Isidoro Yescas*
La ruta que sigue el gobierno del estado de Oaxaca para reformar la Constitución Política de Oaxaca es muy similar a la que siguió con la aprobación de la Ley para Prevenir, Atender y Reparar Integralmente el Desplazamiento Forzado Interno en Oaxaca”: simular consultas con todos los sectores sociales, pueblos indígenas, académicos, etc. para luego turnar su proyecto, ya como iniciativa de ley, a la LXVI Legislatura local en donde, sin quitarle una coma ni agregar un acento, se aprueba por unanimidad.
El primer acto de la nueva comedia política de la Primavera Oaxaqueña ya está en proceso en algunas instituciones de educación superior privadas y públicas (incluyendo la UABJO) y en las regiones de la entidad con la realización de foros temáticos y regionales.
De acuerdo a la reseña que sobre estos foros ha escrito el colega Porfirio Flores, todo apunta que la reforma jarista se concentrará en alinear y/o actualizar la Constitución local con todo lo relacionado a la interculturalidad y al cuidado y preservación del patrimonio cultural, ya vigente en la Carta Magna federal, dejando en un segundo plano, o tal vez ignorando, temas estratégicos locales como los mecanismos de participación ciudadana (referéndum, plebiscito y revocación de mandato), la seguridad pública, el combate a la corrupción, etc. (“Así son los foros para reformar la Constitución de Oaxaca”, en el muro de faceboock de Paola Flores, marzo 6 del 2025).
Como ya es del conocimiento público, el próximo 21 de marzo el Gobernador del Estado tiene previsto dar a conocer el contenido de su proyecto en Guelatao, o en donde no se haga visible para el magisterio de la sección 22 del SNTE, que en esa fecha estará movilizado.
Entonces podría ocurrir lo que se narró en un boletín oficial en el mes de diciembre del 2024 a propósito de la ley contra el desplazamiento forzado. Al hacer entrega de la iniciativa al Congreso local, la Coordinadora para la Atención de los Derechos Humanos del Gobierno del Estado, Flor Estela Morales, presumió que dicha iniciativa de ley era “única en todo el país” (sic) al tomarse en cuenta “la cosmovisión de las comunidades indígenas y afromexicanas” (Diciembre 9 del 2024).
Lo curioso del caso es que ni hubo consulta previa e informada con los pueblos indígenas del estado de Oaxaca, ni tampoco los diputados y diputadas de la LXVI conocieron de su contenido antes de alzar incondicionalmente la mano.
Para el caso de la iniciativa de las reformas constitucionales, lo ya visto con la aprobación de la Ley para Prevenir, Atender y Reparar Integralmente el Desplazamiento Forzado Interno se estaría repitiendo con algunos cambios de actores y escenografía: en un segundo acto, el presidente de la Junta de Coordinación Política recibirá la iniciativa, se cuidará entonces de que el documento no circule para su conocimiento y estudio entre los diputados y diputadas de Morena, ni mucho menos entre sus aliados y legisladores de la oposición leal, sino hasta el día que se someta a su aprobación, que con toda seguridad será por unanimidad y sin observaciones de fondo a su contenido.
El último acto de esta comedia política primaveral será la presentación ante la clase política cuatroteísta, presidentes municipales y representaciones indigenistas nacionales e internacionales de la “nueva constitución”. Y entonces se gritará a los cuatro vientos que las reformas que oxigenarán y robustecerán la carta magna oaxaqueña fueron producto de unaamplia consulta ciudadana.
Será también el momento para presumir las reformas jaristas como un “logro histórico”, solo comparado con lo que en su momento se llevaron a cabo para redactar la primera Constitución de 1825. Y, por supuesto, como un paso trascendental del gobierno de Oaxaca para “continuar con el segundo piso de la Cuarta Transformación, aunque en los hechos todo sea, por un lado, simulación y, por el otro represión: uso de la fuerza pública, fuera de todo protocolo, para dispersar protestas antigubernamentales como ocurrió el 8 de marzo con la agresión, a base de gases lacrimógenos, en contra de mujeres feministas y niñas que se manifestaron frente al Palacio de Gobierno.
*Maestro en Sociología.
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