Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca, Oax., a 16 de diciembre de 2024.- Un autogol de un coctel sindical explosivo tiene en un brete al gobierno de Oaxaca.
Protestas de trabajadores del sector salud, la elección de la dirigencia del sindicato de burócratas y el despido “fast track” de mil 344 empleados han generado una de las mayores crisis en la entidad, sin precedente en los últimos sexenios.
Mientras que esta semana, la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) reanudó sus movilizaciones, bajo el pretexto de conmemorar el 45 aniversario de la creación de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), actividad que aprovechará exigir de nueva cuenta solución a múltiples pendientes.
El resultado preliminar es una bola de nieve de inconformidad social que crece, con el respaldo de otras agrupaciones de trabajadores, que prevén realizar movilizaciones masivas.
¿Otro 2006 en puerta? De hecho así inició el movimiento magisterial (que hoy expresó su respaldo a los burócratas) y social, que derivó en hechos graves de violencia y con más de una veintena de muertes y un centenar de desaparecidos, entre otros saldos funestos.
Lo curioso es que ahora, muchos de quienes participaron en esa revuelta, son parte del gobierno de izquierda que encabeza Salomón Jara Cruz, emanado del Partido Morena, con respaldo de otras fuerzas políticas menores.
CRISIS EN SALUD
Desde hace más de dos meses, trabajadores sindicalizados del Hospital Civil “Dr. Aurelio Valdivieso” de la capital realizan múltiples protestas; son afiliados a la Subsección 07 de la Sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud.
Primero para exigir equipamiento y medicamentos para el nosocomio; luego para demandar el pago en efectivo del bono por el Día del Empleado y ahora por diversos pagos.
Los responsables, primero el ente federal IMSS-Bienestar y luego los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO); en el último caso, apenas el fin de semana -después de múltiples bloqueos y paro de labores- informaron que hasta esta semana atenderían la problemática, sin informar por qué la tardanza.
Las protestas en el sector salud se han extendido en la región del Istmo, también con paro de labores, ante falta de pagos diversos; en la Mixteca, la Cuenca, la Costa y prevé crecer, sin que nadie diga por qué la desatención o la lentitud para solucionar los asuntos.
Y esta semana, se prevén movilizaciones y protestas en el IMSS ordinario, para exigir la renuncia de la funcionaria Martha Escobar, por acoso laboral y múltiples irregularidades.
CRISIS CON BURÓCRATAS
El pasado martes el Sindicato de Trabajadores de los Poderes del Estado e Instituciones Descentralizadas de Carácter Estatal tuvo su jornada electoral que, por pleitos políticos, terminó en un zafarrancho en una sede.
Por un lado, Juan Rafael Rosas Herrera intentando mantener el poder, a través de la planilla Rosa, y seguir manteniendo múltiples privilegios.
Por el otro, los hermanos Noé y Amador Jara conjuntado varios grupos para formar la planilla Blanca y recuperar para Morena el poder.
Todo salió mal; los hermanos Jara no midieron la fuerza que aún conserva Rosas; desplazaron a la Secretaría de Administración y se dejaron engañar por lidercillos que decían tener el control de los burócratas.
El resultado es una crisis interna que derivó incluso en golpes, detenciones, retenciones, visos de fraude electoral y una larga pausa; hasta hoy, no hay un ganador, pese a que supuestamente una representación electoral habría otorgado el triunfo a la planilla Rosa.
Por otro lado, no se tiene memoria de megamovilizaciones en el sindicato de trabajadores del gobierno que, tradicionalmente, han estado plegados a los designios o acuerdos de su dirigencia y del patrón, a cambio de prebendas.
Acaso en la época de Reveriano Chagoya, quien fue un auténtico líder de burócratas y se reeligió en varias ocasiones, hasta el gobierno de Diódoro Carrasco decidió aplacarlo.
Olivero Martínez Neri es otro de los muy pocos que no se quiso plegar a los designios gubernamentales; efectuó varias movilizaciones… y terminó en la cárcel.
Así que, el decreto aprobado por el Congreso del Estado la noche del 11 de marzo fue la ocasión para despertar a una masa de más de 14 mil trabajadores de base, ante la determinación del gobierno de Oaxaca de extinguir mil 344 bases laborales, debido a presuntas irregularidades.
Procedimiento totalmente inadecuado y con visos de venganza en contra, supuestamente, de seguidores de Rosas Herrera; sin embargo, en la lista de despedidos hay personas con discapacidad, trabajadores con más de una década de antigüedad, madres solteras, muchos de ellos de la planilla Blanca.
Por supuesto, hay o habría muchas bases otorgadas con irregularidad, pero esa no era la forma de echar a la calle, por decreto, a cientos de empleados y en consecuencia dejar sin ingreso a sus respectivas familias.
El gobierno estatal argumenta que la revisión se hacía desde hace dos años, pero, casualmente la concreción la hace “fast track” y en pleno conflicto sindical, lo que agrava la situación.
Ello ha concitado, desde el pasado jueves, múltiples movilizaciones, “toma” de oficinas, megamarchas, velada en el exterior del Palacio de Gobierno.
El sábado se alcanzaron por fin los primeros acuerdos para revisar cada caso pero el domingo se volvió a entrampar la situación; la madrugada de este lunes se suspendió la reunión entre las partes, sin lograr mayores definiciones acerca del mecanismo de revisión.
LA ESTOCADA
Lo sensato por parte del Gobierno del Estado, una vez aceptado el diálogo con la representación de los burócratas, es la revisión de los casos, pues muchos trabajadores consiguieron de manera formal y legal su basificación.
Lo sensato es que se reintegre a sus labores a quienes no tienen ningún problema con su documentación, pero ¿seguirán jugando a las vencidas y a tomar decisiones con el estómago?
¿Y qué pasó con los ex funcionarios responsables de este enredo? Ni con el pétalo de una investigación se ha tocado a Germán Espinosa Santibáñez, hoy millonario, ni a Vargas Varela ni a nadie; ni a ex funcionarios menores.
¿Quiénes son los pésimos asesores del mandatario Salomón Jara? ¿Son de Oaxaca? O foráneos, por eso no conocen ni la historia social ni la realidad oaxaqueña ni su espíritu de lucha unida ante cualquier causa que afecte a las mayorías.
Por cierto, esos pésimos asesores del gobierno no se han percatado que falta menos de un año para que se lleve a cabo un proceso de votación para revocar o mantener al mandatario Jara Cruz en el cargo.
Proceso que el mismo gobernador impulsó durante la campaña política y que, de no recular en las pretensiones dañinas a los sectores populares, tendrá que enfrentar la irritación social cada vez más creciente.
Y ya se gesta la unión de diversos gremios más y de organizaciones sociales, lo que amenaza en convertir un problema oficial en un conflicto social de consecuencias aún inciertas.