Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 1 de mayo de 2023.- Domingo de bullicio, por el Día del Niño y de la Niña. Restaurantes llenos, zócalo repleto, de paseantes y de grupos musicales. Hasta una festiva vela istmeña hubo.
Pero el contraste, en el corredor exterior del Palacio de Mujeres, donde en silencio, un grupo de mujeres protestó para exigir la búsqueda de sus seres queridos.
Como el caso de doña Martha Pablo Cruz, representante del Colectivo Oaxaqueño “Buscando a los nuestros” A. C.
Están a punto de cumplirse cuatro años de la desaparición de su hijo Jassiel Vladimir Florián Pablo, desaparecido en Pinotepa Nacional y cuyo último dato se tuvo el 22 de mayo de 2019 en Tlapa, Guerrero.
Con tristeza rememora el hecho, pero también con firmeza encabeza a un grupo de activistas para seguir buscando a los suyos.
Platica a ZONA ROJA del proyecto “Sangre de mi sangre”, un tejido en rafia, que utilizarán el próximo 10 de mayo, en que marcharán con otros colectivos para seguir exigiendo que sean localizados sus familiares.
Explica que a nivel estatal hay unas cinco mil personas desaparecidas y en el caso de “Buscando a los nuestros”, congrega a 16 familias.
Reconoce que en el gobierno de Salomón Jara ha habido más apertura que en el sexenio de Alendro Murat. También mayor atención en la Fiscalía General del Estado, que preside Bernardo Rodríguez Alamilla.
“Hemos tenido una respuesta favorable, estamos a unos días de nuestra reunión con la Fiscalía, esperamos y tenemos la confianza que habrá resultados, porque los gobiernos anteriores, los fiscales anteriores, ni siquiera nos recibían, ni siquiera nos abrían las puertas”, dice.
“Afortunadamente este nuevo fiscal se le ve buena disposición, confiamos en que haya mejores resultados, tenemos esa confianza como madres, espero que sí den los resultados que deseamos”, agrega.
Antes de la desaparición de su hijo Jassiel Vladimir, era indiferente, como muchos más, a las causas sociales justas y al reclamo de familiares de desaparecidos.
“Antes de que eso pasara, yo creía y erróneamente pensaba que Oaxaca no había desaparecidos, no había crímenes, porque no lo vivía, y muchos que pasan igual son igual que yo.
“Vivía en mi mundo y no le ponía atención a los demás, pero tiene que tocarnos, tiene que pasarnos y sentir en carne propia, para identificarnos con esas personas.
“Por eso solicitamos la solidaridad de las personas, la empatía, el apoyo; desgraciadamente la humanidad no es empatiza a nuestro dolor, porque no viven lo que nosotros vivimos”, expone.