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Incertidumbre y esperanza abraza a la familia de migrantes oaxaqueños

por Agencia Zona Roja

Yuridiana Sosa/Zona Roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., 2 de julio de 2022.- Pese a la confirmación oficial, en la casa de Mariano, migrante chinanteco de Oaxaca que viajó en trailer a Texas, Estados Unidos, no pierden las esperanzas de volver a verlo con vida.

Las visitas a Luz Estrella -esposa, pero considerada por las últimas noticias como la viuda- no cesan por familiares o amistades, ya sea para saber nuevas noticias o darle ánimos.

Pero ella ya está agotada; sus dos pequeños hijos demandan su atención, su cariño. Sólo desea que la pesadilla acabe.

La tristeza recorre los pequeños cuartos de la casa donde una numerosa familia comparte techo en una colonia de Tuxtepec, en la región Cuenca.

Lo mismo hace la incertidumbre, pues desde el jueves por la mañana que recibieron la supuesta confirmación de que Mariano Santiago Hipólito había muerto en el trailer en San Antonio, Texas, nadie, ni familiares en la frontera, ni autoridades migratorias ni estatales, nadie se ha vuelto a comunicar con ella.

Por eso la esperanza que todo se trate de una confusión no se extingue, para nadie , principalmente para Luz Estrella y el padre de los hermanos Santiago Hipólito, el señor Pioquinto Santiago Vicente, que este fin de semana también llegó a ver a su nuera y nietos. La esperanza sigue viva, a pesar del la confirmación oficial.

RUEGA POR DOS HIJOS

Don Pioquinto Santiago afirma que es un hombre fuerte, que no puede llorar, pero siente en el alma la presunta pérdida de un hijo y que otro, Bigaí, se encuentre hospitalizado de gravedad.

El hombre indígena de San Felipe Usila, hablante de su lengua madre, apenas entiende el español, pero se esfuerza por hablarlo.

De sus hijos no tiene mayor información y eso también lo mantiene desconcertado, alimentando la esperanza de volver a ver a ambos con vida.

El hombre, como lo dijo momento antes en la entrevista, no llora, pero se le cristalizan sus ojos que tomaron un tomo rojizo.

Don Pioquinto, que parece un hombre de pocas palabras y severo, agarra valor y sin titubear, en su español pide ayuda a los gobiernos, para que sus hijos vuelvan, pero también para ayudar por ahora con el sustento de sus nietos.

Todo en casa de Mariano gira en torno al caso, en espera de nuevas noticias.

Mientras tanto, sus pequeños hijos juegan en el patio que de vez en vez recibe vistas a las que ofrecen una taza de café y pan.

En el patio donde hoy Luz Estrella espera que una vez más llegue el padre de sus hijos, su esposo, aunque sea en el féretro.

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