Porfirio Flores*
El paso de la reportera Sanjuana Martínez Montemayor por la función pública ha resultado un lastre que afecta a la Presidencia de la República, en un hecho que no deja de sorprender porque la defensa a ultranza de Andrés Manuel López Obrador a la ex colaboradora de la revista “Proceso” resulta inexplicable hasta para quienes apoyan al Presidente.
La comunicadora que asumió como directora de la Agencia Mexicana de Noticias (Notimex) el 21 de marzo del 2019, se ha visto envuelta en polémicas que incluso la han llevado a enfrentarse abiertamente con periodistas como Julio Hernández, Carmen Aristegui, Álvaro Delgado y otros más.
El origen de estos desencuentros emana del conflicto laboral que inició a su llegada a Notimex, porque desde su arribo emprendió un enfrentamiento seco y duro contra la dirigencia sindical de esa empresa del Estado mexicano. En febrero de 2020 y luego de varios despidos, los sindicalizados comenzaron una huelga que ya cumplió más de un año.
La cobertura por diferentes medios y periodistas del conflicto laboral que se vivía en la Agencia Mexicana de Noticias provocó en las redes sociales, particularmente en Twitter, ataques a quienes dieron voz no sólo a ella, sino también a los sindicalistas que ella acusaba de corrupción por plazas y viajes al extranjero.
Dicho fenómeno hizo que organizaciones como Artículo 19, Quinto Elemento, Laboratorio de Investigación y otros se dieran a la tarea de rastrear el origen de estos ataques cibernéticos y concluyeran que salieron de cuentas de colaboradores de Sanjuana Martínez en Notimex.
La divulgación de la investigación en Aristegui Noticias provocó de nueva cuenta una andanada contra la propia Carmen Aristegui y otros periodistas como Julio Hernández y Álvaro Delgado, que gozan de un prestigio y solvencia moral fuera de toda duda. El conflicto cesó cuando el tema fue perdiendo relevancia entre los demás temas que ocuparon la agenda mediática en el país.
Sin embargo, apenas el pasado 30 de marzo un informe de la Secretaría de Estado de los Estados Unidos acusó a la periodista de emprender acciones contra comunicadores citando el reporte de Artículo 19, a lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo una defensa inusual de Martínez Montemayor, que para muchos resultó excesiva.
Defender a una persona que ha mostrado su talante beligerante contra quien la cuestione, parece una determinación equivocada porque si bien el informe de Artículo 19 es el mismo de hace casi un año, ahora la presidencia parece empeñada en dinamitar su relación con todos los medios y periodistas de México con tal de defender a Sanjuana.
¿Por qué asumir una defensa de este tamaño a una servidora pública que ha dado muestras y las sigue dando de mucha soberbia y altivez? ¿La idea es pelear con todos? ¿Qué tanto representa Sanjuana que no solo no se le remueve, sino que se le cubre con todo el poder del manto protector presidencial?
Nadie votó por Sanjuana Martínez, pero el Presidente la defiende como si con ella se le fuere la fuerza que tiene el gobierno. El conflicto escala porque apenas hace unos años la propia Sanjuana Martínez recibió todo el apoyo moral y legal de Artículo 19 para defenderse de la demanda por daño moral que emprendió contra ella el perredista, Jesús Ortega.
La causa de esta colaboradora no merece el excesivo desgaste de un gobierno que llegó al poder por la irritación social causada entre otras cosas de la soberbia para tratar a quienes disentían. Con un organigrama tan amplio en el gobierno federal, ¿No es posible ubicarla en otra área? ¿Es tan indispensable que desgaste la investidura presidencial?
*Abogado y periodista.