Inicio COLUMNA Opinión. ¿Y en dónde está el PRI como oposición en el Congreso?

Opinión. ¿Y en dónde está el PRI como oposición en el Congreso?

por Agencia Zona Roja

Ismael García M./Zona Roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., a 31 de julio de 2023.- Es curioso, pensando con ingenuidad, pero con Alejandro Murat, los Ona diputados priistas imponían sus reglas en el Legislativo y prácticamente controlaban a los morenistas, pese a que éstos eran mayoría.

Y ahora, los priistas, cada vez más diezmados, sólo obedecen a los intereses de los representantes de Morena, pero nunca a su partido, y mucho menos a su ex jefe político, que también dejó tranquilamente su sexenio, una vez que entregó la gubernatura al partido guinda, a petición presidencial y a cambio de impunidad.

La razón es muy sencilla: poderoso caballero es don dinero y todos, de cualquier color partidista, bailan al ritmo de la decena de millones que se reparten cada año desde el Congreso del Estado, como ha ocurrido en el pasado.

Ejemplos hay muchos y el más reciente es la desaparición del Tribunal de Justicia Administrativa, así como el nombramiento de siete magistrados para el nuevo órgano que lo sustituyó, nombres enviados por el titular del Ejecutivo, Salomón Jara Cruz y que fueron avalado sin chistar.

Pero si así de dóciles y sumisos están los diputados del tricolor, ¿por qué la tolerancia y la genuflexión de la dirigencia del Comité Ejecutivo Estatal que encabezan Javier Villacaña Jiménez y Lizbeth Concha Ojeda? A menos que también estén recibiendo beneficios morenistas a cambio de su silencio. O busquen respaldo.

ACATAR ÓRDENES

El pasado sábado 24 de julio, en un lapso de tres horas y en dos sesiones extraordinarias del pleno, se concretó una modificación constitucional que a nivel estatal ha generado poca polémica. Acaso dos-tres legisladores aparentemente opositores alzaron la voz ese día, pero no pasó a mayores.

En cambio, a nivel nacional, hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación -en receso- actuó de manera rápida, tanta que ordenó de inmediato no desaparecer el órgano, restituir a los 12 magistrados depuestos y crear otro problema: dos tribunales en funciones.

Pero el presidente de la Junta de Coordinación Política, Luis Alfonso Silva Romo, ni sufre ni se acongoja, pues se limitó a obedecer órdenes del Ejecutivo; firmar la reforma constitucional y ahora hace poco para defenderla, ocupado más en actividades proselitistas.

Organismos del país relacionados también con el combate a la corrupción han criticado la agilidad conque se aprobó el Tribunal de Justicia Administrativa y Combate a la Corrupción, a lo que ha tenido que responder el Ejecutivo local, a través del consejero Jurídico Geovany Vásquez, pese a que el órgano es un ente autónomo.

El pleito legal va para largo pero esta aprobación “fast track” muestra que nadie puede poner ni pondrá freno al avasalle de los morenistas para aprobar cuanta reforma requiera el mandatario Salomón Jara y van por más, sin ningún freno.

EL PRI SUMISO

No hay oposición en la actual 65 Legislatura de la segunda bancada mayoritaria, la del PRI, primero porque paulatinamente ha decrecido, con al menos tres casos: Mariana Benítez, Gabriela Pérez y una curul que no ha podido recuperar y que correspondía a Gustavo Díaz Sánchez, hoy en prisión.

Su coordinador, Alejandro Avilés Álvarez, sigue actuando de manera camaleónica: grita a los cuatro vientos fidelidad a los Murat, al igual que lo hizo años atrás con Ulises Ruiz, pero actúa de acuerdo con sus intereses políticos y personales.

Así que no tiene ni conoce amistades, como ocurrió con su amigo y socio Gustado Díaz, del que jamás se ha pronunciado de manera pública para exigir la revisión y agilización de su juicio, por ejemplo, o para clamar inocencia de su paisano más conocido como “El Gato”.

Si en el sexenio de Alejandro Murat imponía muchas condiciones, pues “controlaba” con diversos privilegios monetarios a los morenistas, ahora ha tenido que guardar silencio y obedecer.

Todo con tal de que no sea tocado su feudo y sus intereses político-económicos, mucho menos que se investigue a su parentela; desde el inicio del actual mandato de Salomón Jara, fue a visitarlo a Palacio de Gobierno, para buscar impunidad.

Y parece que lo ha conseguido, pues su hermano Carlos Humberto Avilés, fue avisado con anticipación de que se le investigaba, para que pudiera huir o se amparara.

Abogó por sus familiares que laboraban en la Dirección del Registro Civil y le fue concedido; a cambio, aprueba cualquier iniciativa morenista. Jamás ha subido a tribuna para reclamar la crisis gubernamental en materia de seguridad o por la ingobernabilidad, por ejemplo.

¿Y LOS DEMÁS?

Quedan cinco priistas en la actual Legislatura pero no hay oposición a la mayoría de Morena. Lizbeth Concha, también se mueve de acuerdo con el viento de sus intereses; muy escasas intervenciones y acaso para para plantear de vez en cuando iniciativas, pero no para reclamar.

¿Eduardo Rojas Zavaleta?, sólo cumple con ir a sentarse y calentar su curul, además de levantar el dedo cuando se lo pidan; Freddy Gil Pineda, reconoció el pasado viernes con descaro que votó a favor de la desaparición del Tribunal de Justicia Administrativa, porque, según dijo, cuando fue edil de Mixtepec afectó intereses del municipio.

Pero no: pende sobre él una denuncia por acudir con “porros” a vandalizar Ciudad Judicial, así como la investigación de millones de pesos destinados por Murat a los municipios que ha gobernado.

Acaso María Luisa Matus, quien sí ha ocupado la tribuna del Congreso para señalar errores en el sexenio morenista, sin importar su cargo en la Mesa Directiva; prácticamente cada semana, puntualiza sobre diversos hechos que a su juicio considera fallas gubernamentales.

Así el PRI en la Cámara de Diputados local, con tal de no molestar al gobierno de Jara Cruz, que empieza a demostrar que tiene talante para cobrar facturas.

Incluso, con tal de sobrevivir, la mayoría de priistas se ha vestido de morenista, aunque guarden su corazón tricolor.

Otros más se han disfrazado de verdeecologistas, como es el caso de Samuel Gurrión y Elvia Pérez, pero sólo para proteger sus intereses, más que respaldar a la Cuarta Transformación.

La cuestión es si los morenistas y su jefe político se seguirán tragando el cuento y seguirán cobijando a esos priistas, que lo único que desean es conseguir impunidad.

Y si de los legisladores del tricolor ya no llama la atención que estén totalmente sumisos, no hay explicación política para que la dirigencia del PRI, que preside Javier Villacaña, siga callada ante el avasalle morenista contra, por ejemplo, el Tribunal de Justicia Administrativa.

Como también ha guardado silencio sobre la detención de varios funcionarios del sexenio de Alejandro Murat. ¿Acaso Villacaña busca congraciarse con el gobierno actual con tal de conseguir un cargo político de representación popular?

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