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Opinión. ¿Romperá Salomón Jara pacto de impunidad AMLO-Murat?

por Agencia Zona Roja

Ismael García M./Zona Roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., a 12 de diciembre de 2022.- Sabedor de que entre los dos había fricciones y muchas diferencias y que, de no limar asperezas, la transición gubernamental tersa corría peligro, el pasado 2 de octubre en la Villa de Mitla, el Presidente Andrés Manuel López Obrador les pidió darse la mano:

“Entonces, yo lo que quiero decirles aquí, aunque respeto la opinión de quienes no comparten mi punto de vista, yo quiero decirles que Alejandro Murat nos ha ayudado mucho aquí y se lo agradecemos, y vamos también a ayudar al gobernador electo, Salomón Jara.

“Miren la transición esta. A ver, párense y dense la mano aquí”, dijo al entonces gobernador en funciones y al próximo mandatario estatal. Así, con un apretón de manos, no de buena agrado de ambos, se operó la transición.

Lo que no cumplió el Presidente de México fue el homenaje a Murat, que hasta fecha le había puesto: el 25 de noviembre, pese considerarlo un aliado de la 4T y de haber pactado ambos la entrega del gobierno a Morena.

Los invitó de nuevo a ambos el 21 de noviembre, en el Palacio Nacional, al homenaje a Ricardo Flores Magón, donde de nuevo les pidió una transición pacífica.

«Están ya a pocos días de concluir un mandato e iniciar otro en Oaxaca y celebro que se esté llevando a cabo esa transición en armonía como lo merece el pueblo de Oaxaca”, dijo en su mensaje.

Y la pinza la cerró el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, precisamente el 25 de noviembre, al recibir a ambos en privado, para reiterarles la petición presidencial: transición tersa.

¿TRANSICIÓN TERSA?

Así se auguraba un cambio de gobierno sin complicaciones y así ocurrió. El 30 de noviembre y en un acto privado, Alejandro Murat firmó y entregó a Jara Cruz los documentos requeridos y así culminó el traspaso de gobierno.

El 1 de diciembre, el priista ya no estuvo en la toma de posesión del morenista ni en los demás actos. Se fue de Oaxaca y regresó a su entidad natal, el Estado de México. 

Sin embargo, ese mismo día, Jara Cruz comenzó su andanada contra Murat, en su discurso ante el “pueblo”, llevado de diversas regiones al auditorio “Guelaguetza” de la capital.

“La ineptitud, la soberbia, la prepotencia, la mentira y la simulación, fueron el sello de la administración saliente y como lo reiteré hasta el cansancio, no vamos a permitir que nos engañen, que engañen al pueblo de Oaxaca”, inició, para detallar las irregularidades.

Citó que de la deuda que dejó el ex mandatario priista, Ulises Ruiz heredó a Gabino Cué un monto aproximado de seis mil millones de pesos; que le dejó a Ulises Ruiz Ortiz 15 mil 594 millones de pesos y “ahora estamos conociendo que la deuda se ha incrementado a más de 20 mil millones de pesos, esto es muy desagradable y sobre todo que no podemos seguir permitiendo”.

De la deuda de tres mil 500 millones de pesos que le autorizó el Congreso a Murat, “supuestamente para financiar diversas obras de infraestructura que se nos dio a conocer, se ha manipulado la información con la intención de ocultar obras de infraestructura, deficiente o inconclusas y que constituye elefantes blancos.

“Estoy obligado a destacar algunos de los fracasos más destacados”, dijo, al citar que el Foro de Huatulco costó más de 30 millones de pesos (aunque la cifra oficial es de más de 300 millones de pesos; es un verdadero fracaso”.

La Casa de Alas del DIF con más de 60 millones de pesos es una obra que está hoy derrumbándose y el Centro Cultural “Alvaro Carrillo”, más de 527 millones de pesos, fue inaugurada como “una burla del pueblo de Oaxaca, todos fueron inaugurados de manera apresurada y sin haber cumplido al 100 por ciento de su avance físico, constituyen hermosos cascarones que muestran proyectos inclusos y mal hechos”.

Además, el gobierno saliente incrementó las bases laborales en cerca del 37 por ciento; “esto no lo vamos a aceptar, quisieron pasarse de lanzas, ya tenemos la información que dos grandes dirigentes del PRI vendieron plazas, esto no lo vamos permitir, no se pueden burlar de nuestro pueblo”, dijo en su mensaje el 1 de diciembre.

¿Y LAS OBRAS?

Murat Hinojosa dejó un sexenio turbio, de permanentes señalamientos de corrupción, de escasas obras públicas, de manejos financieros sospechosos y de inaugurar algunos trabajos sin concluir, y con serias deficiencias.

En sus seis años, nadie sabe en qué se aplicó el presupuesto estatal, un promedio total de más de 100 mil millones cada año; bueno, una parte importante aportada por el gobierno federal para sus propias acciones.

En dos años con Enrique Peña Nieto, la administración estatal se la pasó en lamentos, sin recibir ningún apoyo extraordinario, y supuestamente habría canalizado el presupuesto para atención a la emergencia por sismos, en 2017 y 2018.

No obstante, en ese aspecto aún hay quejas de al menos mil damnificados en la región del Istmo.

Con López Obrador, en cuatro años tampoco ha habido apoyo directo al gobierno estatal, aunque sí hubo aportaciones federales extraordinarias, que nadie sabe en qué se aplicaron, pues en casi tres años de pandemia por Covid-19, el gobierno estuvo prácticamente paralizado.

Mucho menos le cumplió Obrador a Oaxaca con la conclusión de las supercarreteras a la Costa y al Istmo, mientras que el proyecto del Corredor Interoceánico, avanza lento, al igual que la ampliación del puerto de Salina Cruz.

Acaso donde más se ve reflejada la mano del Presidente es la construcción de caminos de concreto a más de un centenar de cabeceras municipales, pero obras ejecutadas de manera directa.

¿Qué hizo Alejandro Murat? Largo sería describir, por ejemplo, las múltiples obras públicas relevantes que dejó su padre, como hospitales, bulevares, clínicas de rehabilitación para personas con discapacidad.

Ulises Ruiz también, pese a los señalamientos de la represión del 2006, dejó una cantidad de obras importantes, como hospitales, universidades y el remozamiento del zócalo y de calles del Centro Histórico, que hasta hoy perdura.

Evidentemente que hubo señalamientos de corrupción para ambos priistas, pero las obras ahí están; no se puede decir lo mismo de Gabino Cué, que lo único que dejó es un puente a desnivel en la capital y el Centro de Convenciones en Santa Lucía del Camino, así como el Centro de Iniciación Musical, y es todo.

¿Pero qué hizo Alejandro Murat? Nada. El presupuesto anual nunca fue suficiente para el mandatario priista originario del Estado de México y en 2019 pisó la autorización de un préstamo, por tres mil 500 millones de pesos.

El Congreso se lo autorizó, pero no fue sino al inicio de este año en que impulsó dichas obras, con tanto retraso, que todas quedaron inconclusas, y a pesar de ello las inauguró.

El Centro Cultural “Álvaro Carrillo”, el Circuito Interior, la rehabilitación del bulevar de Símbolos Patrios y el centro de convenciones de Huatulco. Es todo.

Se hicieron con dinero de deuda, que seguirán pagando los oaxaqueños en esta administración.

Murat Hinojosa presumió siempre un crecimiento económico importante y disminución de la pobreza, pero no hizo nada para esos logros.

Son resultado de las obras que impulsa el Presidente de México, principalmente el Corredor Interoceánico, que ha generado una muy importante cantidad de empleos y en consecuencia derrama económica.

¿Combate a la pobreza? En realidad el “milagro oaxaqueño” lo han hecho los migrantes con el envío de remesas y el dinero que López Obrador riega directamente desde los programas federales para niños, estudiantes, jóvenes, adultos mayores. Así que no hay nada que festinar.

¿Y LAS DENUNCIAS?

Entrevistado el 2 de octubre, durante el acto en la Villa de Mitla tras asistir a un acto del Presidente López Obrador, todavía Jara Cruz, reiteró que habría una transición pacífica.

“He visto una buena actitud de parte del gobernador, no así en Tamaulipas, ayer (sábado 1 de octubre) estuve en la toma de protesta de Américo Villarreal y corrió el gobernador de Tamaulipas, aquí es diferente, ha habido otro tipo de relación, muy respetuosa y sobre todo muy buena relación”, dijo.

Reiteró que la transición entre Alejandro Murat y él sería “pacífica, tersa, como nunca”, pues hasta ha trabajado “de la mano” con el Ejecutivo federal. 

Y se le preguntó si no investigaría al gobernador priista saliente:

“Todavía no tenemos nuestra entrega recepción, esperemos ya cuando estén los equipos de transición, ya sabemos qué va a pasar”.

Ya hubo las primeras denuncias, verbales, acerca de la presunta corrupción en el sexenio priista y falta mucho más: los fiats notariales entregados de manera irregular, el probable enriquecimiento ilícito de los mexiquenses que gobernaron, el saqueo del erario, la contratación de empresas “fantasma”, el sobrecosto en obras, la compra de múltiples propiedades particulares, en la Costa, Valles e Istmo y una larga lista.

El “milagro oaxaqueño” se está convirtiendo en la pesadilla oaxaqueña y, de haber verdadera intención de justicia, muchos ex funcionarios, titulares y mandos medios deberán estar en la cárcel.

Alejandro Murat ya se regresó su natal Estado de México y Salomón Jara ya no tiene intenciones de respetar el pacto presidencial de impunidad. La pregunta es: ¿de verdad investigará y presentará las denuncias correspondientes?

O seguirá imponiendo López Obrador su manto de impunidad con quien ahora quiere ser candidato presidencial del PRI… y probable Plan C del mandatario mexicano.

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