Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., a 28 de noviembre de 2022.- En la recta final del sexenio de Alejandro Murat Hinojosa, termina también el sexenio de Eloy López Hernández al frente de la Sección 22 del SNTE, gremial que mantuvo docilidad extrema en el mandato del priista.
Después de más de cuatro décadas de creada la Sección 22, adherida a la combativa Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), llega una mujer al frente, la indígena Mixe Yenny Aracely Pérez Martínez, docente originaria de Tamazulápam del Espíritu Santo, egresada de la Universidad Pedagógica Nacional y con maestría en el Centro de Investigaciones y Estudios en Antropología Social.
En ello fue clave la alianza, también histórica, de seis regiones para derrotar a los llamados “Pozoleros”, grupo identificado con el PRI y a cuyos intereses ha servido por varios años.
¿Pero con ello se recuperará la lucha combativa del gremio? Porque López Hernández estuvo absolutamente plegado a los designios gubernamentales, como no se había visto antaño.
Claro, evidentemente que la más beneficiada fue la niñez oaxaqueña, pues tuvo prácticamente ciclos lectivos completos, como nunca antes también sucedía.
Quizá por la pandemia de Covid-19, pero más por la abulia de su dirigencia sindical, la Sección 22 se mantuvo extremadamente tranquila y hasta de la lucha social, a favor del pueblo, y de sus fechas emblemáticas se olvidó.
DESEMPEÑO GRIS
López Hernández fue electo el 21 de enero de 2017, para suplir al comité que encabezó Rubén Núñez Ginez, pero llegó completamente gris, sin fuerza, sin liderazgo.
Como tampoco asumió esa lucha el secretario de Organización, Genaro Martínez, que terminó por ceñirse a los designios presupuestales oficiales.
Acaso el secretario de Prensa, Wilbert Santiago, asumió el rol de opositor en el interior del comité ejecutivo, junto con un reducido grupo, pero fue más en busca de posiciones políticas, con miras al relevo sindical, que auténticamente una lucha contra la corrupción y el probable enriquecimiento de Eloy López y su camarilla.
Los demás integrantes del comité, sólo estuvieron a la expectativa económica para no quedarse atrás. José Carlos López Alonso, de Finanzas; en Previsión y Asistencia, Jorge Cajero Velasco; en Créditos, Sabino Cruz Sánchez, de Tuxtepec; en Vivienda, Marcos Peña López, de la Sierra, y en Relaciones, Natanel Lorenzo Pablo, todos más levantaron la voz.
En este último año, ni siquiera se acordaron de su emblemática batalla de Todos Santos, el 1 de noviembre, o del 25 de noviembre de 2006, como antaño sucedía; en anteriores ocasiones, como el 14 de junio, las ganas de salir a las calles y de protestar para exigir justicia, se esfumaron.
El nombre de Ulises Ruiz Ortiz, quedó para el anecdotario y solamente fue coreado en algunas ocasiones por un reducido grupo de docentes, para insistir en justicia por la violencia originada el 14 de junio de 2006. Mucho menos de José Manuel Vera Salinas, hasta hoy funcionario estatal, e incluso uno de los enlaces con un ala magisterial oficialista.
SINDICATO DECADENTE
Pero, salvo la lucha que dieron los integrantes de la dirigencia que encabezó Rubén Núñez Ginez, al rechazar la reforma educativa que promovió Enrique Peña Nieto, no se recuerda años atrás una Sección 22 combativa.
De Enrique Rueda Pacheco, quien encabezaba al magisterio cuando los hechos del 2006, sigue viviendo holgadamente en Canada; Azael Santiago Chepi es diputado local por segunda ocasión, pese a su apasionamiento por los fermentados, y es uno de los nuevos millonarios del magisterio.
Insistimos, no es que se quiera que las y los maestros estén todos los días en las calles perjudicando a la sociedad, pero tampoco han defendido sus derechos.
Con la excepción de la abrogación de la reforma educativa, impulsada por Andrés Manuel López Obrador, no hay más triunfos. Pero éste se dio más que por la lucha sindical, por complacencia del Presidente de México y gratitud ante el apoyo para ganar la Presidencia.
Y la puntilla: otorgarles más de 50 mil plazas, para no generarle protestas a su administración, lo cual ha quedado demostrado vez tras vez, como en el caso de las erradas políticas educativas desde la SEP, durante el actual sexenio, en que nadie se ha quejado.
Exactamente, la dirigencia que encabezó Eloy López acompañó todo el sexenio de Alejandro Murat, y lo mantuvieron dócil.
Quizá por ello el precongreso del fin de semana reprobó todos y cada uno de los informes de las secretarías y organismos auxiliares.
Pero pese a ello, el ahora ex dirigente magisterial será a partir del 1 de enero próximo, presidente municipal de San Juan Teita, violando los principios rectores de la Sección 22.
¿QUÉ SIGUE?
Obviamente que nadie quiere un magisterio que todos los días esté bloqueando calles y carreteras, por exigencias pueriles.
Pero antaño se distinguía por acompañar las luchas del pueblo, como le llaman; hay tantas necesidades en las comunidades de Oaxaca que no tienen ahora una luz que les guíe para buscar justicia y apoyo social.
La pobreza ancestral, la falta de servicios básicos, las exigencias de justicia, continúan por todos lados, sin que haya habido resultados positivos en el gobierno de Alejandro Murat.
El anuncio en el actual sexenio estatal, de otorgar más de 50 mil plazas a la Sección 22 fue beneficio para amigos y familiares del anterior comité ejecutivo, y tampoco nadie acusó corrupción.
Inicia un nuevo ciclo con nueva dirigencia gremial y lo primero que desean las bases sindicales es acabar con el “charrismo”; deslindarse del oficialismo; en seguida ajustar cuentas contra quienes han medrado con el sindicato magisterial; además, pugnar por recuperar la democracia interna y no dejar más en el abandono a las comunidades oaxaqueñas.
¿Recuperará Yenny Aracely Pérez Martínez la dignidad del magisterio? O se ceñirá a los designios gubernamentales. “La mujer con convicción, no se vende con Salomón”, refiere una imagen en redes sociales, en referencia a la nueva secretaria General.
Por lo pronto, Salomón Jara Cruz no tiene operadores políticos con credibilidad en el magisterio. Inicia un sexenio morenista, de un gobierno supuestamente de izquierda; inicia un cuatrienio magisterial. La moneda está en el aire.