Lisbeth Mejía Reyes/Zona Roja.
Oaxaca, Oax., a 22 de agosto de 2025.- Aun cuando el porcentaje de pobreza disminuyó entre 2022 y 2024, al pasar de 58.4 por ciento a 51.6, el rezago educativo es una de las carencias sociales que se agravaron en la última década en el estado de Oaxaca y que muestra una tendencia de aumento.
De acuerdo con los informes sobre la pobreza desarrollados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2024 se registró el porcentaje más alto de oaxaqueños con rezago educativo: 30.5 de cada 100 (un millón 302 mil habitantes, de los alrededor de 4.3 millones que hay en la entidad).
En el 2016 el rezago era del 28.5 por ciento; en el año 2018 aumentó a 29.6; en el 2020 se mantuvo en esa cifra, pero en el 2022 mostró una ligera disminución al llegar al 29.1 por ciento. Sin embargo, se incrementó en el 2024 al alcanzar el 30.5 por ciento, segú el primer informe del INEGI, que asumió la responsabilidad de medir la pobreza tras la decisión del gobierno federal de desaparecer al Coneval.
Este último organismo señalaba que «una persona presenta rezago educativo si no cuenta con el nivel de educación obligatoria vigente al momento en que debía haberla cursado». Por ejemplo, si está en edad de haber cursado la primaria o secundaria, pero no lo ha hecho por diversos factores, ya sea porque las condiciones familiares no se lo permiten, porque no hay escuelas a su alcance o por otro factor.
El Coneval también explica que en México «la educación es un derecho y el Estado debe prestar servicios educativos de calidad para que la población pueda cursar la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior».
Al analizar los datos del reciente reporte sobre la pobreza y las carencias sociales, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) refiere que la evolución del rezago educativo se da «en un contexto donde la política educativa enfrenta el desafío de garantizar no solo la permanencia en las aulas, sino también la adquisición de habilidades relevantes para el futuro del trabajo».
Por esto «reducir las carencias en educación es indispensable para ampliar las oportunidades de los jóvenes, cerrar brechas de desigualdad y fortalecer la productividad del país frente a los cambios tecnológicos y económicos».
Este centro de investigación en política pública también recordó que el nivel de la educación obligatoria en México se fue ampliando mediante reformas al artículo 3° constitucional. En 1917, por ejemplo, comprendía únicamente la primaria y, desde 2012, abarca hasta el bachillerato. Por ello, el nivel de escolaridad esperado varía según la edad. El mayor rezago a nivel nacional se concentra en la población de 22 a 26 años, detalla.
«La proporción de jóvenes sin bachillerato completo disminuyó de 37% en 2022 a 34% en 2024, lo que refleja los retos para garantizar que concluyan sus trayectorias escolares. Según la SEP (Secretaría de Educación Pública), la pérdida de talento es más pronunciada en la transición del bachillerato a la universidad, ya que, de cada 100 niños entre 5 y 6 años, 81 ingresan al bachillerato, pero apenas 27 concluyen una licenciatura».
