Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 21 febrero de 2022.- Hay múltiples registros de choques entre periodistas y el poder presidencial a lo largo de la historia, sea por motivos económicos o por fobias, pero jamás se había visto a un mandatario mexicano tomar tan personal, desde el púlpito presidencial, un tema y un ataque contra comunicadores.
Esto lo ha hecho Andrés Manuel López Obrador, quien ganó por más de 30 millones de votos la titularidad del Ejecutivo, bajo el Partido Morena, pero que, paulatinamente, ha dilapidado el alto bono de confianza depositada en su persona.
Paradójicamente, el mandatario se dice demócrata, plural, abierto a la crítica y al escrutinio, pero ha hecho todo lo contrario en muchos aspectos y de eso ha dado cuenta la prensa, nacional, estatal e incluso internacional.
Y cada ataque, de quien sea, incluso señalamientos periodísticos, los ha descalificado y reducido a un ataque de “conservadores” (término ambiguo y que nadie sabe a qué se refiere) en contra de su plan “democratizador”. No hay un ejemplo en que reconozca una falla, que las hay, y recule, se disculpe o reconsidere.
Y eso a su vez ha generado que el país se encuentre dividido, entre buenos y malos, entre críticos y halagadores, entre aduladores y fifis, pero todos engoblados por el Presidente bajo el “conservadurismo” (se entiende de quienes no quieren cambios en el país).
EXTREMO LORET
Es cierto, hay periodistas de escritorio, de traje y corbata, que desde la comodidad de una oficina lujosa, con aire acondicionado y muchos subordinados, hacen “críticas” con fines aviesos.
También es cierto que muchos políticos están inmiscuidos en los medios de comunicación –la familia Madrazo Pintado, por ejemplo, con Latinus– y desde ahí impulsan e intentan imponer su ideología o sus intereses personales o grupales.
También es real que muchos resquemores y ataques “periodísticos” son ordenados por altos ejecutivos, irritados por no conseguir en este sexenio los multimillonarios convenios publicitarios.
Pero el Presidente ha centrado su irritación en contra de un grupo de comunicadores, como Raymundo Riva Palacio, Joaquín López-Dóriga y Carlos Loret de Mola. Televisa y Tv Azteca, siguen intocables, y con prebendas fuertes.
En el colmo de la criminalización de la prensa en general –no de esos cuantos–ha creado un propio espacio para señalar inconsistencias de los informadores, “Quién es quién en las mentiras”, en que una señorita que continuamente se equivoca –“no es falso, pero no es verdadero– y ridiculiza a la prensa.
Y en los últimos días, López Obrador ha centrado sus ataques contra Loret de Mola –a quien no defendemos ni señalamos–, porque éste ha exhibido una supuesta mansión propiedad del hijo mayor del Presidente, en Houston, Texas.
La irritación del mandatario llegó al punto de las lágrimas el pasado martes 15 de febrero para defender la honestidad de su familia… pero arremetió de nuevo contra la prensa, y de manera insistente contra Loret, al grado de llegar a una probable violación a la ley, al revelar datos personales del comunicador.
¿QUÉ SIGUE?
Según Joaquín López Dóriga, de acuerdo con el último reporte de Spin, la agencia de Luis Estrada, sobre las “mañaneras”, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha mencionado en forma reiterada a intelectuales y periodistas, a los que ha reprochado lo que ha querido e involucrado en lo que se la ha ocurrido:
Enrique Krauze es al que más ha nombrado, 171 veces, y Héctor Aguilar Camín, 129.
En el rubro de periodistas, al que más se ha referido, sobre todo en los últimos días a partir de la casa de Houston, es a Carlos Loret, 124 veces. Sigue López Dóriga al que ha citado en 52 mañaneras, Ciro Gómez Leyva 49, Carmen Aristegui 44 y Raymundo Riva Palacio 20.
El presidente está irritado y combate desde sus conferencias matutinas a todos sus enemigos. Pero especialmente a la prensa que lo critica, que es la mayoría.
Con sus declaraciones y descalificaciones, el Presidente de México sólo ha conseguido mayor polarización en el país… y ha puesto en mayor riesgo a la prensa.
Casualidad o no, en el periodo en que ha intensificado sus agresiones, en México se han registrado en mes y medio cinco asesinatos de periodistas, uno de ellos en Oaxaca, sin contar una triple cantidad de ataques de todo tipo.
Como lo hemos dicho, las y los periodistas no son un ente o un grupo privilegiado al que se le debe cumplir todos sus caprichos y poner a la toda la policía a su alcance para resguardarlos.
No. Sólo se pide a las autoridades de los tres niveles que respeten la labor de la prensa y que eviten agresiones y crímenes. Por supuesto que hay yerros en la información, pero para eso existen los canales adecuados para precisar o en su caso para pedir rectificación o hasta llegar a una denuncia judicial. Pero nunca llegar a los golpes, a los ataques verbales y a arrebatar la vida.
