Yuridiana Sosa/Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., a 1 de septiembre de 2023.- El abuso de poder y falta de capacidad de parte de los inspectores del ayuntamiento de Oaxaca de Juárez nuevamente quedó en evidencia, al evitar la venta de ambulantes de Puebla, pero a punta de golpes.
Valiente, un grupo de seis inspectores se fue contra dos jóvenes vendedores, que no pudieron hacer nada al verse rebasados en número por los servidores públicos, que justificaron el violento y abusivo operativo en que ellos no contaban con permisos para la venta.
Con notable angustia, uno de los jóvenes vendedores de colchas habla por teléfono en busca de ayuda. La “peligrosa” mercancía ya había sido retenida y protegida por la media decena de inspectores, como si fueran a escapar las prendas montadas en un diablito.
Sin mayor tolerancia para llegar a un trato, los inspectores avanzaron con premura del zócalo frente al portal de Clavería hacia la calle de Bustamante. Ambos vendedores siguieron su mercancía tratando aún de resolver la situación.
El alboroto rápidamente captó la atención de los visitantes al zócalo y de los medios de comunicación que se encontraban en el lugar. Por lo que el hecho quedó grabado y evidenciado.
INICIA TRIFULCA
De pronto, aún dentro de la plancha del zócalo, un robusto inspector soltó un manotazo y empujón al menudo vendedor que seguía hablando por teléfono.
“¡No me toque, no me toque!”, alcanzó a decir el agredido, quien pasos adelante devolvió el manotazo, lo que provocó una mayor molestia de los inspectores.
Algunos intervinieron para no llegar a una confrontación mayor, pero el robusto servidor público no se quiso quedar con las ganas de continuar la pelea. El hombre corrió y metros adelante, sobre la calle de BustamAnte, a un costado de Palacio de Gobierno, alcanzó al vendedor que seguía al grupo de inspectores para volver a golpearlo.
El joven reaccionó y logró empujar al inspector, quien casi cae de sentón; situación que lo enfureció y se lanzó de nuevo contra el vendedor que apenas y logra lanzar algunas patadas para alejar a los inspectores.
En el borlote, otro vendedor trató de recuperar la mercancía, pero no lo logró. Mientras que una inspectora comenzó a fichar a los reporteros y a quienes evidenciaban el hecho. Les tomó fotos y videos de manera frontal.
Para ese entonces, la calle de Bustamante, adornada por las festividades mexicanas de septiembre, se había convertido en un vergonzoso ring al que llegaron tarde policías municipales.
Desesperado y con el afán de encontrar ayuda, el vendedor explica a los policías la violencia que recibió de los inspectores, pero no sirvió de nada y los vigilantes se llevaron la mercancía.
También más tarde, llegaron más vendedores de Puebla para ayudar a sus compañeros.
Danna, una vendedora, explicó que las autoridades de Oaxaca le habían dicho que sí podían vender, y ahora, sin un diálogo o al menos una primera advertencia se llevan la mercancía, la cual casi nunca logran recuperar a pesar de pagar por los permisos.
Al final venció la media docena de inspectores… pero se les cayó la mercancía del diablito.