Yuridiana Sosa/Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax.,14 de febrero de 2022.- “¡Ya basta!” se lee a lo ancho de la explanada de Santo Domingo de Guzmán, en la capital de Oaxaca, donde con cal el gremio periodístico pintó esta exigencia que es inmensamente más grande que su tamaño físico.
El homicidio de Heber López Vázquez, en Salina Cruz el pasado 10 de febrero, más el de otra decena de compañeros asesinados en el transcurso de 10 años en Oaxaca y más de 300 agresiones, por los que persiste impunidad, convocó a reporteras y reporteros a alzar la voz frente a la ola de crímenes en nuestro país.
A esta protesta, como parte de la movilización nacional “No se mata la verdad”, se unió a distancia el hermano de Heber, Irving López, quien agradeció la solidaridad con la familia, y quien también ha expresado en otro momento su preocupación al no existir mecanismo de protección para la familia de su hermano, ni quien garantice el pleno desarrollo de los hijos que quedan en la orfandad.
El dolor, la tristeza; el enojo y frustración, por lo que el gremio periodístico vive se manifestó en esta protesta.
Periodistas de larga trayectoria y quienes en su momento también ha sufrido de la violencia, expresaron su repudió por los actos y exigieron justicia, pero también dejaron claro que “no se mata la verdad”, y la defensa por la libertad de expresión continuará, Ahora más unida que antes.
El periodista Pedro Matías, corresponsal de “Proceso” en Oaxaca, señaló que la democracia en México está herida, pues mientras el sistema político dice que va avanzando en democracia, “se va sepultando la libertad de expresión”.
“Nuestra mayor defensa es la palabra y vamos a defenderla le cueste a quien le cueste y le guste a quien le guste”, sentenció el experimentado comunicador ante los medios de comunicación, que hacían un doble papel en ese importante momento, alzar la voz dando voz a esta protesta.
La periodista Soledad Jarquín, madre de la fotoperiodista María del Sol Cruz, asesinada en 2018, volvió a expresar su defensa a la prensa y exhibir la omisión institucional para encontrar justicia.
“No nos escuchan, no nos ven, nos quieren callados, que bueno que estamos todos, vamos a demostrarle al poder que vamos a decir siempre: ya basta, ni un periodista más asesinado, ni una periodista más asesinada”.
Los agravios a la presa, agregó, representa una lesión del tejido social, pues lesiona a familias, “nos hieren, nos matan, pero aquí estamos y no vamos a permitir que coarten la libertad de expresión ni un día más”.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Periodistas de Oaxaca (APO), Felipe Sánchez, pidió al gremio a mantenerse unidos y exigir a los gobiernos, estatal y federal el cese de estos crímenes. “¡Justicia, fuera impunidad!”