Ismael García M.
Oaxaca de Juárez, Oax., 7 de julio de 2019.- Se sintió bendito entre las mujeres. Y por el dedo elector. La mañana del domingo fue para Alejandro Avilés Álvarez, no para “Alito”.
La estrella, el diputado local por el PRI, no Alejandro Moreno Cárdenas.
Entre los suyos, o las suyas, sus leales. Mujeres que ofrecieron un desayuno a quien busca la dirigencia nacional del Revolucionario Institucional, pero que se volcaron en elogios al ex secretario General de Gobierno, que fue destituido por usar un helicóptero oficial para trasladarse a una playa de la Costa.
A las nueve de la mañana fue la cita. Elegantes, “fifís” todas. Ataviadas con trajes de cada región, pero no cualquier traje. De marca, de los caros, no de los sencillos que venden en cualquier puesto de la esquina.
Ahí estaban las avilistas: María Luisa Matus Fuentes, Rebeca Cervantes, María del Carmen Ricárdez Vela, Raquel Alberto, esta última que alguna vez fue fiel a Ulises Ruiz, por más de un sexenio.
Los elogios para Avilés, que se regodeaba. Al lado de “Alito”, reía, hablaba al oído al candidato; gesticulaba, ordenaba porras.
El candidato a la dirigencia nacional, en segundo plano; en tercer plano, una que otra palabra de elogio para Alejandro Murat y su esposa, Ivette Morán, quien recorre el estado como si fuera ya candidata.
A temprana hora circuló un aviso por redes sociales, en que se advertía una protesta en contra de Rebeca Cervantes, por parte de familiares de Ivanna Mingo, joven que falleció a causa de un accidente provocado por el hijo de la priista.
Quizá por ello, medio centenar de policías estatales, vestidos de civil, resguardó accesos al patio del encuentro, en el hotel Misión de los Ángeles.
Desayuno frugal, en un pato rodeado de jardines y frondosos árboles. Zapatillas, joyas, las mejores prendas para lucir ante el candidato. Ninguna acarreada, ninguna del populacho; todas llegaron en su camioneta, algunas con chofer.
Presentes varias funcionarias del gobierno estatal, que buscaban la foto con “Alito”. Ahí estaban la secretaria de Desarrollo Agropecuario, Sofía Castro Ríos, de discreto pantalón de mezclilla y blusa blanca; Amairani Morales, funcionaria de los Servicios de Salud; Míriam Liborio, de Instituto Estatal de Educación para Adultos; la cuestionada Mariana Nassar Piñeyro, al frente de la Secretaría de Transporte.
El amago de protesta no amilanó a nadie. Todas felices, todas con palabras de reconocimiento a su líder: Avilés.
“Tenemos un partido bien organizado, bien estructurado… Acá estamos refrendándote nuestro apoyo y nuestra confianza. Hoy más que nunca necesitamos un dirigente del PRI que tenga valor”, las palabras de Rebeca Cervantes, ex delegada de la Profeco y acusada de proteger a su hijo Alfredo Delgado.
Seguía María Luisa Matus, que ya se apuntaba para alguna candidatura: “Necesitamos que las que vayan a puestos de elección sean las representativas, que las apoyemos a ganar, que no las dejemos solas”… Y luego el reconocimiento para su líder político.
Palabras de elogio y porras también de María del Cármen Ricárdez, de Raquel Alberto para Avilés.
Y “Alito” remató el destape:
“Agradezco a un oaxaqueño que tiene un compromiso enorme con las mujeres, que es mi amigo desde hace muchos años, y que sabe que cuenta con nuestro afecto y nuestro cariño, y que sabe cómo apoyar y respaldar a las mujeres. ¡Avilés! ¡Avilés! ¡Avilés!”.
En la mesa principal, casi al centro, el diputado local sonreía. Se crecía. Tenía en la bolsa por lo pronto la coordinación de la campaña de Alejandro Moreno. Tenía su respaldo, aunque no está seguro si también del dedo elector que gobierna desde la ciudad de México.
10:30 horas. ¿Todo estaba consumado?