Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca, Oax., a 13 de enero de 2025.- Paulatinamente, las mentiras de Andrés Manuel López Obrador las ido develando la propia realidad mexicana.
El Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” es un fracaso; sigue vacío y sin operar al 100 por ciento.
La refinería “Dos Bocas” de Tabasco, también, a más de un año de varias inauguraciones, ni siquiera llega al 10 por ciento de refinación de combustibles.
A un año de creada, la línea aérea Mexicana, que rescató el gobierno del tabasqueño, es también un absoluto fracaso y en días recientes canceló la mayoría de lo vuelos, por falta de usuarios.
Tren Maya: otro costosísimo proyecto de López Obrador al que se le siguen inyectado miles y miles de millones de pesos, pese a que transporta una mínima cantidad de pasajeros.
La lista es larga y ahí están más empresas como Gas Bienestar, que simplemente desapareció, sin que nadie viera su beneficio.
¿Y qué pasó con las Farmacias Bienestar que supuestamente aliviarían la grave problemática de la falta de medicamentos?
Pero lo más cruel es el engaño criminal de crear, o tener por decreto verbal, un sistema de salud no como el de Dinamarca, sino mejor que el de Dinamarca.
Grave porque ha impactado terriblemente en la salud de la población más necesitada, que es por su puesto la mayoría de los mexicanos.
Grave porque ha puesto, literalmente, en riesgo la salud de miles de personas, ante la falta de medicamentos e incluso ha provocado decesos.
MÁS ENGAÑOS
Furibundo crítico siempre de los gobiernos del pasado, como si todo hubiera sido negativo, López Obrador prometió aliviar las carencias en materia de salud.
Creó el Instituto Nacional de Salud Bienestar (Insabi) que ofrecía “proveer y garantizar la prestación gratuita de servicios de salud, medicamentos y demás insumos asociados a las personas sin seguridad social, así como impulsar, en coordinación con la Secretaría de Salud en su calidad de órgano rector, acciones orientadas a lograr una adecuada integración y articulación de las instituciones públicas del Sistema Nacional de Salud”.
Nada, absolutamente nada de eso pasó, a pesar de los multimillonarios presupuestos que tuvo a su alcance.
Antaño, y sin que suene a loas a gobiernos priistas o panistas, funcionaba adecuadamente el Seguro Popular, un sistema de salud que realmente procuraba el alivio de los malestares de las personas con carencias económicas.
Incluso subrogaba atenciones de alta especialidad, o medicamentos costosos, cuando no había estas atenciones en el sistema oficial.
Pero lo desaparecieron, alegando corrupción… y sin que se investigara dichas anomalías y mucho menos se tocara con el pétalo de un citatorio judicial a Enrique Peña Nieto y sus antecesores, a quienes por cierto se sigue protegiendo.
Fue el 23 de abril de 2023 en que la mayoría morenista aprobó extinguir el Insabi, sin reconocer que fue un absoluto fracaso.
Y de inmediato, se puso en marcha el IMSS-Bienestar, ajeno al régimen ordinario que sigue funcionando sin mayores contratiempos.
Bajo el nuevo sistema de salud, los recursos incluso de los estados, así como el personal, se supone que los manejaría ya el gobierno federal.
Pero, ¿alguien ha visto mejorías? Ni siquiera las Farmacias Bienestar están funcionando óptimamente.
En los primeros días de este año, las protestas han ido al alza. Apenas el pasado viernes, trabajadores del IMSS-Bienestar protestaron para exigir pago de salarios y otras prestaciones, que les adeudan desde hace ocho meses.
En agosto pasado, y posteriormente, miles de trabajadores protestaron por la nula operatividad del nuevo organismo, que los dejaba en la indefensión laboral.
Querétaro, Puebla y Oaxaca, han sido los más recientes casos en que se generan protestas en el sector de salud.
Mientras tanto, este lunes, el diario “El Sol de México” publicó:
“Los adeudos que acumula el gobierno federal con los laboratorios ascienden a 11 mil millones de pesos, por lo que la industria farmacéutica se manifestó preocupada por el riesgo de desabasto de medicamentos en México debido a esto y a los retrasos en las licitaciones para el periodo 2025-2026”.
“El adeudo es bastante considerable, estamos hablando de cerca de 11 mil millones de pesos que se deben a la industria, principalmente por parte del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que ahora transfirió sus funciones y sus deudas al proyecto de IMSS-Bienestar”, dijo Rafael Gual Cosío, director general de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma).
CASO OAXACA
Sí, efectivamente, la crisis en materia de salud no es solamente en Oaxaca. Pero en nuestro estado es más acentuado debido a que la mayoría de la población depende de los servicios institucionales; también, porque la mayoría de oaxaqueños se encuentra en pobreza y/o en pobreza extrema.
Para no ir muy lejos, ahí está el Hospital del Niño y la Mujer, cuya construcción inició desde el gobierno priista de Ulises Ruiz. Han pasado seis años de López Obrador y tres meses de Claudia Sheinbaum y es la hora en que no opera, pese a varias inauguraciones, incluyendo en el sexenio de Gabino Cué.
O el Hospital de la Niñez Oaxaqueña, también con graves carencias, sobre todo de medicamentos contra el cáncer, y que a mediados del año pasado se inundó; tuvo que operar en áreas improvisadas del Hospital de la Mujer por medio año y apenas regresan a sus instalaciones.
¿Hospital Civil “Dr. Aurelio Valdivieso”? No es ahora, este año, en que se han denunciado las carencias, por parte del personal sindicalizado y ahora hasta de los directivos.
Decenas de testimonios circularon la semana pasada por parte de familiares de los enfermos, que refieren que han hecho gastos extraordinarios, para tratar de que se alivien sus familiares. Vaya, la crisis llegó la semana pasada al grado de que no había agua potable ni gas; los médicos tuvieron que lavarse las manos con el líquido de garrafones.
Sí, es bastante probable que la crisis haya detonado por un conflicto intersindical, pero eso no quiere decir que sea el único origen de la afectación.
El gobierno estatal emitió a media semana un comunicado en que decía que el IMSS Bienestar ya estaba surtiendo lo necesario… después de una visita de madrugada de los funcionarios.
No hay solución y es difícil que la haya en los próximos años, por la sencilla razón que el dinero, que era para la salud y otros rubros, se está ocupando para regalar a diversos segmentos sociales, sólo para tener votantes cautivos.
¿En dónde están los miles de millones de pesos para el sector salud, que se destinan año con año?
¿Qué pasó con la primera secretaria, Alma Lilia Velasco? ¿La quitaron por ineptitud o por corrupción?
¿Y qué ha hecho el actual secretario de Salud, Emmanuel Jarquín González, designado desde agosto pasado?
La autoridad estatal se excusa conque es un problema de orden federal y el titular estatal de salud literalmente se esconde.
No hay, en dos años, obras relevantes en materia de salud, como construcción de clínicas u hospitales, y las escasas que se ejecutan como en Tuxtepec, son recursos federales… que se obtuvieron de una rifa.
La prioridad, definitivamente, de López Obrador y ahora de Claudia Sheinbaum no es la salud de los mexicanos. Es seguir manteniendo una población cautiva que recibe dinero cada mes o cada bimestre… a costa de la salud y la vida de las personas.