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Opinión. Brecha. La crisis de los medios impresos

por Agencia Zona Roja

El Andariego*

Gesticularon. Apretaron sus dentaduras. Los seis directivos de la Unión de Voceadores soltaron un frio suspiro. Antes habían clamado:

–Disculpe señor… pero de verdad que cuesta mucho vender el periódico. Es bueno y la gente lo quiere, pero esa decisión de expenderlo en las tiendas “Piticó” y en los “Oxxos” pues nos da en la madre. Nosotros le seguimos, a cambio pues pedimos un aumento en las ganancias y se permitan las devoluciones.

El empresario quiso congraciarse al preguntar por la salud de un veterano vendedor: “¿Cómo sigue don Sebas?… Y bueno de lo que me dicen ya ni ‘El Matute’ se queja, él vende 150 ejemplares sin problemas”.

En esa oficina destacaba en la pared una fotografía del mural “La Escuela de Atenas” del italiano Rafael Sanzio. En otra pared un cuadro del pintor Rodolfo Morales representando a una mujer morena sentada en un petate y al calce la anotación: “María no seas coqueta”.

Un prolongado silencio de todos los concurrentes a la reunión, justo cuando toca la puerta la secretaria para notificarle al patrón  una llamada telefónica.

–Terminamos amigos. No se puede. –El empresario remachó: 

“¡Mi pe-rió-di-co se vende solo! Si ya no quieren venderlo es decisión de ustedes. 

El dueño del referente informativo se levantó de la mesa, los contempló con aparente cariño, dio la vuelta y abandonó la oficina.

Época dorada de los medios impresos. Años de negocios. Editar un periódico diario, semanal, quincenal o una revista era sinónimo de utilidades, de ingresos económicos por la publicidad gubernamental. Tentación pura para políticos.

La voz ronca de doña Rosita, señora de edad, entre el otoño e invierno de la vida, rompió el tedio:

“Pues que se venda solito el periódico. Va la apuesta. Eso me recuerda al señor Loyo (editor años atrás del diario “El Fogonazo”) cuando le dijimos que su periódico no se vendía y él respondió –El periódico no, pero yo sí…”

–Vamos a chingarle.

Hoy los periódicos impresos ya ni regalados los quieren, se despegaron de la sociedad, no entendieron los cambios tecnológicos y menos vivir fuera del presupuesto gubernamental.

La tarde va quedando atrás…

*Periodista Raciel Martínez Blas.                                                         

racmar24@gmail.com

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