Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 13 de diciembre de 2021.- Con los desastrosos saldos que deja Oswaldo García Jarquín, la Cuarta Transformación está más que enlodada en la capital de Oaxaca y los resultados están a la vista.
Tres años de nula obra pública, de continuos paros de labores, de basura por doquier, de deudas, invasión de ambulantes, de grave y creciente inseguridad, así como conflictos sociales, es el saldo fatal con el que tendrá que lidiar Francisco Martínez Neri, morenista también.
Tan sólo en la semana que terminó, tres días de bloqueos a vialidades y oficinas por parte del Sindicato “3 de Marzo” bastaron para demostrar por enésima ocasión la irresponsabilidad, desdén y desinterés del gobierno municipal.
En inseguridad, el martes, una mujer atacada a balazos y el domingo, un individuo, en el centro comercial Plaza Oaxaca; por la noche, en el Centro Histórico, una riña dejó dos personas lesionadas y tres lesionados de bala en Viguera; intentos de linchamiento de delincuentes, por doquier.
El ambulantaje, una auténtica simulación el retiro de vialidades y parques del primer cuadro de la ciudad, pero para ser reubicados en calles periféricas y principalmente en el parque “El Llano”, que cada vez luce a reventar de puestos.
¿Y EL DINERO?
Sólo previo a las elecciones del pasado 6 de junio, García Jarquín se dedicó a inaugurar obras menores, pero fue más para la fotografía y el proselitismo, porque después de ello, no hubo más acciones.
Llamó la atención una pavimentación en particular, la calle que dirige a su nuevo domicilio en la agencia Guadalupe Victoria, y que fue exhibida en redes sociales en el contexto de la más reciente crisis.
Del dinero, nadie sabe, pero según el Presupuesto de Egresos que publica el propio gobierno municipal, este 2020 tuvo a su servicio mil 558 millones 78 mil 892.04 pesos.
Excesiva cantidad, si se toma en cuenta que es una ciudad media, con 13 agencias municipales, más de 250 colonias y alrededor de 400 mil habitantes, insatisfechos en su mayoría de los servicios básicos.
¿Pero qué se hizo con el dinero? Evidentemente que la mayor cantidad se eroga en sueldos, salarios y prestaciones, pero hay rubros que nada más no se entiende para qué son.
Destaca por ejemplo que a la Coordinación de Política de Gobierno le destinaron 29.9 millones de pesos, de lo cual no existe la menor idea del destino de la inversión.
Asimismo, para el rubro de la seguridad y orden interior, 40.3 millones de pesos, pero contrasta por ejemplo con el rubro de asuntos financieros, que tuvo 24.7 millones de pesos.
O el caso del rubro de recreación, cultura y otras manifestaciones sociales, con 81.7 millones de pesos… pero no se efectuaron actividades, debido al confinamiento.
A servicios personales se destinaron mil 74 millones de pesos, pero llama la atención, por ejemplo, que en remuneraciones al personal de carácter permanente (es decir de base), le destinaron 307 millones de pesos, mientras que a remuneraciones adicionales y especiales, 378 millones de pesos. En tanto que en remuneraciones a personal de carácter transitorio, se le destinaron 55.1 millones de pesos y a estímulos a servidores públicos, 8.2 millones de pesos.
Así podríamos continuar con el desglose de áreas en que teóricamente fue destinado el presupuesto pero, para poner un ejemplo de la nula aplicación, continuamente hubo quejas de trabajadores, de base y de confianza, de pagos y prestaciones retrasadas.
Y nadie supo el destino de ello, pues para variar, el edil morenista aprovechó la pandemia para no hacer sesiones públicas de Cabildo; tampoco publicó los estados financieros, como está obligado a hacerlo.
¿Qué hicieron los regidores? Ni priistas ni morenistas antagónicos ni panistas ni nadie puso un freno, aunque sea mediático, al desastroso quehacer del edil surgido de Morena. Todos callaron, cómplices.
¿Y NERI?
Resalta por otra parte, que Francisco Martínez Neri paulatinamente se esté integrando, y empapando, de la problemática municipal, como lo fue la presentación de un proyecto de presupuesto propio.
Y ahora el pasado sábado, el hecho de participar de manera ya directa en las mesas de negociaciones para destrabar el problema que no quiso atender el edil en funciones.
Sin embargo, a poco más de dos semanas de recibir el bastón de mando, nada más no ha sido informado de los saldos presupuestales negativos, por desidia del presidente municipal.
García Jarquín ya se va. Sin vergüenza, porque incluso se atrevió a postularse como aspirante a gobernador con, por supuesto, nulas posibilidades de obtener la candidatura.
Se va contento también, pues hereda a Martínez Neri a varios concejales y funcionarios que, lamentablemente, son cómplices de su actuar y no movieron un solo dedo.
Así que, el primer reto del próximo primer concejal será sacudirse la nefasta herencia de Oswaldo y de inmediato, ahora sí, demostrar a los capitalinos que la Cuarta Transformación sí existe.
