Evlin Aragón/Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 28 de noviembre de 2020.- Debido a la pandemia de Covid, este viernes se llevó a cabo de manera virtual la ceremonia de entrega del Premio Nacional de Periodismo 2019, conducida por la periodista Carmen Aristegui, mediante la cual fueron reconocidos los ganadores y ganadoras del certamen que recibió un total de mil 290 trabajos.
Es la primera vez que las mujeres galardonadas superaron en número a los hombres; la más reciente emisión del premio reconoció las historias sobre desapariciones, problemas ambientales y minorías indígenas, además de la trayectoria de Alma Guillermoprieto por su labor de dimensión internacional, marcada por la honestidad, la humildad y el compromiso.
Durante la ceremonia en la que participó el rector de la UABJO, Eduardo Bautista Martínez, la presidenta del jurado calificador, la periodista oaxaqueña Soledad Jarquín Edgar, aseguró que se premió a los mejores dentro de los mejores, mismos que representan una muestra de la calidad del periodismo en México, el cual se sobrepone a dos grandes retos: la inseguridad y la precariedad.
De acuerdo con la comunicadora , los trabajos postulados reflejan al 2019, puesto que muestra un país que se duele por la violencia generalizada y específica contra las mujeres, que mantiene grandes rezagos y pobreza que sigue lastimando, sin dejar de lado la indolencia de quienes desde distintos poderes disponen de los recursos públicos en perjuicio de la población.
Pero también quedó registrada la esperanza, alegría, confianza y esfuerzo de hombres y mujeres que desde distintos lugares y ámbitos construyen con sus aportes, lo anterior dijo refleja que en México gana terreno el periodismo que cuenta la vida de las personas lejos del poder o los poderes.
“Es una transformación que ciertamente resulta incómoda y molesta a los poderes, sobre todo al político, de ahí que este viejo y noble oficio de informar les parezca peligroso. Por ello honramos la memoria de nuestra compañeras y compañeros asesinados y rechazamos la impunidad que prevalecen cada uno de los casos”, sentenció.
Finalmente refirió que la violencia contra las y los periodistas es un signo de los malos tiempos que se viven actualmente, sin embargo, el periodismo de calidad que se reconoce con el Premio Nacional seguirá denunciando e incomodando a quienes aprovechándose del poder, lastiman a las y los mexicanos.
Los trabajos premiados fueron: “Los jornaleros forenses”; “Virgilio Caballero, la voz de los Sin Voz”; “A cinco años de derrame de Tóxicos en el río de Sonora”; “Cochoapa: donde morir es redundante”; “Yumanos, los indios más olvidados de México”; “Energía limpia, contratos sucios”; “Cuatro ciénegas, principio de vida”; “#Metoo y el feminismo antes de Twitter”; así como la caricatura Libertad periodística; y la fotografía titulada Crisis humanitaria rebasa al gobierno.
Dentro de ellos destacó con mención honorífica la oaxaqueña Diana Manzo, quien en cobertura multiformato presentó una amplia investigación que retrata la realidad a la que se enfrentan comunidades indigenas del Istmo de Tehuantepec que están siendo afectadas debido a la instalación de proyectos de energía eólica.
Durante la ceremonia, dedicó su premio a las y los periodistas que han sido asesinados derivado de su ejercicio periodístico, particularmente aprovechó para exigir justicia por María del Sol Cruz Jarquín a más 30 meses del ataque armado que le arrebató la vida en el municipio de Juchitán de Zaragoza.