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Opinión. El lado negro de la nueva carretera

por Agencia Zona Roja

Néstor Y. Sánchez Islas.

Es una gran noticia para Oaxaca que, en menos de un año, tengamos importantes obras de infraestructura sin importar quien las inaugure porque, al final, el dinero con que se construyeron es de todos los mexicanos y de ningún político en particular. El corredor transístmico, inacabado para ferrocarriles de carga, pero operativo para trenes de pasajeros. La carretera a Puerto Escondido, inacabada, peligrosa, pero operativa. Ahora, finalmente, la súper carretera Mitla-Tehuantepec con una larga espera que ronda los 25 años. También inacaba, pero al menos en funcionamiento.

Todas estas obras llegan con retrasos de décadas debido al desinterés desde la federación o por la gran conflictividad social animada por rijosos y ambiciosos agitadores que alborotan a las comunidades para impedir las obras a cambio de muchos millones. La industria del chantaje y las mafias sindicales son los mejores negocios en Oaxaca.

No dudemos en dar la bienvenida a la nueva carretera a Tehuantepec, nos hace mucha falta. Su construcción va a reforzar al istmo como el centro económico estatal, pero también lo será como eje del crimen organizado que ya está presente.

Los beneficios de la nueva vía vendrán acompañados de nuevo problemas.

Para empezar los problemas viales y la contaminación se agudizarán porque todo el nuevo tráfico que se genere deberá atravesar la ciudad, tanto de vehículos particulares como de carga. Desde hace muchos años se vio la necesidad de hacer el libramiento sur, pero los agitadores se han encargado de impedirlo, entre ellos los de la Sección 22.

Esta sobrecarga vial será una mina de oro para las abusivas y corruptas policías viales de los municipios conurbados. Su mala fama las antecede: San Jacinto Amilpas, Xoxo, Santa Lucía del Camino y Santa Cruz Amilpas. La policía vial estatal, por supuesto no se quedará atrás. ¿El gobierno del estado tiene algún plan para mitigar este problema? Si nos atenemos al estado de las calles y avenidas, al de los señalamientos y semáforos podemos prever que lo único que tienen en mente es el festín que se darán extorsionando porque soluciones seguramente no tiene.

Otro problema, pero en el ramo turístico, es que la nueva vía terminará por definir a Oaxaca como un destino de paso y no como destino final. El turista nacional solo querrá llegar a las playas cuanto antes o seguir hacia Chiapas y sus atractivos. ¿Trabaja la autoridad en turismo en este problema? Por lo pronto, los hoteleros están preocupados porque disminuirán las noches que los turistas se queden en Oaxaca capital. A partir de ahora será un reto retenerlos y, dado que no puede hacerse por la fuerza, la creatividad deberá ponerse a trabajar y, por el bajo perfil de quienes encabezan la instituciones del sector, corre la ciudad el riesgo de que salgan con ocurrencias más que con soluciones.

El impacto económico sobre quienes por décadas han vivido de servir a los usuarios de la vieja carretera al istmo será otro problema. Cafeterías, fondas, restaurantes, hoteles, mecánicos, talacheros, refaccionarias van a sufrir un fuerte golpe y desaparecerán. Cuando dejó de circular el Ferrocarril Mexicano del Sur que nos unía a Puebla y la CDMX, poblaciones como Las Sedas, El Parián o Tomellín se convirtieron en pueblos fantasma. ¿Tendrá el gobierno un plan de amortiguamiento o simplemente dejará que el mercado las desaparezca?

La nueva carretera será una vía más corta para ir de Chiapas o del istmo a Puebla o CDMX porque es una diagonal que evita el paso por Veracruz. Esta ventajaserá aprovechada por el crimen organizado para el tráfico de drogas, personas, armas y dinero. Ya estamos en la mira y probablemente seamos testigos de una guerra por el control de dicha vía ¿Están las autoridades preparadas para este escenario? En caso contrario, el incendio chiapaneco nos arrasará también.

Todas estas necesarias obras de infraestructura llegan, por lo menos, con 30 años de retraso y, por tanto, no se han inaugurado, pero ya resultan insuficientes. El ferrocarril, a menos que se construyan los parques industriales, seguirá siendo un elefante blanco porque no puede competir con el Canal de Panamá. Las súper carreteras que atraviesan Oaxaca ya no son suficientes, ahora necesitaremos autopistas de 4 carriles, sin embargo, es probable que vuelvan a pasar otros 30 años antes de que se actualicen.

Tan atentos estamos a las ventajas del ahorro de tiempo, que no vemos los problemas económicos y sociales que vienen y que es obligación del gobierno atender. Necesitamos una autoridad proactiva y no solo reactiva. Somos la entidad con mayor inflación en el país, con una aguda gentrificación, con problemas de inseguridad e ingobernabilidad en crecimiento y con una economía estancada porque el aparente crecimiento solo fue coyuntural por las mega obras que pronto dejará de recibir carretadas de dinero. La nueva carretera será una gran oportunidad o un gran problema.

nestoryuri@yahoo.com

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