Evlin Aragón/Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax.. 14 de abril de 2021.- San Pedro Tapanatepec, municipio de la zona oriente del Istmo de Tehuantepec, se convirtió este fin de semana en el epicentro del más reciente feminicidio cometido en contra de una joven de 28 años, reportada previamente como desaparecida.
Como Ana Iris D. S., fue identificada la víctima, originaria del barrio “Juchi” del municipio de Chahuites, cuyo cuerpo sin vida fue localizado el domingo 11 de abril en un camino de terracería de dicha localidad.
Ana Iris es la víctima número 523 de la violencia feminicida que no cesa en la entidad oaxaqueña y por el contrario, la actual administración estatal se perfila para convertirse en la más violenta de la historia.
Tan solo en lo que va del año ya son 28 asesinatos violentos de mujeres los registrados por lo medios de comunicación, tal y como lo pone de manifiesto el Centro de Documentación del Grupo de Estudios sobre la Mujer “Rosario Castellanos” Ges Mujer.
Las regiones del Istmo y la Costa comparten el deshonroso primer lugar en cuanto a incidencia de casos durante este 2021, seguidas muy de cerca por Valles Centrales.
Las víctimas plenamente identificadas van de los 13 a los 59 años de edad, siendo el rango de edad de 30 a 44 años el que mantiene mayor riesgo de un ataque mortal.
Aunque en la mayoría de los casos se desconoce la ocupación de las mujeres asesinadas de manera violenta, se sabe que algunas eran profesoras, amas de casa, comerciantes, estudiantes, policías y precandidatas.
Los cuerpos de las mujeres son expuestos, principalmente en lugares públicos y tratados como desechos, de ahí que son encontrados a la orilla de la carretera, en un lote baldío o predio, en un barranco, en un poblado solitario, al margen de un río o en canales de aguas negras y caminos de terracería.
Así mismo al interior del hogar, comercios, bares y vehículos, lo que da a entender que no existe espacio completamente seguro para las mujeres en la entidad oaxaqueña.
Los impactos de bala y el ataque a machetazos son las dos principales formas de acabar con la vida de las mujeres, seguidas de la estrangulación, los golpes y la degollación; acciones cometidas por sujetos no identificados.