Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 9 de noviembre de 2020.- La instrucción a los titulares del gabinete legal y el ampliado fue breve y no mediante documentación oficial: los secretarios de Finanzas y de Administración se pondrán en contacto con ustedes para definir la reducción de personal de confianza en sus respectivas áreas.
Ese fue el mensaje enviado por WhatsApp a los responsables de las dependencias, que así darán inicio en los próximos días al adelgazamiento del aparato burocrático, pero de personal de confianza, porque los de base son intocables.
Sin embargo, son precisamente los trabajadores de contrato-contrato, contrato-confianza y confianza los que sacan el trabajo, principalmente durante esta etapa de confinamiento, en que alrededor de 13 mil empleados de base permanecen en sus casas.
“La pandemia nos ha demostrado que no pasa nada, ¿no?, el aparato de gobierno está caminando, no se han detenido las actividades administrativas”, espetó el gobernador Alejandro Murat a sus colaboradores cercanos, para reforzar su plan de despidos.
Fue el pasado 28 de septiembre en que Murat hizo el anuncio mediante una entrevista a un medio radiofónico; “lo importante es generar ahorros. Quiero decir que va a ser en el área de trabajadores de confianza; al sindicato de burócratas no se le estará tocando, pero sí necesitamos hacer ajustes muy importantes”, dijo en ese entonces.
A casi mes y medio del anuncio, finalmente iniciarán los trabajos, pero ¿habrá plena transparencia y efectiva limpia en áreas con exceso de burócratas de confianza? ¿Se tocará a los amigos y recomendados? ¿Tocarán también los sueldos de secretarios y directores, que en algunos casos llegan a 300 mil pesos, en su mayoría de bonos que se entregan con absoluta discreción?
El primer análisis que debía o debió hacer la Secretaría de Finanzas, es acerca de distintas áreas que simplemente son entes extraordinarios que sólo sirven para engrosar la burocracia, pues en efectividad desde hace mucho no se sabe nada de ello.
Sin embargo, Vicente Mendoza Téllez, está más ocupado en sentirse orgulloso de ser de las muy pocas personas en el mundo que se contagian dos veces de Covid-19, y todavía lo difunden en redes sociales; en ambos casos, ha estado fuera de circulación por aproximadamente un mes.
Con ello, se demuestra en primer lugar que esa secretaría también funciona con poco personal, aunque la mayoría de los mandos medios no supo qué hacer ni qué decidir mientras su jefe estaba en supuesto confinamiento.
Hay, por cierto, multitud de quejas por el trato despótico de Vicente Mendoza y sus subsecretarios hacia autoridades municipales y de las demás dependencias del gobierno, a quienes hace esperar por meses para aprobar un trámite.
Está también la Secretaría de Economía, que encabeza Juan Pablo Guzmán Cobián, que en absoluto hace algo por la economía de la entidad; qué decir de Secretaría de Bienestar de Oaxaca, cuya responsable, Yolanda Martínez López, está más preocupada por su candidatura en la Mixteca que en combatir la pobreza; es más, no hay dinero estatal para esa instancia, pues todo lo absorbió la instancia federal, que no comparte nada con los funcionarios de la entidad.
La lista es larga; está por ejemplo el Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, responsable de manejar el dinero de la seguridad para el estado y algunos municipios.
Pero su titular, José Manuel Vera Salinas (que por cierto contrajo el Covid en una megafiesta en la Casa Mixteca de Huatulco y no pasó una semana y ya andaba en actos públicos), está más ocupado en su campaña política, con recursos públicos, para buscar la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez, sueño que por supuesto está muy lejano.
Por cierto, está por desaparecer el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, y tras ello, su similar estatal.
Está igualmente el Fideicomiso para el Desarrollo Logístico del Estado de Oaxaca, que se contrapone con lo que hace Economía, pero de ambos no se hace un solo ente; algo similar ocurre con el BanOaxaca, que sólo se dedica a tramitar créditos empresariales, tarea que también corresponde a Economía y no lo hace.
Es larga la lista de áreas que pueden desaparecer, sin que signifiquen despido masivo de empleados, en plena pandemia y crisis laboral.
Claro, sí es importante reducir el aparato burocrático del gobierno para tener ahorros, pero, insistimos, ¿lo hará con los “yupies” y recomendados? Ahí está la Secretaría General de Gobierno, otro caso, que es otra enorme pista de aterrizaje.
El gobernador podría también poner el ejemplo y poner a la venta un helicóptero y un avión que tiene a su servicio, y que sigue ocupando, con altos costos en mantenimiento, personal y combustible, sin cumplir lo que ofreció hace unos dos años, que utilizaría transporte público aéreo.
Bien haría también en llamar la atención a su secretario de Finanzas, no solamente por subejercicios, sino también por múltiples irregularidades detectadas por parte de la Auditoría Superior de la Federación en el presupuesto 2019, en un monto de casi cercano a los mil 500 millones de pesos.
Y, por otra parte, de acuerdo con diversas fuentes, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha sido magnánimo con Alejandro Murat, con quien tiene un acuerdo político más que administrativo, y no ha dejado de suministrar, mes con mes, las participaciones presupuestales.
Pese a ello, hay subejercicios; apenas este lunes, el diario “El Imparcial” dio a conocer que a septiembre de este año, diversas instancias han dejado de ejercer un total de 15 mil 500 millones de pesos de presupuesto, lo cual es un crimen en plena pandemia por Covid y en plena crisis económica.
Detalla, por ejemplo, que la Secretaría de Finanzas no ha ejercido alrededor de mil millones de pesos; el Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, 173 millones de pesos; la Secretaría de Salud, tres mil 492 millones de pesos; el IEEPO, mil 594 millones de pesos…
Sí, el aparato burocrático debe ser adelgazado, pero comenzando con los recomendados y los hijos y sobrinos de los políticos y funcionarios que no hacen nada.
Alejandro Murat debiera también hacer un alto y poner orden administrativo y financiero; además, desaparecer varias instancias públicas que no sirven para nada y, por supuesto, bajarle los onerosos sueldos a sus funcionarios de primer nivel. ¿Lo hará en vísperas del cuarto informe de gobierno?, difícil, pues tiene el tiempo encima.