Ismael García M./Zona Roja. Fotos y video: Othón García Díaz
Oaxaca de Juárez, Oax., 22 de octubre de 2020.- No fue con violencia, como acostumbran. No fue como lo hicieron la semana pasada en el zócalo, en que robaron mercancía de indígenas triquis y se echaron a correr.
No. Ahora fue sin violencia pero sí inhumano… pero en contra de un anciano, de 83 años de edad, que buscaba el sustento diario con la venta de unas sillas de madera, en las inmediaciones de la Alameda de León de Oaxaca.
Ocurrió alrededor del mediodía de este jueves, en la calle Valdivieso del Centro Histórico de la capital, en que inspectores del ayuntamiento capitalino le quitaron su “diablito” con unas cinco sillas de madera a don Francisco Flores Guadalupe, originario de Veracruz.
La oportuna transmisión en vivo, a través de Facebook, del reportero Othón García Díaz, documentó el trágico suceso.
Los tres inspectores, reacios, se limitaron a hacer su trabajo. Uno de ellos sólo dijo que el señor vendía sus sillas sin tener su credencial de vendedor ambulante, por lo cual se le levantó un acta y la infracción, y le dijeron el domicilio donde podría recogerlo.
“Lo que pasa es que al señor se le hizo la invitación; nos comentó que iba al baño, efectivamente fue al baño, nada más que el centro es cero tolerancia, únicamente con gente con gafete. El señor iba a vender, se le explicó y me dijo que ya se iba a ir y empezó a vender nuevamente”, justificó un funcionario.
Pero el señor tiene problemas con el oído. La denuncia comenzó a cobrar fuerza en las redes sociales y desde el mismo momento de los hechos comenzaron a llegar los reclamos.
“Oigan, pero están cometiendo una injusticia, el señor está trabajando, no está pidiendo… ¡ojalá y nunca les pase lo mismo”, reclamó una mujer en la vía pública.
En un comunicado, el gobierno que preside Oswaldo García Jarquín argumentó:
“En la Alameda de León, exhortaron a un ciudadano de 83 años de edad, proveniente del municipio de Soledad Atzompa, estado de Veracruz, a retirarse del lugar por no contar con un permiso de la autoridad municipal para expender sillas de madera y por no cumplir con la disposición del Cabildo que obliga al uso de cubrebocas en todo el territorio del municipio, ante la pandemia de Covid-19”.
Finalmente, por la noche y tras la presión social, el ayuntamiento circuló un documento en que “perdonó” a don Guadalupe, le devolvió sus pertenencias y, magnánimo, dijo que no pagaría ninguna multa.