Soledad Jarquín Edgar/SemMéxico*
En el primer año de gobierno de Salomón Jara en esta entidad se han cometido diversos hechos, por acción u omisión, actos de mala fe y de corrupción en contra de las mujeres, violencias de todo tipo, donde políticos, servidores públicos, hombres y mujeres, han tenido responsabilidad clara, aunque la responsabilidad total ha estado en manos del titular del Ejecutivo y de las y los legisladores.
En Oaxaca la oposición al partido en el gobierno no existe en el Legislativo. Actúan como soldados alineados, salvo una que otra voz disidente a los intereses del grupo político mayoritario, nada espanta la paz política de Oaxaca.
Otras y otros han visto el barco hundirse y huyeron, se lanzaron al mar con el salvavidas puesto, hasta llegar a buen puerto, es decir a Morena, donde son rescatados ya sin vergüenza, sin el menor asomo de recato, sin temor al pasado y sin mística: desde diputadas locales como la ex priista Mariana Benítez hasta el ex gobernador Alejandro Murat, solo por mencionar algunos casos. Condición que antes hicieron algunos panistas.
A propósito de ello, dicen que en la próxima Guelaguetza se presentará un nuevo baile: la Danza de los Chapulines, coreografía que es dirigida por José Murat.
El hecho es que don Salomón Jara no honra su palabra. El 1 de diciembre de 2022, cuando asumió el cargo de gobernador del Estado, ante el Congreso local, los mismos con los que hoy va de la mano, prometió que “El gobierno será intercultural, con perspectiva de género, transparente, austero e incluyente…”. Más adelante reiteró “…mi gobierno promoverá la igualdad de género”.
¿Cuál es entonces el problema con el gobernador Jara? Creo que nadie le explicó de qué estaba hablando. Qué quitar derechos a las mujeres no es promover la igualdad de género y sí en cambio aumenta la brecha de la desigualdad entre hombres y mujeres. Nadie le dijo para qué sirve o qué significa ni cómo se come la perspectiva de género. Principio básico de la teoría feminista que ha demostrado cómo la construcción social patriarcal ahonda las desigualdades en contra de las mujeres, aumenta la violencia, la exclusión y discriminación.
Nadie le dijo que los retrocesos en la ley no sólo son inconstitucionales, sino que van en contra de todo el marco jurídico –internacional, nacional y local- que se ha construido a lo largo de varias décadas para que las mujeres tengan en los hechos las mismas oportunidades de vida y desarrollo pleno que los hombres.
Por eso la Suprema Corte de Justicia de la Nación les reviró una reforma propuesta desde el Ejecutivo local y ejecutada por las y los integrantes de la LXV Legislatura, restableciendo la vigencia del texto del artículo tercero transitorio del Decreto número 1511, expedido el 28 de mayo de 2020 que mantiene la obligación de cumplir con la paridad de género en 417 municipios que eligen a sus autoridades municipales a través de su propio sistema normativo interno o indígena y que debe de alcanzarse en este año 2023.
El gobierno de la Primavera Oaxaqueña, eslogan que cada día se ahoga más, no sólo ha mantenido a funcionarios y funcionarias una acusada y sentenciada de violencia política en contra de las mujeres en razón de género, también ha hecho caso omiso a las denuncias públicas y ante las autoridades acerca de funcionarios por promover la pornografía digital, por violencia familiar y otras razones de que acuerdo con la ley tendrían que irse del sistema burocrático de primer nivel del mandatario oaxaqueño.
Este miércoles la obediencia de la diputación local volvió a funcionar, se aprobó que el siguiente gobierno que será electo en 2028 sea solo de dos años para uniformar las elecciones con el proceso electoral federal de 2030. ¿Qué tiene eso de malo? Bueno el problema es que en Oaxaca también se aplicará en esa elección el principio de alternancia, como decimos comúnmente “toca mujer” en la gubernatura.
Insisto, en 2015 se intentó que entonces se aprobara el gobierno de dos años, se pudo aplicar en las elecciones municipales no así en la gubernatura, porque el coreógrafo de la Danza de los Chapulines dijo “no”, porque le tocaba a su cachorro, es decir al ex priista Alejandro Murat y hoy promotor de Claudia Sheinbaum. Pero ahora sí se pudo, “total toca mujer”.
Esta acción fue ejecutada con la complicidad de las y los diputados que integran la LXV Legislatura. Para el feminismo oaxaqueño es una acción de misoginia política y también fue calificada como violencia política en razón de género por la única opositora a la reforma la diputada morenista Concepción Rueda.
Sin duda hay mucho que decir al respecto, mucho que analizar, lo que hoy debemos tener claro que la legislatura local, compuesta por una mayoría de mujeres, han apuñalado por la espalda nuevamente a las oaxaqueñas, al aprobar la reforma a la Fracción I del Artículo 25 de la Constitución para quitarle cuatro años al siguiente mandato del gobierno de Oaxaca, que seguramente estará encabezado por una mujer.
Se trata de las mismas diputadas que hoy se publicitan por todo Oaxaca, mostrando su cara bonita, diciéndose diputadas indígenas, blanqueadas, lindas y bien fotoshopeadas, algunas hasta con florecitas detrás de ellas, en sendos espectaculares, en publicidad móvil, de radio o televisión, por internet, en bardas y en todo aquel espacio que se pueda (cuyos costos son altísimo y que no sabemos de dónde sale el dinerito), y utilizan los principios, discursos y hasta las luchas feministas, se autonombran feministas, ¿sufragistas? y hasta defensoras de los derechos humanos de las mujeres, que para cultivar su ego forman grupos y partidos políticos utilizando las luchas de las mujeres para convertirlas en mujeristas y decir que son fantásticas luchadoras por los derechos humanos, aunque como ya vimos las apuñalen por las espalda.
Mujeres de dos caras. Así que cuando les pidan su voto, ya sabrán de quién o quiénes estamos hablando, de las nanas del patriarcado, capaces de traicionar 200 años de lucha de las mujeres por la igualdad en la política.
*Periodista y activista feminista.