Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., a 1 de mayo de 2023.- A simpatizantes o no, preocupó sobremanera el estado de salud del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Justo hace una semana, tras una gira en Yucatán, se desvaneció y fue llevado de emergencia a la Ciudad de México.
Una errada política de comunicación del gobierno federal desató toda clase de comentarios, que derivaron en especulaciones de infarto al miocardio y hospitalización en Estados Unidos.
Fue el propio Obrador que salió la tarde del miércoles a dar un largo mensaje, de casi 20 minutos, para precisar que sólo fue Covid-19 y que se reponía; al día siguiente ya apareció en su acostumbrada conferencia “mañanera”.
Pero resurgió para retomar las imposiciones que en particular, ha generado un descontento social no solamente de los opositores en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República.
Porque fue demasiado evidente que el viernes por la tarde, los senadores morenistas y aliados, hayan acudido en tropel al Palacio Nacional, para recibir línea del mandatario mexicano.
Reunión a la que, por cierto, asistieron los cuatro aspirantes a suceder a López Obrador: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y, por primera vez después de dos años junto al Presidente, Ricardo Monreal.
Suspicaz encuentro porque apenas salieron los senadores, se dirigieron de inmediato a la antigua sede, en Xicoténcatl, Centro Histórico, para reanudar la sesión, que había sido decretada en receso en la sede principal, debido a que fue “tomada” la tribuna por parte de opositores.
“FAST TRACK”
Lo criticable fue proceso legislativo, a lo largo de la noche del viernes y la madrugada del sábado, en que aprobaron unas 20 reformas legislativas que los legisladores de oposición presumen llena de irregularidades.
Sobre todo porque, según los inconformes, no se reunió el quórum en varios casos en que se trataban temas constitucionales.
Más aún, que haya sido “fast track”, sin los debidos procedimientos, ni siquiera lectura de los dictámenes.
El resultado es que la mayoría de las reformas serán impugnadas ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación y es muy probable que sean rechazadas o anuladas.
Condenable también la pretensión del mandatario mexicano de desaparecer o fusionar diversos organismos, entre ellos el Instituto Nacional de Acceso a la Información, mediante la cual justamente se había promovido la transparencia del poder público.
Otra de las propuestas es transferir el nivel educativo indígena de la SEP al Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, lo cual desde la semana pasada ha desatado inconformidades por parte del magisterio, sobre todo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, que sin duda se movilizará con todas sus fuerzas para impedir ese cambio.
Con la línea que dio Andrés Manuel López Obrador a los senadores, en el propio Palacio Nacional, se rompió la división de poderes y ahora el Senado es apéndice del Ejecutivo federal, como ha ocurrido también con los diputados federales.
Mal haría y mal terminaría su sexenio López Obrador si continúa con su pretensión de seguir imponiendo sus reformas legales y sus caprichos por desaparecer organismos vitales como el INAI, sin antes consultar al pueblo y no busca el consenso con las demás fuerzas políticas, para equilibrar el orden constitucional. De persistir, terminará su sexenio como un dictador y un tirano.
HABLADO DE SINDICALISMO
En el caso de Oaxaca, el gobierno de la llamada “Cuarta Transformación” no es muy distinto. Hay escaso diálogo con la sociedad; se usa cada vez de manera más frecuente la fuerza policiaca para desalojar manifestantes; la delincuencia está desatada.
No fluyen aún los recursos presupuestales y no hay hasta ahora proyectos de obra pública de gran impacto que se hayan iniciado, a pesar de que desde enero se entregan de manera normal los recursos federales.
El diálogo es uno de los grandes ausentes del gobierno de Salomón Jara Cruz y la falla principal es de la responsable de la política interna del Estado, la Secretaría de Gobierno.
Pero sorprende que haya concluido de manera tersa la negociación entre el sindicato de burócratas y el gobierno estatal, a través de la Secretaría de Administración.
Cotidianas y largas horas de mesas de trabajo por casi un mes finalmente concluyeron el pasado 24 de abril, en que el secretario Antonino Morales dio a conocer por la noche de ese día el fin de las negociaciones.
Y de inmediato, al día siguiente a primera hora, en el Palacio de Gobierno, con la presencia de representantes de los tres poderes del Estado, se suscribió el acuerdo entre el Sindicato de Trabajadores al Servicio de los Poderes y la Secretaría de Administración.
Ninguna queja de los sindicalizados, ninguna protesta, más que las tradicionales de este 1 de mayo; la dirigencia del STPEIDCEO, a pesar de estar identificada plenamente con los priistas, en esta ocasión guardó armas.
Pues al inicio de la negociación pretendieron movilizar a las bases, con la colocación de cartulinas de exigencia en todas las dependencias públicas, que al final quedaron como testimonio del único intento de protesta.
Esta estrategia eficaz de negociación sindical debería ser la muestra para el IEEPO, que dirige el ex edil juchiteco Emilio Montero Pérez, para enfrentar también el pliego petitorio de la Sección 22 del SNTE, que se entrega este 1 de mayo y que demandará respuestas ya, en un lapso de 15 días.
De lo contrario —como parece que será—, tendremos más marchas, plantones, “toma” de oficinas y más de la táctica magisterial para lograr todo lo que quiere.
Quizá menos complicada pueda ser la negociación del pliego petitorio de la Sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud, que también entrega este mes.
Es una dirigencia a modo la que dirige ahora a los más de 13 mil trabajadores, pese a las supuestas inconformidades de hace una quincena, por el pago irregular en la nómina.
A modo o no las dirigencias sindicales, lo menos que puede hacer el gobierno de Salomón Jara es respetar a los gremios sindicales, cumplir con sus obligaciones laborales sin afectar al trabajador ni las finanzas públicas. Pero sobre todo, mantener una disposición permanente al diálogo, porque de lo contrario, tendrá continuos brotes de inconformidad.