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Covid, vacunas, salud… el fracaso en Oaxaca

por Agencia Zona Roja

Ismael García M./Zona Roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., 18 de enero de 2021.- El pasado 14 de enero se cumplieron 10 meses de la llegada, oficial, del Covid-19 en Oaxaca.

Cuatro meses antes de esa fecha, en China se dio la alerta mundial por la aparición de un virus letal, que se esparcía rápidamente por el orbe.

Un año después del primer caso en el oriente, los casos positivos casi alcanzan los 95 millones en el mundo, mientras que los fallecimientos de personas suman más de dos millones.

Nadie esperaba una pandemia global. Y efectivamente, nadie, ningún gobierno mundial, mucho menos estatal, estaba preparado para tal emergencia sanitaria.

Ni China, que registró el primer caso en la ciudad de Wuhan, que implementó acciones emergentes y rápidas, como construir un megahospital en una semana y hoy, a un año, enfrenta de nuevo una crisis que le llevó a construir este fin de semana otro megahospital.

¿Y OAXACA?

El estado de Oaxaca enfrentó la pandemia con traspiés –lo cual es entendible–, pero sobre todo con grandes y graves rezagos en el sector salud; carencia de recursos humanos, materiales y financieros.

Pero, lo más grave –situación que continúa– es la disputa entre los mandos superiores en los Servicios de Salud, que han llevado a intentos de renuncias –como el caso de Martín Mathus, quien denunció graves irregularidades en el manejo del dinero–, negocios en las licitaciones, manejo de un presupuesto millonario extraordinario, que no se ve reflejado en resultados en la lucha contra la pandemia.

En enero de este 2021, los contagios han tenido su máxima expresión, debido a la incapacidad gubernamental para articular esfuerzos y evitar que la gente saliera masivamente a las calles en Navidad y Año Nuevo o celebrara con fiestas masivas.

Nada más recuérdese que el propio gobierno de Alejandro Murat pretendía instalar en diciembre un túnel de luces navideñas para que los turistas y oaxaqueños disfrutaran, en el Andador del Centro Histórico de la capital.

También, una de las tantas pifias del gobierno municipal, instalar un tianguis para el Día de Reyes, por tres días, con las escasas medidas preventivas.

El resultado, al 16 de enero, suman dos mil 291 decesos y 31 mil 506 casos positivos; la mayoría en ambos casos, en la capital, que gobierna el morenista de Oswaldo García Jarquín.

Tan sólo del 10 al 16 de enero, fueron mil 818 nuevos casos y 84 decesos; el sábado 16 de enero, se registró la máxima hospitalización diaria, con 406 personas.

En el municipio de Oaxaca de Juárez, al domingo, ya sumaban nueve mil 210 casos positivos y 486 decesos.

ESFUERZOS MENORES

Sólo en el principio de la pandemia en la entidad, es decir mientras se decretó el semáforo epidemiológico rojo –por cierto, a conveniencia de las autoridades federales y estatales–, se cerraron parques, jardines, espacios públicos, mercados y comercios.

Pero fueron a lo mucho tres meses, concretamente hasta el 6 de julio, en que se tomaron medidas de confinamiento, en que además se realizaban labores de higiene en dichos espacios. Pero después de ello, vino el desdén.

Calles llenas de gente, al igual que los mercados, como la Central de Abasto; restaurantes al tope, gente sin cubreboca; se olvidaron de la sanitización de espacios públicos, como el zócalo y la Alameda; los restauranteros se apoderaron de los pasillos de los portales aledaños al jardín de la Constitución y los inspectores municipales cerraron los ojos ante el creciente ambulantaje.

Pero la grave situación no ha preocupado a las autoridades; en el caso del gobierno federal, los recursos financieros y los apoyos materiales han llegado a cuentagotas.

En el caso del gobierno de Oaxaca, no se ve dónde se estén aplicando los recursos pues desde hace varios meses no se han creado más espacios-cama para atender a los enfermos, que saturan los hospitales.

La queja por la falta o insuficiente insumo de materiales para el personal médico continúa y tan sólo en ese segmento, ya van más de cuatro mil contagiados y al menos unos 50 decesos.

 Tan grave está la pandemia en Oaxaca, que hasta el gobernador Alejandro Murat Hinojosa se contagió del Covid… mientras andaba de vacaciones. Varios de sus funcionarios también se han contagiado, todos sin salir de casa o de oficina.

LA INCAPACIDAD

Los esfuerzos han sido menores en el caso del gobierno de Oaxaca, que aunque conserva buena relación con la Federación, esto no se ha traducido en más apoyos.

Una jornada de 40 días por Oaxaca, para incentivar el uso de cubrebocas, fue a lo mucho la medida que medio funcionó; ahora, desde el pasado viernes, lanzaron Juntos por Oaxaca, para evitar la saturación de hospitales, en lugar de implementar medidas más restrictivas para evitar la movilidad social.

También, la “decisión voluntaria” de los empresarios para cerrar comercios de manera escalonada y reducir horarios laborales, la más reciente medida, que en absoluto ayudará a evitar más contagios.

Y en el colmo, en pleno proceso electoral, varios aspirantes a un cargo de representación popular desde hace meses hacen proselitismo, repartiendo cubrebocas, regalando gel y sanitizando unidades de motor, con tal de ganar adeptos.

Para coronar la tragedia, una mala decisión presidencial de involucrar a personal civil de la Secretaría de Bienestar en la supervisión y aplicación de la vacuna, menospreciando al personal de salud, y un grave error desechar la llegada a México de más vacunas, «para que sean distribuidas en los países pobres», como si el nuestro no lo fuera.

Y en Oaxaca, la disputa, los favoritismos, como el caso del Hospital Civil, en la aplicación del inmunológico, además de desorden y aglomeraciones para recibir la vacuna. Desorganización total.

A 10 meses de la pandemia, parece que no hay ni angustia ni preocupación en el gobierno de Oaxaca por la salud y por frenar de tajo la pandemia. Mucho menos interés por aplicar el semáforo epidemiológico rojo, a pesar de exigencias sociales.

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