Yuridiana Sosa/ Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 6 de diciembre de 2021.- Un pequeño se coloca a la espalda del presunto delincuente amarrado a un poste. Baja la cabeza. Observa. Calla. No entiende. Sólo ve un hombre ensangrentado.
Pero los que gritan y están irritados son los vecinos y comerciantes de los mercados “20 de Noviembre” y “Benito Juárez”.
“¡Lo que nos interesa es que la gente sepa y que los ratas sepan que estamos organizados! ¡Que ya estamos hasta la madre de sus pendejadas!”, dice uno que ayudó a capturar al ladrón.
Diez minutos antes del mediodía surge la alarma en las redes sociales: ¡Amarraron a un ladrón y lo quieren linchar!
El bullicio en la esquina de las calles de Aldama y 20 de Noviembre, en el Centro Histórico de la capital de Oaxaca, es inusual al medio día de este lunes; el alboroto obedece a la detención de un ratero por parte de los comerciantes.
Con la espalda contra un poste, atado de manos y sin camisa, el presunto delincuente escucha con la cabeza abajo el cólera de sus víctimas, de sus captores.
“¡En este caso mejor lo hubiera uno matado!”, argumenta con coraje una vendedora, harta de que la Policía Municipal de la capital no actúe con prontitud.
Harta que no haya justicia y los rateros salgan libres de forma inmediata, mientras que como trabajadores se ven amenazados por la delincuencia.
En el Centro Histórico, más de día que de noche, la inseguridad gobierna y amenaza a los transeúntes y vendedores.
Por eso, este lunes, como también lo fue el domingo, comerciantes organizados de la calle de Aldama atraparon y amarraron a un presunto ladrón que robó el celular de doña Ana María, vendedora de un local establecido en esa calle.
Los primeros en llegar hasta el punto de la retención, casi frente a la iglesia de San Juan de Dios, son elementos de Policía Turística; después tres elementos de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) de la Fiscalía de Oaxaca, mientras que sólo una patrulla de la Policía Municipal de la capital pasó por el lugar.
El hombre, quien se identificó como “Jorge”, presenta algunos golpes en su cuerpo, pero no se queja, sólo escucha y soporta la mirada inquisidora de los transeúntes, hombres, mujeres y niños que pasan a su costado.
“Jorge” posiblemente pertenece a la banda que opera en la zona, apuntan los comerciantes.
Más de 15 minutos y la Policía Municipal no llega, y la gente más se enoja, porque no es la primera vez que la seguridad los abandona.
LA PERSECUCIÓN
Doña Ana María, decidida a presentar la denuncia formal, cuenta que el robo se cometió dentro del lugar donde trabaja.
Cuando atendía a una mujer -posiblemente cómplice del hombre- perdió de vista su teléfono, lo cual aprovechó el sujeto para hurtarlo y salir corriendo.
De forma inmediata la mujer alertó a sus vecinos quienes le dieron alcance en la calle de Arista y 20 de Noviembre –cerca de oficinas de la Fiscalía de Oaxaca– mientras intentaba huir a bordo de un coche.
“¡Lo que nos interesa es que la gente sepa y que los ratas sepan que estamos organizados! ¡Que ya estamos hasta la madre de sus pendejadas!”, refiere un vendedor.
Para eso, los comerciantes han creado grupos de Whatsapp para que se avisen de cualquier evento delictivo para todos ayudar con la detención de un ladrón.
Los delitos en la zona centro también han alcanzado a los turistas que ya regresan a la entidad para fin de año, a quienes les roban hasta su documentación.
“Jorge” dice que es de la capital, se traslada en coche y ahora ya está identificado por los comerciantes, los verdaderos vigilantes de su ciudad.
Cuarenta minutos después termina el martirio del ladrón; lo revisan paramédicos de la Cruz Roja y se lo llevan elementos de investigación al Ministerio Público. Los vecinos no están satisfechos, porque saben que de un momento a otro saldrá libre.
“Pinches rateros, a la otra le damos una chinga más fuerte”, masculla. La ciudad vuelve a su normalidad: la de los plantones, la de los bloqueos, la de las marchas… y la de la delincuencia.
