Redacción/Zona Roja Cdmx.
Ciudad de México, a 23 de diciembre de 2022.- En América Latina y el Caribe existe una “alta incidencia y recurrencia” de violencia sexual contra las mujeres en el ámbito laboral, señala un informe de la Fundación Friedrich Ebert (FES). Pero es en Costa Rica, Argentina y México donde más trabajadoras identifican que han sido acosadas u hostigadas sexualmente.
Los hombres son los principales agresores, señala el reporte La violencia laboral en el marco del Convenio 190 de la OIT 2022. Entre ellos, los jefes son quienes más violentan sexualmente a las empleadas, seguido por los compañeros de trabajo y, en tercer lugar, los clientes, según los resultados de la investigación.
El estudio lo realizaron la FES y la organización Grow Género y Trabajo para conocer la situación de violencia laboral en 14 países de la región. Indagaron principalmente sobre cuatro tipos de violencia: económica y patrimonial, física, psicológica, simbólica y sexual.
Respecto a esta última, el 51% de las mujeres en Costa Rica dijo haber sido acosada u hostigada sexualmente. En el segundo lugar de la lista se ubica Argentina, con el 46% de las trabajadoras; le sigue México, donde el 43% de las empleadas señaló haber vivido este tipo de violencia.
Asimismo, México el segundo país con mayor incidencia de violencia física contra las trabajadoras. Ese lugar lo comparte con Perú, en ambos lugares 11% de las mujeres han sido agredidas corporalmente en el ámbito laboral o amenazadas de ser lastimadas. El primer lugar lo ocupa Guatemala, con 15%, y luego Panamá, con 10 por ciento.
“Los resultados dejan en evidencia que el género y el puesto jerárquico siguen siendo los principales factores de construcción de poder en las relaciones laborales”, subraya el documento. Es urgente modificar los modelos de liderazgo y fortalecer los canales de denuncia, añade.
Según los resultados del estudio, en general, son las mujeres y las personas de las disidencias sexuales quienes reciben más violencia laboral que los hombres, indica el reporte.
Aunque las agresiones sexuales no son las más frecuentes en el ámbito laboral, “contiene a las violencias más graves”. También es el tipo de violencia que “impacta de forma más desigual a mujeres y personas de otras identidades respecto de los hombres, superando los 20 puntos porcentuales de diferencia en su perjuicio”.
Ellas y elles experimentan en mayor medida la solicitud de favores sexuales o han sufrido contacto físico con violencia y sin consentimiento. Las peticiones de “favores sexuales a cambio de ascensos o mejoras en las condiciones laborales son prácticas muy difundidas y naturalizadas en algunos países”.
Las dos formas más recurrentes de la violencia sexual en el trabajo son: “Comentarios inadecuados sobre el cuerpo o vestimenta y acercamientos físicos inapropiados, que pueden implicar desde avances sobre el espacio personal hasta contacto físico no consentido”.
En la investigación, las organizaciones registraron “desde comentarios inapropiados con connotación sexual (‘una vez mi jefe me indicó que usara pantalones porque mis piernas lo distraían’), hasta ‘miradas incómodas’, insinuaciones sexuales, propuestas de reuniones a horas inadecuadas, acercamientos y tocamientos sin consentimiento enmascarados como chistes y en algunos casos, insistencia para mantener relaciones sexuales e, incluso, intentos de violación”.
(Información de “El Economista”)