTRO EN SALUD
Otro oaxaqueño que ha pasado de noche su cargo para los oaxaqueños, es el titular de la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad, Gustavo Reyes Terán, que tomó el cargo en octubre de 2019.
En su responsabilidad se encuentra el Hospital Regional de Alta Especialidad de Oaxaca, que en mayo de este año durante la pandemia de Covid, una parte de ese nosocomio ubicado en San Bartolo Coyotepe, se declaró en cuarentena para protección del personal médico y de los usuarios.
Éste, de la familia de los Reyes Terán, optó por la medicina y la academia, a diferencia de sus hermanos que decidieron por la política. Pero aún así, sólo se le recuerda una intervención por el nosocomio de Oaxaca.
Fuera de ello, en particular durante la pandemia, jamás se le ha oído hablar de los apoyos que requiere el hospital de primer nivel ubicado en Coyotepec, a pesar de sus graves carencias y que ha sido el principal receptor de pacientes Covid.
Por cierto, el doctor Gustavo forma parte del selecto equipo de Hugo López-Gatell, pero ni así ayuda a Oaxaca.
Y EN EL INPI
Las quejas también llegaron para el titular del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), Adelfo Regino Montes, oaxaqueño que ha defendido el proyecto de la Cuarta Transformación desde la campaña de López Obrador.
Si bien el año pasado destacaron los trabajos en materia de obra pública, con la construcción de caminos pavimentados a cabeceras municipales, fuera de ello no se ven más apoyos extraordinarios.
Por el contrario, ha sido acusado de azuzar conflictos en su natal Santa María Alotepec, según un grupo de mujeres privadas de su libertad el año pasado.
En una carta pública para el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, las autodenominadas “víctimas de la autoridad municipal y de Adelfo Regino Montes” hicieron responsable al servidor público federal, porque “manipula” a las autoridades municipales.
En febrero de este año, desde el Congreso de Oaxaca señalaron presuntos actos de corrupción en el INPI en el Centro Coordinador de Pueblos Indígenas en la Mixteca, para aplicar los recursos públicos del Programa de Caminos Pavimentados a Caminos Rurales.
También hizo el señalamiento la diputada federal Margarita García, pero Adelfo Regino Montes se deslindó de cualquier acto de corrupción en el organismo creado en este sexenio. Particulares además acusaron favoritismo en la asignación de obras en el INPI de Oaxaca.
Las organizaciones sociales se han manifestado en las oficinas federales en la capital oaxaqueña para exigir recursos para las comunidades indígenas que representan.
Se le relacionó además por presuntamente azuzar el conflicto por el agua en San Pedro y San Pablo Ayutla, con sus vecinos de Tamazulápam del Progreso, el cual, por cierto, no se ha resuelto ni con la intervención de López Obrador.
Este año se ha hablado poco de los caminos pavimentados y no hay más recursos extraordinarios para seguir la labor. En tanto que los cuestionamientos de las comunidades indígenas en un momento arreciaron también contra Adelfo Regino, principalmente en la región del Istmo, por nulas o escasas consultas para megaproyectos como las eólicas y ahora el corredor transístmico.
¿Y LA SENADORA?
La senadora de la República Susana Harp Itubarría, también ha recibido diferentes críticas y reclamos frente al cargo especial que recibió en medio de la contingencia de Covid, para lo cual dejó por unos dos meses su curul a la panista Concepción Rueda Gómez, pero luego regresó a ocuparlo.
El presidente de México la nombró como superdelegada de salud para coordinar las tareas de combate contra el Covid-19 en Oaxaca, labor que divide con su función en salud, sin tener la especialidad médica.
Pero su ejercicio en el cargo ha sido poco visibilizado en la sociedad, quienes se preguntan qué hace para garantizar mejores atenciones en servicios de salud y para prevenir contagios en la población; qué gestiona, a quién escucha, cómo atiende o canaliza, qué ha logrado, son las preguntas al aire.
Con poca empatía, con rechazo a la prensa, la senadora con licencia ha dicho, casi entre dientes, que en Oaxaca se habilitaron el número suficientes de camas para atender a los pacientes que padecen Covid-19, pero el problema era la falta de médicos.
Para ella, las condiciones en Oaxaca frente al Covid avanzan para bien, sin embargo, la entidad ha presentado retrocesos en el semáforo epidemiológico por el alto número de contagios.
Hay varios oaxaqueños más en cargos menores en el gobierno federal, pero ellos dejaron de acordarse de Oaxaca. Así que, con esos funcionarios de la 4T, para qué quieren los oaxaqueños más enemigos. El apoyo suficiente, el cambio prometido, por lo pronto, no se ve nada cercano.