Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 8 de marzo de 2021.- Y la culpa no era suya, ni dónde andaba ni cómo vestía.
Parodiando a la canción ícono del feminismo, Rubén Vasconcelos Méndez se fue de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca el pasado viernes por la puerta de atrás, sin reconocer sus múltiples errores en casi cuatro años en el cargo, de siete que era su periodo.
Y con reclamos duros, crecientes, rabiosos, de miles de hombres y mujeres, que en particular este domingo 7 y lunes 8 de marzo se intensificaron. “Qué bueno que te fuiste”, las recriminaciones de Soledad Jarquín Édgar y María Elena Ríos, dos de las principales víctimas de la violencia feminicida y cuyos casos siguen en el limbo de la impunidad.
Pero no. La culpa de la ineficiencia y de las omisiones y de la impunidad y de su salida, es de otros.
“Rumores sobre los motivos reales de su salida abundan; uno de ellos, comienza a cobrar fuerza y no suena tan descabellado: se habla que esta se debió a presiones externas de cierto personaje oscuro de la política oaxaqueña, la cual maneja desde hace décadas y que tiene por apellido Murat –y no es precisamente el junior–, cuestión que lo orilló a hacerse a un lado para evitar que alguien más entorpeciera su labor”, escribió el mismo día José Alonso Cortés Cruz en Facebook, presunto empleado de la Fiscalía General.
Esa opinión sería intrascendente, de no ser porque a partir de ahí, en algunos medios “amigos” y en redes sociales se difundió una versión similar: el culpable de su salida era José Murat. No su ineficiencia.
ENTRADA DE CABALLO
Vasconcelos Méndez llegó con las cartas de doctor en Derecho, tras un cargo de mediano nivel en el gobierno federal y luego de puestos menores en el gobierno de Oaxaca.
Llegó por recomendación de su cuñado, Germán Espinosa Santibáñez, quien abogó por él ante José Murat. Así, el 12 de mayo logró 39 de 42 votos de la 63 Legislatura de Oaxaca. Pero apenas inició el cargo y comenzaron las confrontaciones.
Carpetas de investigaciones imprecisas que daban paso a la liberación de presuntos responsables en delitos como homicidios y feminicidios; orden de aprehensión con atrasos, no liberadas o no ejecutadas, cateos erróneos, la larga lista; pero sus argumentos: falta de presupuesto para las distintas áreas, así como falta de personal.
El caso de la muerte del niño Edward, en noviembre de 2017, por presunta negligencia médica le dio la bienvenida al fiscal Rubén Vasconcelos, que en mayo de ese año comenzó su gestión que concluiría en 2024.
Por ese hecho, el fiscal declaró el 6 de abril de 2018 que existían elementos de prueba suficientes para sostener que el traumatólogo tratante incurrió en homicidio intencional, con agravante de responsabilidad médica, pero el 12 de abril, el médico quedó en libertad y se reclasificó el delito para llevar el proceso en libertad. Las movilizaciones en su contra se multiplicaron y comenzaban a cobrar fuerza a nivel nacional.
Ese fue de los primeros errores del fiscal, que se acentuaron al paso de los años, principalmente con los delitos de feminicidios y agresiones de mujeres, como fueron los casos de la fotoperiodista Soledad Cruz Jarquín y el ataque con ácido a la saxofonista María Elena Ríos.
Rubén Vasconcelos también dejó sin justicia las familias de 15 personas masacradas en San Mateo del Mar en junio de 2020, así como decenas más que viven de la violencia en la zona triqui de Oaxaca, donde los asesinatos de los habitantes indígenas no son castigados.
LOS LLAMADOS
Organismos civiles, nacionales e internacionales, así como distintas instancias realizaron llamados y posicionamientos por injusticias en distintos hechos por parte de la Fiscalía General de Oaxaca al frente de Vasconcelos Méndez.
En septiembre de 2018, el Observatorio Ciudadano de los Centros de Justicia para las Mujeres(OCCEJUM) condenó el decreto emitido por el fiscal con el que los Centros de Justicia para las Mujeres de Oaxaca dejaron de ser dependientes de la Fiscalía General y pasar a ser de la estructura de la Fiscalía Especializada para la Atención a Delitos contra la Mujer por Razón de Género, lo que los colocó en menor rango jerárquico.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) también emitió varios llamados a la Fiscalía en la gestión de Vasconcelos Méndez.
En 2018 condenó la violencia de los elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) contra el periodista Deimos Sánchez y su familia, por lo que demandó a la Fiscalía General de esa a la inmediata investigación de los hechos.
Durante el 2020, la CNDH atrajo el caso de la saxofonista María Elena Ríos y emitió medidas cautelares dirigidas, entre otras instancias, a la Fiscalía General del Estado de Oaxaca, para salvaguardar la vida, integridad y seguridad de la víctima y sus familiares
En octubre pasado, la Comisión Nacional exhortó a las autoridades encargadas de procurar y administrar justicia de Oaxaca a realizar las investigaciones correspondientes para esclarecer el homicidio de Epifanio de Jesús Martínez, originario de una comunidad Triqui, ocurrido el 13 de octubre de 2020.
Instancias como el mismo Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca también se dirigió a la Fiscalía por su falta de trabajo. En julio de 2019 señaló que la Fiscalía de Oaxaca incumplió la recomendación 13/16 de la DDHPO para agotar todas las líneas de investigación para localizar con vida al estudiante de la UNAM Jesús Israel Moreno Pérez, desaparecido el 8 de julio de 2011 en Chacahua. Por lo que ordenó cumplir con la encomienda de la Defensoría e informar cada dos meses sobre los avances en la investigación.
Mientras que el Congreso de Oaxaca, a partir de la 64 Legislatura, también realizó diversos llamados e incluso demandaron al gobernador Alejandro Murat, la destitución de Rubén Vasconcelos por para la impartición de justicia, principalmente por feminicidios, desapariciones de mujeres e incluso, lograron que compareciera, aunque su participación no fue clara.
Pero también, desde el Congreso estatal se exhibió que el fiscal Vasconcelos Méndez no destinaba recursos materiales, financieros y de personal para la Fiscalía Especializada en Materia de Combate a la Corrupción, tanto que el propio responsable de la Fiscalía Anticorrupción, Emilio Iruegas Álvarez, acudió a la sede del Poder Legislativo local, para pedir la intervención de los diputados para conseguir presupuesto.
DENUNCIAS PÚBLICAS
Las denuncias por las desapariciones de personas, de hombres y mujeres, cobró fuerza. Familiares de personas desaparecidas señalaron omisiones y negligencia de la Fiscalía General del Estado al considerar que la dependencia no destina ni personal en las búsquedas.
Organizaciones sociales en Oaxaca dedicadas a la defensa de los derechos humanos demandaron a la Fiscalía General de la República (FGR) investigar al fiscal Rubén Vasconcelos Méndez, por su presunta omisión en las indagatorias sobre crímenes contra activistas oaxaqueños, y como probable responsable del atentado contra uno de ellos.
Como ocurrió con al menos 10 asesinatos y feminicidios contra integrantes del Comité de Defensa Ciudadana (Codeci), Comité de Defensa Ciudadana y Asistencia Rural, Consejo de Comunidades Indígenas de la Sierra Sur; además del FPR que ha mantenido una exigencia constante por el asesinato de su líder Tomás Martínez.
USO DE REDES
Ante la falta de atención de la Fiscalía de Oaxaca, en distintas áreas para la procuración de justicia, la ciudadanía ha recurrido a las redes sociales como vía de denuncia de los delitos de los que son víctimas.
Entre los últimos hechos denunciados, por agresión de los mismos elementos a cargo de la Fiscalía de Oaxaca, fue un cateo errado, la semana pasada. Los agentes estatales de investigación realizaron el operativo en un domicilio equivocado, como había ocurrido en decenas de ocasiones.
Rubén Vasconcelos Méndez pudo haber tenido una gestión de mediana calidad, pero hasta su propio personal lo calificó de soberbio e incongruente. Pudo haber conseguido una candidatura a un cargo de representación popular, pero su enojo lo llevó a confrontar a quien manda en el estado y en muchas partes más. Rubén Vasconcelos se fue por la puerta de atrás y los epitafios son muchos. Un ejemplo:
“Qué bueno que te fuiste, Rubén Vasconcelos, porque en todo este tiempo no supiste ni ejerciste ni honraste el cargo de un fiscal; no tuviste la capacidad; qué bueno que te fuiste, porque los resultados sí, estamos a la vista y somos el producto del trabajo incansable que hiciste al favorecer a nuestros agresores. Fuiste flexible con los corruptos, porque eres parte de ellos. Rubén Vasconcelos, ¡qué bueno que te fuiste”, los clavos que puso María Elena Cruz al ataúd.
