Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 6 de septiembre de 2021.- Este lunes inicia una cuarta semana de paro y bloqueo de vialidad por parte de un reducido gremio de los Servicios de Salud de Oaxaca; transcurre un mes sin empresa responsable de la limpieza y seguridad en los hospitales.
La atención al Covid-19 es un desastre y tan sólo en la primera semana de septiembre se registraron dos mil 967 casos positivos y 130 decesos. Mientras tanto, en un mes, agosto, ocurrieron 12 mil 132 casos nuevos (el 20 por ciento de lo registrado en año y medio) y 467 decesos.
En año y medio de pandemia, Oaxaca registra, hasta el domingo 5 de septiembre, cuatro mil 725 muertes y 69 mil 735 contagiados. No hay absolutamente ninguna contención. Eso sí, una absoluta irresponsabilidad del quinto titular de Salud en este sexenio.
Por doquier siguen las protestas del sector salud; falta de medicinas, medicamentos, equipos de protección; ¿clínicas y hospitales nuevos?, no los hay por ningún lado; ¿remodelaciones o ampliaciones?, tampoco.
Pero para Juan Carlos Márquez Heine, no hay ningún problema… porque prepara maletas, a ocho meses de estar en el cargo y con la esperanza de que el gobierno de Alejandro Murat heredará todo el problema a la administración de Andrés Manuel López Obrador.
El pasado 2 de septiembre, el propio mandatario comenzó a concretar el acuerdo en la Ciudad de México, con el titular del Instituto de Salud para el Bienestar, Juan Antonio Ferrer.
LARGA LISTA DE ADEUDOS
¿No hay dinero? ¿Cuándo no ha habido presupuesto en exceso en el sector salud? En el sexenio pasado, había un promedio anual de cinco mil millones de pesos para los Servicios de Salud, la mitad del gobierno federal a través del llamado Seguro Popular.
Los montos paulatinamente han crecido y este 2021, son más de ocho mil millones de pesos, el segundo presupuesto más alto –después del destinado al sector educativo–, que ha ido a parar en manos de funcionarios y ex funcionarios, solamente.
De ese dinero nada se sabe oficialmente cómo se gasta; la única justificación es que se han cubierto adeudos, ¿pero cuáles pagos?
Por primera vez, la Sección 35 –cuyos dirigentes, anteriores y actuales son cómplices del saqueo y hasta participan de los negocios millonarios– amagó con un paro generalizado, bajo el pretexto de que quieren rescindir el contrato a unos mil 500 empleados eventuales.
De manera extraña también, quizá para comenzar a cubrir los turbios negocios, la empresa Seguridad y Limpieza (Seglimn), del morenista y dirigente de CATEM, Pedro Haces Barba, cerró y liquidó a empleados, con el argumento de que no le pagaban y no había dinero.
Por al menos dos semanas, una veintena de empresarios cerró oficinas que rentaban a los Servicios de Salud, exigiendo pagos atrasados. La lista de quejas es muy larga y todo tiene que ver con dinero.
NEGRA COMPARECENCIA
El pasado 19 de agosto, Márquez Heine compareció ante el pleno de la 64 Legislatura, sólo para ser vilipendiado por los legisladores, azuzados por Fredie Delfín Avendaño, quien permitió el ingreso de manifestantes que también lanzaron recriminaciones en plena asamblea.
Según sus propias cifras, el actual sexenio recibió un adeudo de nueve mil 440 millones de pesos, principalmente de pagos que debieron hacerse a terceros institucionales, como el IMSS y el SAT y que fueron desviados a otros rubros, como salarios.
Los Servicios de Salud cuentan con tres fuentes de origen federal para cubrir los gastos de servicios personales y gastos de operación de las unidades médicas, tal es el caso del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA), el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y Fondo de Aportaciones Solidaria Estatal Líquida 2017 (ASEL), a través de los cuales se destinaron este año ocho mil 418.60 millones de pesos.
A decir de Márquez Heine, con los fondos estatales se cubrieron los gastos de operación de las unidades médicas, como es el caso de pago de servicios médicos y servicios básicos.
Pero el funcionario justifica que también desde el año pasado se han destinado recursos por alrededor de 926 millones de pesos para abatir el déficit presupuestal, “lo que ha implicado disminuir el gasto de operación e inversión en un 50%, pasando de 535.4 millones de pesos en el 2020 a 216.6 millones de pesos en 2021”. ¿En dónde están esas inversiones millonarias?
Los sindicatos aumentan cada día en Salud y apenas el domingo fue presentado uno, con sello morenista; actualmente la plantilla global es 18 mil 388 trabajadores, de los cuales cuatro mil 789 son administrativos.
De ese total, cinco mil 652 no cuentan con cobertura presupuestal definida, tanto eventuales, regularizados, formalizados y de planta estatal, y ahí es donde está uno de los principales agujeros de fuga de dinero.
EL TRASPASO
Pese a todo ello, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha decidido absorber a los Servicios de Salud.
Márquez Heine, feliz por la determinación, y hasta aceptó ser el “sparring” de esta determinación, que nadie sabe si será benéfica para la salud de los oaxaqueños y para la estabilidad de los trabajadores.
El traspaso ya inició, con nosocomios mediante los cuales el gobierno de Oaxaca comienza a pagar sus deudas, como es el caso del Hospital de la Mujer, en San Bartolo Coyotepec; el siguiente será el Hospital de la Niñez, mientras que en Juchitán, el Insabi ya opera el hospital de especialidades. En Tlaxiaco desde hace meses se traspasó el hospital del IMSS.
Pero un traspaso general del tamaño de los Servicios de Salud a la Federación debería implicar no solamente desobligaciones y limpia de expedientes, sino también una indagatoria y proceso judicial en contra de quienes han saqueado las arcas en salud en este y en sexenios anteriores. ¿Lo harán el gobierno de López Obrador? O es otra de las complacencias políticas de mutuo acuerdo.
