Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 13 de septiembre de 2021.- Sin tino político y carente de experiencia, se refugió con su compañero el chiapaneco Manuel Velasco Coello y se asoció políticamente con Ricardo Moreal Ávila –que lo usó aviesamente–, pero ambos están defenestrados por el poder presidencial omnímodo de López Obrador.
Y sabedor ya que no cuenta con el respaldo del único que decide en el Partido Morena, el senador Raúl Bolaños Cacho Cué decidió su destape, el pasado miércoles, como aspirante a la gubernatura de Oaxaca… sólo por el PVEM.
En vísperas, una entrevista a modo de un reportero local, enviado exprofeso, a Ricardo Monreal, deslizó que Cacho Cué, junto con Susana Harp y Salomón Jara, serían las propuestas de Morena para suceder a Alejandro Murat, pero debía tener el visto presidencial.
Ello sólo sirvió para intentar motivar que el senador verde fuera contemplado por Morena; no obstante, en Oaxaca, los morenistas decidieron ya cerrarle el paso a cualquier ajeno al partido –incluyendo Luis Antonio Ramírez– y decidirán sólo entre dos nombres, Susana Harp o Salomón Jara; la suerte estaría a favor de la morenista, al concretarse en breve que la candidata en el caso de Oaxaca deberá ser mujer.
(Por cierto, Salomón Jara cumple un mes tras su operación, sin salir a ningún acto público, lo que contradice sus declaraciones en redes sociales y boletines de que fue una intervención quirúrgica leve y nada grave).
¿Raúl Bolaños por el PRI? Los priistas, ahora mangoneados por Alejandro Avilés, han decidido mantener su alianza con el PAN y el PRD, partidos extremadamente diezmados, para dar la batalla en las urnas el 5 de junio de 2022.
Por lo pronto, el propio Avilés fue placeado por el gobernador Alejandro Murat el 31 de agosto e incluso lo invitó a grabar un video gubernamental, por el inicio de operaciones de Uber Taxi; en el Palacio de Gobierno, a propósito se dejó retratar hablando al oído con el diputado local.
Pero lo mismo hizo Murat el pasado 7 de septiembre, un día después de iniciado formalmente el proceso electoral, al llevar de un lado para otro a Bolaños Cacho Cué.
Más prudente pero más movido en el interior del estado, Francisco Ángel Villarreal, que también estaría anotado entre los aspirantes priistas, además de Eviel Pérez Magaña.
El PAN tiene sus propias cartas y pretende amagar con impulsar Natividad Díaz Jiménez o a la oficialista Eufrosina Cruz Mendoza; el PRD, por su parte, ya no tiene militantes… ni dirigencia.
Los partidos chicos, tendrán que servir para acomodo de los que serán desechados por las coaliciones o partidos grandes; por lo pronto, Salomón Jara mantiene pláticas con Fuerza por México, de Ricardo Monreal, y con el PT, aunque negociar con Benjamín Robles será a precio de oro.
Es así que Raúl Bolaños Cacho Cué no tiene más que el Partido Verde Ecologista de México, que solitario, no ha logrado absolutamente nada como partido; la alianza con Morena ya está pagada con José Antonio Estefan Guillessen, que ahora es diputado federal por ambos partidos.
Cacho Cué no las tiene consigo: arrastra múltiples adeudos desde la campaña de senador, en 2018, elección que perdió y sólo entró como primera minoría.
En los tres años que lleva como senador, jamás ha regresado a las comunidades del estado, que sólo recorrió cuando aspiraba a la Cámara alta.
Tampoco se ha pronunciado en tribuna a favor del estado que representa y sólo sirvió como marioneta de Monreal para intentar congraciarse con el presidente López Obrador, en el tema de la reelección o continuidad del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que rechazó ilegal el favor que le hacían.
Así que el imberbe Raúl Bolaños Cacho Cué será candidato a gobernador, por el PVEM y quizá otro partido minoritario… pero será plan con mañana, porque una vez que pida licencia, lo sucederá su suplente Javier Villacaña Jiménez, que ya apalabró quedarse por los tres años restantes, tras el fracaso del senador verde en su aventura.