Isidoro Yescas*
Sumamente preocupado por lo que ocurra con las finanzas municipales en las próximas dos décadas, el presidente municipal, Raymundo Chagoya, ya encontró la fórmula mágica para que el municipio de Oaxaca de Juárez deje de pagar cada año 24 millones de pesos por concepto de arrendamiento de inmuebles: concesionar a una empresa privada el inmueble propiedad del municipio ubicado en la calle de Belisario Domínguez 920 de la colonia Reforma.
De la lectura del decreto , ya aprobado por mayoría de votos por el Congreso local (y que en el mes de julio lo aprobó sin chistar el Cabildo municipal) queda claro que a las autoridades municipales en turno les agobia tanto que el municipio pierda millones de pesos en arrendar casas y edificios de particulares para destinarlo a oficinas que tomaron la sabia decisión de concentrarlas en un solo espacio físico para así generar “ahorros de transporte y tiempo” a los contribuyentes capitalinos.
La solución, entonces, va en la ruta de concesionar un bien inmueble del municipio (con una superficie de dos mil 174 metros cuadrados) en donde, vía licitación pública, se asignará a una empresa privada para que en dicho espacio se levante un edificio ya denominado Centro de Servicios Vecinales (Cesevi) que contará con modernas oficinas, estacionamientos y terrazas (faltaba más).
Para justificar financieramente el proyecto se argumenta lo siguiente: en 19 años el municipio estaría erogando por arrendamiento mil 160 millones de pesos.
Sin embargo, al proceder a la concesión de su bien inmueble, en el mismo periodo tendrá que pagar a la empresa que se haga cargo de la construcción, administración y mantenimiento del Cesevi la cantidad de mil 880 millones.
Y aunque aquí claramente aparece una diferencia de 780 millones de pesos en contra del municipio, las cuentas alegres de las autoridades vecinales dejan pasar este dato para presumir que en 19 años el Cesevi, ya como patrimonio del municipio, tendría un valor estimado de mil 780 millones de pesos.
Para pagar este multimillonario proyecto, que podrán decir misa pero es una forma simulada de deuda pública, las próximas seis administraciones municipales deberán sacrificar sus ingresos propios y afectar, hasta donde les alcance, las participaciones federales, sobre todo del Fondo de Fomento Municipal, “previa autorización de las legislaturas locales” .
Por donde se le quiera ver, el pago en superabonos de los mil 880 millones de pesos se traducirá en la reducción o cancelación presupuestal (a partir del 2027, cuando se estima que entre el operación el Cesevi) de alguno de los servicios básicos que por ley prestan los municipios, como la obra pública (drenaje, redes de agua potable, bacheo, etc.) y la seguridad pública.
Se dirá que está pendiente la licitación pública y que el plazo oficial anunciado de 18 meses para concluirlo habría que restar por lo menos uno o dos meses para cubrir los trámites de este proceso legal-administrativo, pero con toda la fama de honestidad y cumplimiento de la ley que rodea al gobierno vecinal ,que no nos extrañe que ya todo esté arreglado y que el mismo empresario oaxaqueño que vendió la idea del Cesevi se saque la lotería para que antes que concluya el 2025 arranquen con los primeros trabajos.
Un negocio redondo, en donde los amigos, cuates y hasta parientes saldrían beneficiados, menos la ciudad y sus contribuyentes, que por cierto, nunca fueron consultados para ahorrarse unos pesos y tiempo para realizar sus trámites en las oficinas municipales.
*Mestro en Sociología y periodista.
X:@YescasIsidoro
