Lisbeth Mejía Reyes/Zona Roja.
Oaxaca, Oax., a 27 de septiembre de 2025.- «Las niñas deberían ser niñas, no madres».
Sin embargo, en Oaxaca casi cada día una niña se convirtió en madre en el año 2024, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que para entonces reportó 327 nacimientos en niñas y adolescentes de entre 10 y 14 años de edad.
La cifra aumenta a cuatro mil 142 nacimientos en niñas y adolescentes si se cuenta hasta los 17 años de edad, es decir, cuando ni siquiera son adultas según la legislación.
Las niñas no deberían ser madres, reitera María del Rosario Martínez Miguel, presidenta del Grupo de Estudios sobre la Mujer Rosario Castellanos (GES Mujer.
Pero la realidad muestra que en Oaxaca y en todo el país este es un problema que normaliza diversas violencias en contra de las niñas y adolescentes, ya sea por uniones/matrimonios forzados y al margen de la ley, porque no se garantiza la educación sexual ni el acceso a métodos anticonceptivos a este sector de la población o porque tras estos casos también hay violaciones sexuales, explica la activista.
«Es una realidad que vulnera profundamente los derechos de niñas y adolescentes en México y en este caso de Oaxaca», apunta Martínez Miguel sobre una problemática social de antaño que aunque en el 2024 registró una disminución aún persiste.
Por rangos de edad, el Inegi también señala que en Oaxaca de los cuatro mil 142 nacimientos en menores de edad 693 eran de adolescentes de 15 años; mil 319 tenían 16 años al momento de parir y mil 803 tenían 17 años.
En 2023, se reportaron cuatro mil 932 nacimientos en mujeres de entre 10 y 17 años de edad en el estado. De estos, 394 fueron de niñas de entre 10 y 14 años de edad.
Comparando ambos años, la tasa pasó de 15.6 nacimientos por cada mil mujeres de entre 10 y 15 años de edad (en 2023) a 12.8 en 2024.
¿CÓMO OCURRE?
La presidenta de GES Mujer también alerta sobre otros problemas que implican estos embarazos en niñas y adolescentes, y que muy probablemente no están atendiendo las autoridades y la sociedad.
«No hay un análisis de cómo se llegó a que estas niñas tan a temprana edad fueran madres, si fue producto de una violación, si fue una unión forzada o temprana entre una niña y un adulto porque su analizamos estos datos con perspectiva de género son muy pocos o nulos los casos de una niña que se embaraza de un par, de un niño u hombre de la misma edad», detalló.
Además de señalar que la problemática se enmarca también en un contexto donde muchas violencias se normalizan en comunidades de Sistemas Normativos Internos (usos y costumbres), por ejemplo, a través de matrimonios entre adolescentes como el que se reportó en junio en una comunidad de la región Costa.
La activista reiteró que los embarazos en niñas y adolescentes son un problema social que tiene que ser atendido, pues «representa una forma de violencia que compromete la salud física, emocional y social de las de las niñas porque truncan sus proyectos de vida, limita su acceso a la educación formal, a la salud integral y a la autonomía económica».
En 2024, el estado de Oaxaca registró la segunda tasa más alta de nacimientos en mujeres de entre 10 y 17 años de edad, con 12.8 por cada mil mujeres de ese rango etario; en igual situación está Michoacán. La tasa más alta corresponde a Chiapas, con 19.4 nacimientos por cada mil mujeres de entre 10 y 15 años de edad.
A nivel nacional, el INEGI reportó 89 mil 527 nacimientos en mujeres de entre 10 y 17 años. De estos, 5 mil 983 fueron en niñas de 10 a 14 años.
