Lisbeth Mejía Reyes/Zona Roja.
Oaxaca, Oax., a 24 de julio de 2025.- La más reciente víctima de probable feminicidio en la región del Istmo fue Mayela, una mujer de aproximadamente 37 años de edad asesinada en el centro de Juchitán, en un espacio público y a plena luz del día; era trabajadora de un sitio de mototaxis.
Pero antes de ella la violencia acabó con la vida de Maricela A. A., estudiante de preparatoria cuyo cuerpo fue localizado el 7 de julio, tras denunciarse su desaparición desde el 4 del mes.
El día 10 fue localizado en un costal y en la vía pública el cuerpo de Reina Violeta, vendedora de comida; tenía signos de tortura.
En menos de un mes, tres mujeres fueron asesinadas en Juchitán de Zaragoza, en una región (Istmo de Tehuantepec) que en lo que va del 2025 se ha colocado como la segunda más violenta para las mujeres, seguida de los Valles Centrales. En la zona istmeña se han registrado 12 de los 46 asesinatos o muertes violentas de mujeres y en Valles, 10.
Aunque si se considera el curso del actual sexenio, en el que se han reportado 250 asesinatos de mujeres, ambas regiones invierten posición: Valles, con 74 de los casos y el Istmo, con 52, de acuerdo con el registro del Grupo de Estudios sobre la Mujer Rosario Castellanos (GES Mujer).
«Tanto en Valles Centrales como en el Istmo se está viviendo un contexto de riesgo permanente, sobre todo para nosotras las mujeres, y lamentablemente el Estado ha fallado en garantizar el derecho a la vida de las mujeres, a la seguridad y la justicia», señala María del Rosario Martínez Miguel, presidenta de GES Mujer.
Lo más grave, apunta, es que la violencia se manifieste como en el último asesinato en Juchitán: en espacios públicos, a horas en las que la mucha gente transita en las calles. «Y no hay una respuesta efectiva contra eso», lamenta.
Este tipo de violencia afecta a las mujeres de todas las edades y ocupaciones, pero también alcanza a sus familias, explica Martínez Miguel sobre las secuelas que se extienden a toda una sociedad, a las comunidades o municipios de un estado con Alerta de Violencia de Género desde 2018.
ALERTA DE VIOLENCIA
«Se supondría que después de hacerse declarado la Alerta de Violencia de Género, los esfuerzos estarían más focalizados en estos 40 municipios (entre ellos, Juchitán).
Sin embargo, las cifras nos muestran lo contrario, que no ha habido un cese de la violencia», expone la presidenta de GES Mujer, al reiterar la demanda al Estado para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia.
De acuerdo con el informe de GES Mujer, la violencia se ha recrudecido en contra de las mujeres, pues de las 46 asesinadas del 1 de enero al 22 de julio el 63 por ciento (22) han sido por impactos de balas.
A esa cifra se suma la muerte violenta de Eva Q. M., de 19 años de edad, ultimada junto con su pareja antenoche en el municipio de San Gabriel Mixtepec, región Costa.
Además, en 35 por ciento de los casos sus cuerpos se han encontrado en el hogar, que se supone debería de ser un espacio seguro. También porque en el 85 por ciento de los casos (39) se desconoce a el o los agresores. «Eso evidencia las graves deficiencias en las investigaciones».
Tras el asesinato de Mayela, el Grupo de Mujeres “8 de Marzo” también se pronunció públicamente para condenar tal hecho, ocurrido en el Parque Central Heliodoro Charis Castro.
La asociación civil de Juchitán exigió a las autoridades «una respuesta inmediata ante la crisis de inseguridad y violencia feminicida» y que esta incluya la prevención de delitos de alto impacto.
Acciones «que sean coordinadas y que den respuesta a la grave problemática de violencia feminicida que estamos enfrentando», pero también investigaciones «de los asesinatos violentos bajo el protocolo de feminicidio y evitar la impunidad, impulsar acciones interinstitucionales coordinadas con diversas dependencias tanto del gobierno federal como del gobierno estatal».
Al igual que el Grupo 8 de Marzo, GES Mujer también hizo un llamado urgente a la Fiscalía General del Estado, al gobierno estatal y al Poder Judicial para garantizar la seguridad y justicia de las mujeres. Pero también el fortalecimiento a la Alerta de Violencia de Género, con mecanismos de evaluación, transparencia y participación ciudadana para tener resultados visibles y medibles. Asimismo, la asignación de presupuestos con perspectiva de género en el que se priorice la prevención y la atención de la violencia feminicida.
