Isidoro Yescas*
Usaron todos los medios a su alcance, legítimos e ilegítimos, para primero arrinconar y luego confrontar al candidato postulado por Morena. Y con toda la maquinaria oficial a su disposición, sumado a los propios tropiezos de sus adversarios, lograron darle la vuelta a la elección para, finalmente, alzarse con el triunfo.
La cantada resolución del TEEO fue solamente el colofón de un mapa de ruta trazado desde antes de la campaña electoral, cuando el PVEM se convirtió en parte del Plan B y C primaveral para jugarle las contras a la opción reeleccionista.
Paso a paso las puertas se fueron cerrando…y también los sueños: en la interna de Morena se convirtió en el aspirante a vencer…y por poco lo consiguen. Ya superada la primera prueba, la siguiente fue encapsularlo con una planilla a imagen y semejanza de los intereses de sus adversarios…. de su mismo partido.
Fue el Plan B que a media campaña derivó en el Plan C: ganar la elección.
Esto último fue posible, como lo escribí en su oportunidad, por la convergencia de varios factores: desde una bien articulada estrategia electoral, una ostentosa campaña publicitaria y mediática y una intensa guerra sucia en contra del candidato morenista, por el lado oposicionista; hasta una incorrecta valoración de la fuerza y capacidad de movilización y cooptación del frente opositor (no se contendió contra un partido sino contra todo el aparato estatal primaveral) , una campaña austera y un equipo político con líneas de mando bifurcadas, que, además, no resultó tan sólido y eficaz para contrarrestar la guerra sucia ni para refrendar la confianza y el voto ciudadano conquistado tres años antes. ( “CdOax: una disputa entre dos” y “Un día después”, en “Noticias”, abril 29 y mayo 27 del 2024).
Hoy, a más de tres meses de la elección, y a días que formalmente se abra el proceso legal de entrega-recepción, el TEEO resolvió como “infundados los agravios expresados por Morena y Francisco Martínez Neri respecto al supuesto rebase del tope de gastos de campaña y la inelegibilidad de ( Raymundo) Chagoya Villanueva así como las causales de nulidad hechas valer en 104 casillas impugnadas” ( boletín TEEO, septiembre 13 del 2024).
En respuesta, Martínez Neri manifestó cinco días después, a través de un comunicado, que “aún cuando consideramos que existieron múltiples irregularidades y no se comparten los razonamientos de la sentencia, con una actitud y vocación democrática anunciamos que no continuaremos con la cadena impugnativa” (“Posicionamiento respeto a la sentencia del Tribunal Electoral de Oaxaca”, septiembre 18 del 2024).
Se cerró así el ciclo legal de la impugnación, dejando el camino libre para que las fuerzas políticas de la 4T que impulsaron la candidatura de Raymundo Chagoya abran un espacio de diálogo con el presidente FMN no solamente para efectos administrativos, sino para que cese la guerra de baja intensidad que aún se mantiene en su contra y cobre sentido el llamado para asegurar “una transición ordenada, pensando siempre en la paz social, el progreso y el bienestar de la ciudadanía.”
Valorados en su justa dimensión lo que ocurrió antes, durante y después de la campaña electoral municipal, FMN solamente tenía dos salidas: continuar con la cadena impugnativa con todos los riesgos políticos que implicaba este desafío al nuevo statu quo, o allanarse a un arreglo político poniendo por delante el bien común.
Ya con las cartas sobre la mesa, muchos se preguntan ahora sobre su futuro político, pues no se le ve todavía escribiendo sus memorias, y sí, luchando contra la adversidad y los malos aires primaverales para volver a tomar impulso y recuperar el terreno perdido.
Y no habrá que esperar mucho para conocer la respuesta.
*Maestro en Sociología.
X:@YescasIsidoro