Yuridiana Sosa/Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 27 de mayo de 2021.- El incendio les quitó todo lo material, menos sus ganas de trabajar para salir adelante, la esperanza. Sin embargo, a un año de la tragedia, los avances en la reconstrucción son escasos, no llegan ni al 50 por ciento.
Entre polvo, maquinaria pesada, varillas, pero sobre todo con el anhelo de volver a contar con un local, cada día llegan a trabajar los comerciantes damnificados con el incendio en el Mercado de Abasto de la capital, ocurrido hace un año.
La llamada que dio aviso sobre el siniestro en el área de artesanías del mercado “Margarita Maza de Juárez” el pasado 26 de mayo de 2020, alrededor de las 20:00 horas, se recuerda como si fuera ayer; aún cala en el alma de los afectados que perdieron su patrimonio.
“No te puedes imaginar la desesperación que uno sintió en ese momento”, cuenta Susan García, comerciante de una zapatería que perdió la totalidad de sus productos con las llamas. Nada material puedo recuperar, sólo fe de entre las cenizas para poder salir adelante.
Durante este año, su vida y la de su familia no es la misma. Volver a contar con el inventario que tenían lo ven como una meta lejana, pero no imposible, pues confían en su trabajo y en que pronto el gobierno del estado pueda cumplir con los locales nuevos.
Fueron unos 156 establecimientos siniestrados aquella noche de horror para los comerciantes, quienes habían dado una pausa a sus labores por la contingencia sanitaria, por lo que era casi imposible creer que se había originado un incendio en su área.
Hoy, bajo otro escenario que apenas asimilan, las familias abren sus puestos provisionales para no dejarse vencer.
Es el caso de otra familia donde el esfuerzo de más de dos generaciones se desvaneció con el fuego. Las mujeres afectadas no contuvieron las lágrimas al recordar la tragedia.
Para la matriarca de la familia fue más importante la vida de sus hijos que su local, recuerda la hija de la afectada.
Los hermanos corrieron a la zona del desastre, sin embargo, un cerco policial y de Bomberos les impidió hacer el intento de rescatar parte de la mercancía. Las llamas al rojo vivo, las explosiones, los alertaron también del peligro.
“Prefiero perder todo a un hijo”, indicó la madre de seis, quien hoy, como desde hace varias décadas vuelve a liderar el rumbo de la familia para contar con el sustento diario.
“Volvemos a trabajar, tenemos manos tenemos, vida y para adelante”, confirma una de las hijas y comerciante del mercado.
En el área afectada se lleva a cabo la obra de construcción de los locales dañados, los cuales se prevé que sean entregados a finales de este año, de acuerdo con los comerciantes, quienes a su vez piden mayor velocidad en los trabajos.