Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., a 9 de octubre de 2023.- Al menos unos 500 millones de pesos habrían tirado a la basura, literalmente, la capital y municipios conturbados durante un año de crisis.
Y van dos meses del último año del sexenio del priista Alejandro Murat Hinojosa y 10 del morenista Salomón Jara Cruz en que no ha habido capacidad de solución, ni de las autoridades estatales ni de los alrededor de 25 ayuntamientos involucrados en la problemática.
El más afectado: Oaxaca de Juárez, que oficialmente ha reconocido que ha erogado al menos 250 millones de pesos para trasladar la basura a otras entidades del país, pero ocultando los datos la información de los sindicatos del transporte beneficiados.
¿Y la solución cuándo? Nadie sabe. Hace ocho días, el gobernador Salomón Jara Cruz dijo que ya prácticamente se tenía listo el sitio para el nuevo tiradero, en la región de Valles Centrales, “con un 99.9 por ciento” de certeza y que incluso este lunes se anunciaría el lugar.
No obstante, a la par de la crisis el pomposamente llamado Centro de Revalorización de Residuos Sólidos Urbanos nada más no se concreta. Los demás municipios de la zona metropolitana, guardan también celosamente los montos que erogan por el tratamiento de los desechos.
Lo único cierto es que la crisis de la basura ha revelado la incapacidad de las autoridades de todos los niveles, así como de la sociedad, para enfrentar el problema. Y no hemos aprendido la lección, simplemente.
CRISIS MORENISTA
Pero fueron autoridades morenistas quienes azuzaron la crisis, con la supuesta intención de cerrar el sexenio del priista Murat con una grave problemática.
El presidente municipal de Zaachila, Rigoberto Chacón Pérez, de Morena, fue quien azuzó a los colonos asentados alrededor del tiradero municipal, en la agencia Vicente Guerrero, para cerrar en definitiva el tiradero.
Dicho depósito había sido utilizado por unas cuatro décadas para que unos 25 municipios de la zona metropolitana llevara sus desechos, con la respectiva cuota, de cuyo ingreso nadie sabe dónde quedó.
Tanto en el sexenio de Murat Hinojosa como en al menos tres administraciones anteriores, se llevaron a cabo supuestas acciones de saneamiento, con inversiones millonarias manejadas por una empresa foránea, pero que lo único que hicieron fue tapar los montones de basura en un lado, hacer dizque áreas deportivas que nadie utiliza y nada más.
La basura se tapó en un lado pero la problemática se amplió; paralelo a ello, en el gobierno del priista Murat, se permitió que un grupo violento, como lo es el Frente Popular “14 de Junio”, se apoderara del control no solamente del tiradero, sino de más terrenos del gobierno, donde creó asentamientos irregulares.
En 2017, en una decisión peligrosa se autorizó retirar a los invasores que dirige Francisco Martínez Sánchez, alias “Don Panchito”, líder de dicha organización, pero sigue libre, supuestamente prófugo, mientras uno de sus hijos está detenido; lo cierto es que aún mantienen cierto control en la zona.
Fue en junio de año pasado en que Chacón Pérez consumó el cierre parcial del tiradero, pasando por encima de la voluntad del ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, con un Francisco Martínez Neri pasivo y apático, quien es el verdadero dueño del predio.
Eso puso en aprietos a unos 25 municipios que poco o nada pudieron hacer; la supuesta negociación del gobierno estatal de entonces, fue “acordar” con los colonos ampliar la apertura del tiradero pero sólo a cinco municipios, entre ellos la capital.
NERI, INCAPAZ
El plazo llegó el 8 de octubre de 2022 y nadie tuvo una solución inmediata; Alejandro Murat se la pasó engañando en esos dos últimos meses a Martínez Neri que le daría un préstamo hasta por cinco millones de pesos para adquirir un terreno. Ni lo uno ni lo otro.
Lo real es que Murat dejó pasar esos dos últimos meses de su gobierno con la intención de heredar el problema a su sucesor Salomón Jara Cruz, para que no tuviera un cambio de gobierno terso.
Unos días antes de iniciar el sexenio morenista, Rigoberto Chacón, quien presume amistad con el mandatario, ofreció a Salomón Jara que apenas iniciara su gobierno, se sentaría con los colonos y la autoridad auxiliar de la zona del tiradero, para resolver el problema.
Incluso le dijo que ya había un predio adicional, en la misma zona, que se podría reutilizar para seguir tirando los desechos. Pero lo engañó. Ahora los pobladores que azuzó, se rebelaron, simplemente porque no cumplió con el acuerdo monetario que había ofrecido.
Medio año después de ello, la ciudad y los municipios conurbados vivieron una grave crisis, que incluyó calles, avenidas, mercados y Centro Histórico atestados de desechos y pestilencia.
Luego de varios bandazos, que incluyó retención de trabajadores, y rechazo de varias comunidades a la intención municipal de crear tiraderos, la única solución de Martínez Neri, a quien le tiraron basura en la Plaza de la Danza y el acceso al palacio municipal, fue llevarla a otras entidades, no sin problemas también.
Y así, en el transporte y manejo de los residuos, ha erogado 250 millones de pesos con absoluta opacidad, pues no detalla a quiénes y cómo… además de mantener un tiradero oficial, como supuesto centro de transferencia, en la ribera del río “Atoyac”.
REINA LA IMPUNIDAD
Paralelo a ello, organizaciones sindicales violentas como CATEM y la CTM continuaron la recolección de sus desechos y acumularon unas tres mil toneladas de pestilencia en la margen del “Atoyac”, con las consecuentes afectaciones para la población y para los comerciantes y usuarios del Mercado de Abasto.
Pero nadie hizo nada. La Profepa y la Procuraduría Ambiental supuestamente acudían a efectuar verificaciones pero terminaban corridos; hasta los periodistas fueron agredidos en una ocasión, y las denuncias siguen en la impunidad.
Como impunes también dichas organizaciones, a las que el gobierno estatal y el municipal les hizo, literalmente, el favor de retirar su basura, con una erogación aproximada de cinco millones de pesos. En cambio, el ayuntamiento capitalino recibió una multa por más de tres millones de pesos por esa omisión.
La impunidad reina y no hay justicia en contra de los recolectores particulares, que siguen recorriendo calles de la ciudad y municipios conturbados para recoger desechos y tirarlos nadie sabe dónde.
La crisis ha llegado a tal grado que la disputa por el traslado de desechos ya derivó en conflictos y problemas entre transportistas pero también en el asesinato de un trabajador, encargado del centro de transferencia, cuyo caso no se ha esclarecido hasta el momento.
¿Y LOS DEMÁS?
Como opacidad y reclamos constantes recibe el edil morenista de Zaachila, quien azuzó la problemática y ahora la tiene en casa. Apenas la semana pasada se difundieron videos y reclamos de la población, por un tiradero clandestino en terrenos del antiguo baratillo.
Ni pudo convencer a los colonos de la Vicente Guerrero para que accedieran a reabrir el tiradero o permitir el uso de otro predio anexo y hoy paga las consecuencias de su juego político.
Santa Lucía del Camino y Santa Cruz Xoxocotlán, los otros municipios grandes de la zona metropolitana, han capoteado la crisis, también pagando millones por el traslado de basura, aunque poco o casi nada se ha sabido de conflictos o quejas de los ciudadanos.
Los demás municipios han erogado cantidades monetarias menores pero siguen batallando con la crisis de la basura.
SOLUCIÓN QUE NO LLEGA
Así que en los dos últimos meses del gobierno de Murat no se hizo nada e inició el de Jara. En enero se comenzó a hablar de un Centro de Revalorización de Residuos Sólidos Urbanos (CIRRSU) y se dijo que era la panacea.
Incluso se llevó a un grupo de periodistas a la Ciudad de México, para conocer el funcionamiento de un espacio de ese tipo y hasta se habló de una inversión de alrededor de 400 millones de pesos, para el caso de Oaxaca.
Diez meses después no hay nada. Curiosa, o extrañamente, la problemática la tomó la Secretaría de Gobierno en lugar de la Secretaría del Medio Ambiente, en consecuencia la dependencia que encabeza Jesús Romero López ha recibido las críticas y los golpes políticos por la falta de soluciones.
Como ocurrió con el rechazo de pueblos de los Albarradas y Mitla a la instalación del CIRRSU, como ha ocurrido en múltiples casos.
Apenas hace una semana el gobernador Jara Cruz y Romero López confirmaron que por fin, ya hay un terreno, en la región Valles Centrales, para el centro de reciclaje.
En realidad el problema de la basura aún está lejos de solucionarse.
Como sociedad, pocos o casi nadie implementa medidas de separación de desechos; en el caso municipal, a lo mucho que ha llegado el gobierno de Martínez Neri es reciclar y triturar los residuos orgánicos y ya con ello, presume, es “ejemplo nacional”.
Pero nada más hay que recorrer las calles para observar que los plásticos y el unicel inundan las calles y domicilios; pocos, muy pocos separan su basura en orgánicos e inorgánicos.
Mucho menos practican desde el hogar las medidas ecológicas para mitigar el daño ambiental. Y el gobierno se olvidó de lo vital: las campañas de concientización.
Estaría ya por concretarse la construcción de un centro de recolección de residuos sólidos, es decir de desechos. Pero si se llegara a confirmar el sitio, tardaría al menos otro año para concluirse y comenzar a funcionar.
Mientras tanto, seguiremos tirando el dinero a la basura, sin cambio social y sin tiradero formal.