Isidoro Yescas*
Del discurso conciliador y dialoguista del gobierno federal observado en los primeros días del paro y de las movilizaciones de la CNTE se pasó, a partir del boicot a la mañanera presidencial, a un discurso de descalificaciones, a la ruptura del acuerdo para que la presidenta Sheinbaum recibiera a la Comisión Nacional Única de Negociación (CNUN) de la CNTE en Palacio Nacional y a un no rotundo a una promesa de campaña: la abrogación de la Ley del ISSSTE del 2007, la más importante de las tres demandas centrales del pliego petitorio de las secciones sindicales del SNTE que conforman la CNTE y en donde la sección 22 es columna vertebral.
Y como en los tiempos del peñismo o calderonismo, la ruptura se ha acompañado ahora de una intensa campaña mediática para exhibir como intransigentes y violentos a los que hasta el pasado sexenio se consideraban aliados políticos de la 4T.
Pero como a toda acción corresponde una reacción, ahora la respuesta de la Asamblea Nacional Representativa de la CNTE caminará para la próxima semana en dos carriles.
Por un lado intensificarán sus movilizaciones en la Cdmx tomando oficinas públicas como la SEP, el INE y la SHCP, y en cada entidad en donde la CNTE tiene presencia sus agremiados(as) realizarán “la persecución política de la presidenta” Sheinbaum; y por el otro, si para antes del primero de junio no se reinstala la mesa de negociación con la presencia de la presidenta de la república ya está el acuerdo de considerar el boicot a la elección judicial.
Es una apuesta riesgosa, porque aunque pareciera difícil que el gobiernomorenista recurra al expediente de la represión (como sí ocurrió durante el sexenio de Enrique Peña Nieto con el desalojo del plantón del zócalo de la Cdmx en el año 2013), no se descartan acciones sincronizadas del poder legislativo federal y de los gobiernos estatales en donde la CNTE tiene presencia para intentar forzarlos a una negociación bajo los términos ya definidos por el Poder Ejecutivo federal y que, hasta ahora, no ha considerado un incremento salarial superior al 10 por ciento (si en el 2024 el incremento fue del 12 por ciento, ahora el ofrecimiento debiera superar este porcentaje) ,tampoco revisar la Ley del ISSSTE del 2007 para valorar técnica y financieramente si es viable o no su abrogación en el corto o mediano plazo, y mucho menos cancelar en forma total la reforma educativa peñista en donde el gobierno de AMLO avanzó parcialmente.
En sus 45 años de vida la CNTE ha lidiado en condiciones generalmente adversas con gobiernos del PRI y del PAN y, a partir del 2018, pudo mantener una nueva relación institucional y política con el presidente AMLO y los gobiernos locales de Morena. Sin embargo, bajo la premisa de “gobierne quien gobierne”, nunca ha renunciado a su estrategia de movilización-negociación-movilización.
Fue ésta la vía mediante la cual se pudo consolidar en Oaxaca la sección 22 del SNTE ( MDTEO) con todo y los intentos de algunos gobiernos priístas para coptar a sus dirigencias y desmovilizarla, tal como ocurrió durante el sexenio de Alejandro Murat Hinojosa.
Hoy, ante la radicalización de la CNTE y el doble discurso oficial que por un lado insiste en el diálogo y los acuerdos pero por el otro induce toda una campaña mediática para descalificar al magisterio movilizado, ambas partes deben valorara profundidad y con mucha sangre fría las conveniencias e inconveniencias de seguir estirando la liga.
Porque el endurecimiento de posiciones irreductibles asoma por ambas partes, aunque quien ahora debería tomar la iniciativa para romper con el impasse y la polarización es el gobierno federal, pues, a final de cuentas, está en su cancha resolver, hasta donde su presupuesto y voluntad política se lo permita, las demandas de mejores ingresos y prestaciones, y pensiones más justas para los trabajadores de la educación.
Todo lo anterior sin perder de vista que tampoco debe pasar a un segundo término el compromiso con la educación, una asignatura en donde sexenio tras sexenio se ha dejado para una mejor ocasión….y que nunca ha llegado.
*Maestro en Sociología y periodista.
X: @YescasIsidoro
