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Opinión. Sección 22: conveniencias, política y dinero

por Agencia Zona Roja

Ismael García M./Zona Roja.

Oaxaca, Oax., a 29 de abril de 2024.- ¿Alguna vez hubo pulcritud y democracia plena apartidista en la Sección 22 del SNTE. La respuesta es no. 

En los años 80, cuando nació la disidencia al interior del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, sí hubo intención de democratizar al gremio y trabajadores de la educación de varios estados, entre ellos Oaxaca, dieron una pelea genuina en contra del llamado “charrismo” de Carlos Jongitud Barrios.

Nunca lo lograron por supuesto, pero de ahí surgió la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, que tiene entre sus filas al magisterio de la Ciudad de México, Michoacán, Guerrero y esta entidad; en menor medida otras agrupaciones de algunos otros estados.

Claro, en absoluto han hecho mella en el SNTE, pero les ha servido de ariete para arrancar, año tras año, canongías a cambio de  no realizar movilizaciones extremas. Año tras año han surgido nuevos ricos desde los comités ejecutivo seccional y, por supuesto, Oaxaca no es la excepción.

Año tras año, también muchos de ellos terminan en cargos políticos o administrativos, engolosinados por las mieles del poder y del dinero, a pesar de que se dicen apartidistas.

¿Ha cambiado en algo la “lucha social” del magisterio a favor de la educación? ¿Han mejorado las aulas y en general la infraestructura física como resultado de esas luchas? ¿Se ha democratizado plenamente el magisterio nacional y estatal? Por supuesto que no. Eso sí, los afiliados a las filas del magisterio crecen cada vez más al igual que los salarios y las prebendas.

URO Y EL 2006

Después de Carlos Longitud vino el cacicazgo de Elba Esther Gordillo y la CNTE jamás pudo contra ella. Por el contrario, la poderosa profesora chiapaneca se entronizó, obtuvo cargos de representación popular de alto nivel, creó su partido político, se codeaba con poderosos políticos. Y dejó el poder cuando quiso, no cuando se lo pidieron.

¿Y Oaxaca? Por supuesto que nada ha cambiado. En mayo de 2006 las anuales exigencias de la Sección 22 detonaron en un “plantón” en el zócalo que se prolongó por mes y medio.

Hasta que el 14 de junio, el gobierno de Ulises Ruiz decidió echar con la fuerza policiaca a los mentores pero fracasó. El resultado fue la ampliación y prolongación de la protesta en el Centro Histórico y una cruenta historia que ya se sabe.

En noviembre hubo las últimas batallas entre fuerzas policiacas y se comenzó a destensar la situación, que vivió con menor intensidad algunas semanas de 2007.

¿Cuál fue la solución? Dinero y más dinero. A la dirigencia magisterial y a algunos “líderes” de organizaciones sociales que se aglutinaron en la APPO.

Apenas hace unos días se reveló un video en que se aprecia a Jorge Franco Vargas, entonces secretario General de gobierno, entregando cajas de cartón llenas de fajos de billete a Enrique Rueda Pacheco, entonces dirigente magisterial; habrían sido en total 75 millones de pesos en efectivo.

Rueda huyó al extranjero y nada se sabe de él; Ulises Ruiz justificó que la revuelta fue porque le cortó las carretadas de dinero a los líderes magisteriales. Culpó además del relajo al ex gobernador José Murat quien, por cierto, en su sexenio mantuvo una relación tersa con el magisterio… a base de dinero.

El ex gobernador entonces priista, sigue en la política y regresó desde hace unas semanas por sus fueros para intensificar el proselitismo a favor de Xóchitl Gálvez. ¿Le hizo algo la Sección 22? No. ¿Hay justicia contra Enrique Rueda? No. A casi 18 años de los hechos de violencia, ¿hay más democracia y mejoras en la educación? No.

En la época de Ulises se creó la institucional Sección 59, para contrarrestar a la 22, pero no creció; el cacicazgo de la Sección 22 lo ha impedido y aquí sólo ellos mandan.

GABINO Y CHEPI

Con Gabino Cué la mayor parte del sexenio la situación fue más tersa, pero todo a cambio de dinero. Todo se arregló con dinero. 

Cué tenía hasta dos interlocutores, uno con Chepi y otro con el secretario de organización de la gremial, Gabriel López Chiñas. Nada pasó, más que las baladronadas de que se haría justicia contra Ulises Ruiz y demás camarilla gubernamental.

Dos que tres marchas y protestas violentas, pero todas eran contenida a base de dinero; mucho más a raíz de la “solución” al conflicto del 2006. 

Las familias de las víctimas —de maestros y de la sociedad civil, incluyendo Emeterio Marino— fueron indemnizadas, de manera extraordinaria, para evitar más complicaciones sociales.

Apenas terminó su cargo, Azael Santiago Chepi se lanzó en busca de una diputación, por el partido que fuere; ha sido dos veces ya legislador federal y va por una tercera. Es uno de los hombres más ricos de Oaxaca, surgido de las filas magisteriales… y no tiene ningún reproche de los trabajadores de la educación.

En 2016 nació otra revuelta, ya con Rubén Núñez Ginez como dirigente, tras la reforma educativa de Enrique Peña Nieto surgió la “lucha social” del magisterio con múltiples bloqueos en la capital, zona metropolitana y en Asunción Nochixtlán. La razón: dichas enmiendas les quitaron múltiples privilegios, a nivel federal y en el IEEPO.

Fue ahí donde, otra vez un 19 de junio, fuerzas estatales y federales actuaron para retirar los bloqueos carreteros, lo que devino de nuevo en una masacre, con saldo de alrededor de una decena de muertos y un centenar de heridos.

De nuevo las exigencias… hasta que apareció el dinero. Y con dinero sigue negociando la actual dirigencia sindical, como en la reunión del pasado miércoles con el Presidente López Obrador, en que tasó con preció a los muertos del 2016 y lo cual reprochó y desaprobó el comité de víctimas.

Por unos meses fueron a la cárcel Ginez y Francisco Villalobos, que después fueron exculpados, con su respectiva carretada de billetes.

MURAT Y ELOY

Actual candidato al Senado por Morena, el ex priista Alejandro Murat no tuvo ningún problema con la Sección 22 del SNTE. Fue su padre el principal interlocutor con la gremial; el principal operador, la fuente de dinero para calmar las huestes magisteriales.

Y la pandemia de Covid-19 fue providente para Eloy López Hernández y su reducida camarilla, que se encerraron a piedra y lodo por tres años y que les sirvió para estar casi seis años en el poder.

Jamás hubo marchas masivas, jamás hubo “plantones”, jamás hubo movilizaciones que molestaran a Murat júnior.

Apenas terminó Eloy su sexenio y se fue con carretadas de millones a un cargo de edil en la Mixteca; su reducido grupo en el poder magisterial, se fue a disfrutar de sus ganancias a sus casas.

Como de Genaro Martínez, entonces secretario de Organización, de quien se dice que en su natal Tlacochahuaya es el nuevo casateniente y terrateniente, que compra todo lo que se puede. ¿Justicia magisterial?

JARA Y JENNY

En los últimos días de Murat se eligió a la nueva dirigencia, por primera vez encabezada por una mujer, Yenny Aracely Pérez Martínez, de la etnia Mixe.

La mujer llegó con enjundia, arengó, gritó, comenzó a movilizar de manera masiva a las huestes magisteriales… y de repente reculó.

Por el momento no hay pruebas o señales de que el nuevo comité ejecutivo esté recibiendo carretadas de billetes, pero sí ha sido notorio, extremadamente notorio, que de la noche a la mañana se terminaron las ganas de justicia y de lucha social.

En un principio hasta se habló que habría juicio y justicia contra Eloy López y su reducido grupo que dirigió la Sección 22, pero nada; todo quedó en el olvido.

En las últimas semanas, ha habido un trato respetuoso con el gobernador morenista Salomón Jara Cruz; no lo tocan ni se atreven a mencionarlo por su nombre.

En casi año y medio, no hay choques frontales y las demandas han sido llevadas a nivel central, federal, incluso en reuniones, hasta tres veces este año, con el Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Por cierto, sabedor de que la CNTE está reducida a su mínima fuerza, el mandatario mexicano los ha ninguneado y no les cumplirá muchas exigencias, entre ellas las modificaciones legislativas para la educación.

Por cierto, desde hace muchos años se olvidaron de su “lucha” a favor de las comunidades y de la sociedad civil. Ya solo son ellos y su mundo; ellos y sus prebendas.

Y por cierto, el paro de labores del 1 de mayo y del 15 de mayo son sólo “llamaradas de petate” para presionar por más exigencias.

No, nada ha cambiado en el magisterio. A 44 años de la CNTE, no hay ni democratización ni mucho menos mejoras en la educación. Sólo dinero y más dinero, para las bases mediante salarios y prestaciones… y para su dirigencia de manera extraordinaria.

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