Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 8 de diciembre de 2020.- Bastó una veintena de sedicentes militantes para poner de cabeza al Partido Verde Ecologista de México en la entidad oaxaqueña.
Un grupo de presuntos colonos que exigió la renuncia de José Estefan Gillessen –hijo del priista y perredista temporal José Antonio Estefan Garfias– por adeudos pendientes, exhibió además la fragilidad mediática del instituto político.
Y el golpe llegó hasta el Senado mexicano, cuyo representante popular por Oaxaca es el priista avenido a verdeecologista, Raúl Bolaños Cacho Cué, que se apresta a iniciar su campaña política por todo el estado, para intentar posicionarse como candidato a gobernador, sin tener estatura para ello.
¿Pero quién es José Estefan? Una rápida búsqueda en internet y en su currículum arrojan a un júnior sin experiencia política, puesto en la dirigencia estatal del PVEM por recomendación y pago político a su padre, Estefan Garfias, quien fue beneficiado por el PRI con todos los cargos y que sirvió a los priistas para que la coalición opositora no venciera a Alejandro Murat.
El júnior apenas a inicios del 2018 se unió a las filas del Verde Ecologista y en ese mismo año ya fue candidato a diputado federal por el V Distrito, por supuesto, con magros resultados. A finales del mismo año fue designado delegado nacional del partido en Oaxaca.
Es egresado del Tecnológico de Monterrey y el nuevo delegado nacional del PVEM en Oaxaca ha desempeñado su carrera como directivo en la iniciativa privada y su única incursión en la administración pública como asesor la 63 Legislatura de la Cámara de Diputados.
Apenas un mes después de haber asumido el cargo partidista, enfrentó la rebelión de una treintena de delegados distritales, que exigieron la renuncia.
Se ha mantenido en el cargo, en contubernio con el ex priista y ex panista Elpidio Altamirano, con quien decide el destino del dinero de las prerrogativas, que no es precisamente para fortalecer al Verde.
El escándalo del lunes exhibió las irregularidades y opacidad con las que se desempeña el comité ejecutivo del PVEM, principalmente Estefan y Altamirano –personaje que requiere un análisis posterior–, pero además, el desinterés por atender a los militantes.
Pero si a nivel estatal el Verde está en esas circunstancias, a nivel nacional es lo mismo, o peor. Literalmente, está para comerciar, para venderse al mejor postor desde su fundación en 1986 por Jorge González Torres y en prácticamente toda su vida lo ha hecho con el PRI.
Desde que obtuvo su primer registro como partido político el 28 de febrero de 1991, ha sido controlado por una sola familia; su primer presidente fue Jorge González Torres (funcionario público y antiguo miembro del PRI), quien fue sucedido en la presidencia del partido por su hijo, Jorge Emilio González Martínez (quien se desempeñó como senador para el periodo 2000-2006 y apodado «El Niño Verde») desde 2001 hasta el 2011. A este otro júnior, sólo le ha interesado el poder y el dinero y, literalmente, vendía las candidaturas estatales, sin importar ningún otro requisito.
Además, ponía cuota a las dirigencias estatales sobre las prerrogativas, a cambio, las entidades podían hacer lo que quisieran con el dinero.
Por cierto, “El Niño Verde” Jorge Emilio González Martínez, ha sido continuamente acusado por actos de corrupción, en particular por aceptar sobornos por un monto de cinco millones 567 mil 113 pesos a cambio de permitir construir en zonas protegidas.
Para sobrevivir, ha estado acostumbrado a hacer alianzas, pues solo no tiene ninguna fuerza ni presencia política; así lo hizo en 2012, para ganar la primera gubernatura en Chiapas, con Manuel Velasco, hoy distinguido morenista.
Al ver la debacle del PRI, PRD y PAN, tras arrolladores triunfos de Andrés Manuel López Obrador, el año pasado hizo alianzas con Morena y con el PT para contender en Baja California, Puebla y Quintana Roo.
Ese es el Verde. Ese es Raúl Bolaños Cacho Cué, priista convenenciero y otro junior que ha logrado cargos solamente por recomendación de su padre, Raúl Bolaños Cacho, ahora cónsul en Brasil.
¿Tiene futuro el PVEM? Nunca lo ha tenido, pero sin importar la ideología ni la militancia, ahora se cobija en Morena para sobrevivir… y para seguir viviendo del erario.
¿Tiene futuro Raúl Bolaños Cacho Cué? Tampoco, pues en Oaxaca el PVEM está muerto y sólo le ha servido a él y a José Estefan como caja chica. El senador cree que tiene todo el respaldo de López Obrador para ser candidato a gobernador y suceder a Alejandro Murat… sin saber que el Presidente tiene otros datos.