Lisbeth Mejía Reyes/Zona Roja.
Oaxaca, Oax., a 7 de agosto de 2025.- Debido a las carencias en el acceso al derecho a servicios de salud, los hogares oaxaqueños son los que más gastan en este tipo de atención en el país, según el análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) a la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
A partir de la publicación de los resultados el pasado 30 de julio, en el que se observa que las familias destinan un porcentaje de sus ingresos para la hospitalización, para las consultas o la compra de medicamentos sin receta, este centro de investigación en política pública recomendó a los gobiernos «fortalecer el enfoque de prevención en salud».
De acuerdo con el análisis del IMCO sobre el gasto en salud por entidad federativa, en el 2024 los hogares en Oaxaca destinaron una mayor proporción del gasto a los cuidados de la salud (6.3%), seguido por los ubicados en Zacatecas (5.5%) y Guerrero (4.9%).
En Oaxaca, la ENIGH reportó que los hogares gastaron 34 mil 107 pesos en promedio al trimestre y que de esa cifra destinaron 2 mil 145 pesos a la salud en ese mismo periodo. «En cambio, en estados como Baja California y Quintana Roo se destinan alrededor de mil 200 pesos, que representa una proporción de gasto en salud de 2% y 2.3% respectivamente», señala el IMCO, al mostrar las diferencias en gastos entre el estado de Oaxaca y estos.
Además de exponer que «el gasto en salud revela carencias estructurales y brechas en la garantía del acceso a este derecho» en el país, a pesar de que «la protección de la salud debe ser universal».
En 2024, detalla el instituto, el 63.3% de la población del país reportó estar afiliada o tener acceso a algún servicio médico». Sin embargo, también muestra que el 27.7 por ciento no está afiliada o carece de este acceso.
El 63.3 % «representa una recuperación parcial respecto a 2022 (57.9%), pero se mantiene por debajo del nivel observado en 2016 (82.6%). La disminución en la cobertura de servicios públicos ha generado una mayor presión sobre los hogares para financiar su atención médica con recursos propios. Esta situación se traduce en un aumento del gasto de bolsillo, especialmente en estados con menor cobertura y calidad en los servicios públicos de salud», apunta el IMCO.
