Isidoro Yescas*
La revelación del “Mayo” Zambada sobre su papel de “mediador” entre el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y quien fuera rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) Héctor Melesio CuénOjeda, para que ambos personajes dirimieran sus diferencias derivadas del control político de dicha institución de educación superior, ameritaría, por principio, una investigación a fondo de parte de las autoridades judiciales y educativas a nivel federal sobre lo que viene ocurriendo en esta Casa de Estudios, bajo control del Partido Sinaloense (PAS).
No es cosa menor y, al contrario, es un hecho sumamente grave, que una institución pública como la UAS se hubiese convertido en el coto de un partido político cuyo fundador y líder moral creció políticamente al amparo del Cártel de Sinaloa y bajo la cobertura legal de partidos políticos nacionales y de su propio partido, el PAS.
Originario de Badiraguato, la misma tierra del “Chapo” Guzmán, el extinto Héctor Melesio Cuén estudió la carrera de Químico-Biólogo en la UAS en donde fue docente y ocupó diversos cargos administrativos antes de alcanzar la rectoría en el año 2005.
El cargo de rector le resultó muy útil desde entonces para tomar el control político-administrativo de esta Casa de Estudios instaurando así un cacicazgo que tres años después de dejar la rectoría le sirvió para impulsar la formación del PAS con un padrón de militantes y simpatizantes reclutados fundamentalmente de la Universidad.
A través del PAS, Cuén tejió alianzas con el PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano para ocupar diversos cargos de elección popular y buscar, sin lograrlo, la gubernatura de su estado.
Se ignora en qué momento de su carrera política estableció vínculos con el crimen organizado y, de manera específica, con Ismael, el “Mayo” Zambada. Lo que sí es un hecho es que en la elección de gobernador de Sinaloa ( 2021) apoyó la candidatura del morenista Rubén Rocha Moya y en las elecciones federales de este año fue electo diputado federal apoyado por los partidos PRI, PAN, PRD y, por supuesto, el PAS.
Los desencuentros que posteriormente mantuvo con el gobernador Rubén Rocha se relacionan, sobre todo, con el intento del jefe del poder ejecutivo estatal, (quien también ocupara el cargo de rector de la UAS entre 1993 y 1997 ) para disputarle el control político de la UAS por la vía de presentar al Congreso local una iniciativa de reforma a su Ley Orgánica para instaurar el voto universal, directo y secreto.
Y en esos pleitos andaban ambos personajes cuando este último fue capturado y entregado al gobierno de Estados Unidos, mientras que Melesio Cuén terminó ejecutado.
La captura y crimen ocurrió el 25 de julio de este año, el mismo día que, de acuerdo con lo expresado por el “Mayo” en una carta que circula en redes, se reuniría con el gobernador Rubén Rocha y Héctor Melesio Cuén para “ayudar a resolver sus diferencias”.
Todo lo anterior cobra sentido para la vida universitaria si se toma en cuenta la forma en que se han conducido los asuntos políticos de la UAS y la trayectoria de un exrector que terminó enlodado y asesinado por sus arreglos mafiosos, con todo lo que pudiera significar que una figura prominente del crimen organizado reconozca que en la trampa que uno de los hijos de “El Chapo” Guzmán le tendiera el asunto a tratar sería mediar, “ayudar” a superar las diferencias entre el gobernador Rocha y el fallecido Melesio Cuén, el poder tras del trono en la UAS.
Lo más preocupante es que ante los múltiples conflictos políticos que se han registrado y se registran en las universidades públicas, ayer y hoy autoridades e instituciones educativas a nivel federal han preferido guardar silencio y no intervenir bajo el argumento pueril de “no violar la autonomía universitaria”.
Y esos vacíos institucionales terminan por ser ocupados por los poderes fácticos como es el caso que se comenta.
Si ayer y hoy el control político de las universidades públicas han sido motivo de constantes disputas de parte de gobiernos locales , partidos políticos, grupos porriles y sindicatos, el caso de la UAS exhibe un nuevo factor de riesgo que es la injerencia del crimen organizado en sus asuntos internos.
¿Qué sigue?
*Maestro en Sociología.