Yuridana Sosa/Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 3 de noviembre de 2022.- Triste, silencioso y con pasillos y mesas vacías, lució el Centro Gastronómico de Oaxaca, en la capital, durante las fiestas de “Día de Muertos” pese a la presencia de miles de turistas en la ciudad.
El enorme y elegante complejo ubicado en el antiguo convento del Carmen Alto, a pocos metros del templo de Santo Domingo de Guzmán, lució “muerto” a dos meses de iniciar operaciones –y tres meses inaugurado— con la idea de “revolucionar” la cocina tradicional y contemporánea de Oaxaca, pero desde una selectiva lista de chefs de renombre internacional.
En julio pasado se cortó el listón de este espacio que tuvo una inversión de 69.8 millones de pesos, por medio de la Secretaría de Economía y el Instituto del Patrimonio Cultural del Estado de Oaxaca (Inpac).
La concurrencia fue novedad durante el día de su inauguración, el 21 de julio, y tras la puesta de actividades hasta el 29 de agosto.
En un recorrido por ZONA ROJA, durante la festividad, se constató la escasa presencia de comensales, restaurantes solitarios donde sólo permanecían los trabajadores, así como una planta alta –reservada a eventos especiales- completamente vacía y desperdiciada que abona más al desocupado lugar.
Nada que envidiar por parte de los locatarios de los mercados tradicionales, quienes ante el anuncio de la apertura de ese lugar temían por ser desplazados de la preferencia de los clientes.
COSTOSO SABOR
La exclusividad del Centro Gastronómico de Oaxaca viene desde la concesión de los espacios a restaurantes de alto nivel, que ofrecen platillos tradicionales con elegantes presentaciones y altos costos para un comensal promedio.
Los espacios, que prometen gastronomía de las ocho regiones del estado, son dirigidos por Aurora Toledo de “Zandunga”, Alejandro Ruiz de “Casa Oaxaca”, Rodolfo Castellanos de “Origen”, Olga Cabrera de “Tierra del Sol”, Celia Florián de “Las Quince Letras”, Andrea Sánchez de “El Tendajón Agavería”, José Manuel Baños de “Pitiona” y Sabás Espinoza de “Maguey y Maíz”.
Para dar un aire más tradicional, sin dejar las exclusividades, también se venden aguas de sabores y nieves tradicionales de “Chagüita”, más 17 marcas de cervezas artesanales por parte de la Asociación de Cerveceros de Oaxaca, así como café de Blasón y mixología a cargo de Jesús Ortiz de Barra Archivo.
Los precios hacen honor al amplio espacio que conjuga la modernidad con la antigua arquitectura y los renombrados chefs.
Tamales por 70 y hasta 110 pesos; tostadas de pulpo o pescado en 165 pesos; ceviche por 195 pesos son algunos de los costos a la vista; y entre los más accesibles, mole por 90 pesos y orden de tres picadas por 65 pesos, sin considerar el tamaño de la pieza.
A dos meses de nacido este recinto, aún carece de vida; la propuesta de un sitio turístico gastronómico de “alto nivel” aún no se percibe, mientras que las cocinas tradicionales y mercados populares siguen siendo la atracción de turistas.
