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Opinión. Obrador, Sheinbaum y la prensa en México

por Agencia Zona Roja

Ismael García M./Zona Roja.

Oaxaca, Oax., a 4 de noviembre de 2024.- Evidentemente que, con apenas un mes en el cargo, no se puede tener un pulso o hacer un balance real del gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo.

Sin embargo, en ese lapso ha marcado una gran diferencia en el trato con la prensa en México y eso sin duda es digno de reconocerse.

No obstante, en menos de un mes, ya registra dos asesinatos de periodistas, aunque, por supuesto, no es la responsabilidad directa de su administración.

Pero en el caso de la prensa, la primera Presidenta del país ha marcado un trato diferenciado al de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador —morenistas ambos—, sobre todo en evitar la criminalización de las y los comunicadores.

En el sexenio que encabezó el tabasqueño, sólo eran señalamientos y actos que rebasaban el límite legal, como el exponer públicamente y en cadena nacional domicilio y bienes de algunos de sus críticos.

Día con día, había ataques, fundados o no, hacia la prensa; si había exceso de homicidios y violencia, la culpa la tienen los periodistas; si había corrupción, la culpa la tenían los periodistas por divulgarla; si se daba voz a opositores, la culpa la tenía la prensa por magnificar a los “conservadores”.

No es tal. La prensa es y será crítica; debiera ser crítica siempre, sin dejar de lado también el reconocer las cosas positivas; una prensa para reflejar una realidad social y no para complacer con bufones al gobernante, como sucedía en el sexenio anterior, lleno de aduladores en las conferencias matutinas.

CRÍTICA SITUACIÓN

Porque la situación de la prensa en México y en el mundo no es para exponer aún más a las y los trabajadores de la comunicación y convertirlos en blancos fáciles de ataques de fanáticos o del crimen organizado.

Apenas el pasado 2 de noviembre se conmemoró el Día Mundial para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas, fecha que por cierto pasó desapercibida en México, por parte de las autoridades.

En un comunicado, la asociación internacional Reporteros Sin Fronteras recordó que una de las principales promesas que Claudia Sheinbaum Pardo hizo a RSF “fue intensificar la lucha contra la impunidad de los crímenes cometidos contra periodistas”, en particular mejorando la coordinación con el ministerio público para garantizar investigaciones eficaces de los asesinatos y desapariciones de miembros de la prensa.

En un infornación de la agencia EFE, la agrupación recordó el crimen de Muricio Cruz Solís, el 29 de octubre pasado, quien era director del portal informativo ‘Minuto x Minuto’, conducía el noticiero Enlace Informativo, de la estación Radiorama, y fue reportero de los diarios ABC y “La Opinión”, ambos de Michoacán.

Por otra parte, el 30 de octubre fue ultimada a balazos Patricia Ramírez, reportera del área de espectáculos en su local comercial en la ciudad de Colima, Colima.

Este año 2024, suman al menos seis periodistas asesinados, entre ellos Alejandro Martínez Noguez, el 4 de agosto, en Guanajuato; Luis Fernando Cosgaya Herrera, el 14 de agosto, en Estado de México; Víctor Alfonso Culebro Morales, el 28 de junio, en Chiapas, y Roberto Carlos Figueroa Bustos, el 26 de abril, en Morelos, según el registro de ONU-DH.

Mientras tanto, de acuerdo con la organización Artículo 19, desde diciembre de 2018, cuando inició la presidencia de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), han asesinado en el país a 47 comunicadores por su labor, mismo número que en el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018).

Del año 2000 al 2024, Artículo 19 describe que se acumulan 168 comunicadores asesinados en México, de los cuales 12 son mujeres; en el sexenio de Felipe Calderón fueron 48 crímenes y en el de Vicente Fox sumaron 22.

Los estados con el mayor número de homicidios son Veracruz con 31, Guerrero 17, Tamaulipas 15, Oaxaca 15, Chihuahua 16; la Ciudad de México registra sólo dos casos.

EN EL MUNDO

De acuerdo también con la agencia informativa EFE, en Estados Unidos, la libertad de prensa y de expresión en general está consagrada en la primera enmienda de la Constitución, y la prensa ha cumplido históricamente un papel de fiscalización y contrapeso -el llamado Cuarto Poder- que ha costado la carrera a más de un político y hasta a presidentes como Richard Nixon.

Tanto el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, siglas en inglés), como la sección estadounidense de Reporteros Sin Fronteras (RSF) coinciden en la importancia de puede tener para el futuro inmediato de la prensa la línea política del próximo gobierno estadounidense, y coinciden en que las perspectivas son más preocupantes en el caso de una victoria de Trump.

RSF recuerda que Trump ha atacado a la prensa verbalmente más de 100 veces en los pasados dos meses -más de dos veces por día-, y ha amenazado con utilizar las armas a su disposición una vez llegado al gobierno para castigar a los medios críticos.

Mientras tanto, el 85 por ciento de los asesinatos de profesionales de la prensa quedan impunes y apenas ha habido mejoras en ese aspecto en los últimos seis años, denunció la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en un informe publicado con motivo Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas.

«En 2022 y 2023, cada cuatro días un periodista fue asesinado simplemente por desempeñar su trabajo vital para buscar la verdad. En la gran mayoría de estos casos, nadie tendrá que rendir cuentas», lamentó la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, en un comunicado con motivo de la difusión del estudio.

En dos años fueron asesinados en el mundo un total de 162 periodistas (88 en 2022 y 74 en 2023), lo que supone un incremento del 38 por ciento respecto al periodo 2020-2021.

Entre los muertos, 14 eran mujeres, un dato que la Unesco considera «alarmante» por tratarse de la cifra más alta desde 2017.

La región más peligrosa para la prensa en el bienio estudiado fue América Latina y el Caribe, especialmente por los 43 asesinatos de 2022, pero al analizar los datos de 2023 los peores indicadores se registraron en el área de los Estados árabes, con 29 muertes frente a las 18 de la región latinoamericana.

PRENSA MERCENARIA

Así que, como se dice coloquialmente, el horno no está para bollos. También, se debe reconocer que las y los periodistas no son personas especiales a las que hay que traer con seguridad y con policías todo el tiempo.

No. Son relevantes porque realizan una labor fundamental: informar. Y eso ya de sí representa un riesgo, cuando se revelan realidades y cuando se tocan intereses de grupos de poder, entre ellos los fácticos.

Y, por supuesto, hay que aceptar —y desenmascararlos— que no faltan en México y en el mundo los mercenarios de la prensa.

Aquellos que, disfrazados de empresarios e inversionistas, utilizan a medios impresos, digitales, radiofónicos y televisivos para presionar con “críticas” a fin de lograr convenios publicitarios cuantiosos, pero vía adquisiciones de bienes o artículos o para obras públicas.

En Estados Unidos está sucediendo justamente ese fenómeno, en el marco de la elección presidencia, que es mañana, en que magnates han optado por callar o atacar, para favorecer a un o una candidata.

En México hay muchos e, insistimos, hay que exhibirlos, pero a los dueños, a los accionistas de esos grandes consorcios que, literalmente, utilizan a las y los trabajadores de los medios de comunicación para sus fines personales.

Pero de eso a satanizar a quienes cubren la información, a quienes andan en la calle, en las conferencias, en la cobertura de hechos violentos, en marchas, en mitines, o a quienes opinan con fundamentos, pues nada más no está bien.

La solución no son las “verdades” oficiales y la descalificación a lo que consideran “fake news”; la solución está en una respuesta institucional ágil y precisa, acerca de cualquier situación crítica o incómoda.

En realidad, la culpa es de las autoridades que reaccionan tarde y mal cuando tienen una eventualidad que les afecta; a falta de información oficial para equilibrar un reporte, lo que se toma muchas veces es la única versión que hay.

Ojalá que Claudia Sheinbaum siga con esa dinámica de respetar a las y los trabajadores de los medios de comunicación. Sí, que se exhiba o se denuncie formalmente a quienes lucran con la prensa.

Pero no se debe culpar a la prensa de todos los males que pasan en México. Simple y sencillo: respeten su labor; respeten a las y los periodistas.

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