Zona Roja/Antonio G. Sumano.
Hoy, miles de empleados –adscritos a, los tres poderes del Gobierno del Estado– tendrán lo que será su décima dirigencia electa por votaciones.
Dentro del sindicalismo gubernamental no existe una memoria como tal. Sólo retazos y recuerdos de empleados jubilados que ofrecen atisbos de lo que fueron los inicios de este movimiento que, hoy día, se mueve por intereses particulares, monetarios e incluso, políticos.
BREVE HISTORIA
En la perdida memoria se sabe que en1944 nace la Unión de Trabajadores del Gobierno del Estado. El objetivo estar agrupados para actividades sociales y laborales.
Es hasta 1978 en que la “Unión de Trabajadores” es reconocida, con el registro número uno, como Sindicato de Trabajadores de los Poderes del Estado e Instituciones Descentralizadas de Carácter Estatal de Oaxaca (STPEIDCEO).
La toma de nota les fue otorgada el 14 de diciembre de ese año. Juan Antonio Hernández, se convierte en el primer secretario general de esa gremial.
Para 1981 se da el llamado “Golpe de estado” de Reveriano Chagoya Corres que dura en el poder 13 años.
El reinado de Reveriano se derrumba, por rencillas con el gobernador Diodoro Carrasco Alamirano, en junio de 1994. Lo sustituye brevemente Reneé Reyes que transita de junio a diciembre para que, a finales de ese año, los trabajadores eligen a Héctor Caballero Julián.
En los recuerdos de la gente jubilada se enlistan las directivas de Ángel Martínez García; Oliverio Neri López; Adán López Cruz; Joel Castillo Pérez; Víctor Hernández Bustamante; Juan Rafael Rosas Herrera; Felipe Cruz Pinacho; Juan Ignacio Cruz Villanueva y Pedro Castillejos Villalobos.
LA HERENCIA
Los extrabajadores también hacen un recuento del legado de cada dirigencia:
A Reveriano Chagoya le reconocen su primer edificio sindical y la conquista de la mayoría de las prestaciones que hoy beneficia a la base burócrata. De Héctor Caballero reconocen su logro de basificar a trabajadores del nivel tres.
De Ángel Martínez, dicen, su herencia fue la apertura democrática al obtener la modificación del artículo 21 estatutario que permitió elecciones por planillas. Oliverio Neri, pasó sin pena ni gloria, a excepción e escándalos.
Joel Castillo dejó un nuevo edificio sindical y se hicieron asambleas generales, cosa que no se ha hecho en las últimas dirigencias. Víctor Hernández, solo sostuvo el 9 por ciento de incremento salarial que comités anteriores habían obtenido.
De Juan Rosas, Felipe Cruz y Juan Ignacio solo dicen que ellos fueron los causales de que el poder adquisitivos de los trabajadores perdieran el 40 por ciento. Y del que va a entregar, Pedro Castillejos quizá su mérito haya sido sacudirse, al último, la influencia de Rosas Herrera.
Con ese breve repaso sindical, hoy los burócratas eligen a su comité directivo. Nueva generación de empleados que también escribirán su propia página, su propia historia gremial.