Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca, Oax., a 27 de octubre, 2025.- Orondo, el Partido Acción Nacional anunció el pasado 18 de octubre su resurgimiento… Pero con tan mal tino que lo hizo en plena crisis nacional y tragedia por las intensas lluvias en cinco estados, donde hubo saldos funestos.
Pero, la pregunta que se hacen los ciudadanos es, ¿aún existe el PAN? Salvo algunas figuras políticas, muy escasas, no hay nadie más; ni siquiera la dirigencia nacional se vislumbra por algún lugar.
Y aún así, pretende erigirse como la única oposición política en el país, para enfrentar al Partido Morena en los próximos comicios.
Pero se olvida que la gran mayoría de sus militantes es ya de la 4T desde hace mucho, como es el caso de su otrora representante Manuel Espino, por poner un solo ejemplo.
¿Y qué pasa en Oaxaca? Enterrado, totalmente, pues sus militantes ya no existen como tampoco su dirigencia, que solamente disfruta de las últimas prerrogativas que la el Instituto Estatal Electoral, procedente de nuestros impuestos, claro está.
No se ve por dónde, más que en el maquillaje, que Acción Nacional pueda resurgir y enfrentar al monstruo en que se ha convertido Morena, y no por su arrastre electoral, sino porque el partido el poder ha comprado todo, al precio que sea.
¿CUÁL RENOVACIÓN?
Hace 73 años, 19 de septiembre de 1939, Manuel Gómez Morín fundó un partido de derecha, inclinado a la religiosidad y concretamente al catolicismo; según sus estatutos, su posición ideológica es del “humanismo cristiano”.
Pretendía ser contrapeso al entonces Partido de la Revolución Mexicana, hoy PRI; pero en siete décadas, ha tenido muy escasos logros: apenas dos presidencias de la República y media decena de gubernaturas.
Felipe Calderón Hinojosa —quien pretende regresar al escenario político— y Vicente Fox Quesada —que ahora le hace guiños al partido, México Nuevo, que propone crear Ulises Ruiz—, sus únicos mandatarios, que en 12 años botaron a la basura la confianza ciudadana de los mexicanos.
A partir de ahí, tiene derrotas tras derrotas; actualmente gobiernan Chihuahua, Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes y Yucatán; en la mayoría habrá proceso de renovación el próximo año y las cuentas no le salen al panismo para ratificar triunfos.
Escasa representación en el Senado de la República y en la Cámara de Diputados, que es a su vez una oposición mínima frente a la aplanadora morenista con sus aliados del PT, PVEM y el PRI.
Hace poco más de una semana anunció la “renovación”, pero sólo en su imagen.
Presentó un nuevo logotipo, el primer cambio significativo en su emblema desde 1952, que busca ser más moderno y conectar con las nuevas generaciones; elimina el tradicional círculo azul.
Las siglas tienen una leve inclinación a la derecha y el color es un azul más intenso, cercano al negro.
Supuestamente con este cambio, pretenden atraer a los jóvenes del país, aunque no se han delineado estrategias reales para ello.
Eso es prácticamente todo lo que presentó el PAN, que dirige Jorge Romero Herrera desde el 2024, por cierto un perfecto desconocido en la política mexicana.
¿Cuál cambio? Uno verdadero sería regresar a ras de tierra a las comunidades para recuperar la militancia perdida. Pero sus dirigentes son “juniors”, muchos de millonarios de abolengo con propiedades en Estados Unidos, que difícilmente voltean a ver al ciudadano común. Todo lo quieren conseguir con ruido mediático, pero ni siquiera eso alcanzan.
¿Y EN OAXACA?
¿Desde cuándo ya no existe Acción Nacional en Oaxaca? Desde hace mucho, principalmente desde que la entonces dirigente estatal Natividad Díaz Jiménez se plegó a los designios de los Murat.
El sexenio priista anterior que presidió Alejandro Murat transcurrió sin oposición absoluta, sin que nadie le recriminara cualquier acción contraria a la ley o determinación política; hasta compadres resultaron Natividad y el entonces mandatario.
Así, Díaz Jiménez, beneficiada con diputaciones hasta en cuatro veces, todas plurinominales, fue “invitada” por los mismos personajes a formar parte de Morena, aunque de manera disfrazada.
En las elecciones del 2022, por supuesto que no hizo ningún ruido para que ganara Salomón Jara Cruz, quien le gratificó con otra diputación y la presidencia de la Mesa Directiva; disfrazada como legisladora independiente, vota todo a favor de lo que pidan los morenistas.
Hubo sí cierta oposición en el actual sexenio con Perla Woolrich Fernández, quien incluso implementó una conferencia de prensa semanal, en que criticaba los designios estatales y federales del morenismo.
Claro que no pasó más allá de ruido mediático, pues ni en el Legislativo ni en la militancia encontraba eco. Fue sustituida a principios de este año por Rosario Ramírez Hernández, de quien se desconoce absolutamente todo.
Se presume que fue recomendada por Natividad Díaz, para seguir siendo una oposición callada, o nula, ante el poder.
Hace unas semanas se dio a conocer la renuncia de Juan Mendoza Reyes al panismo, otrora aliado de Díaz Jiménez, pero pasó sin mayor impacto, pues nada representaba ya.
¿En dónde están los aguerridos panistas como Perla Woolrich, Gerardo Henestrosa, Carlos Moreno Alcántara y otros más? Nadie sabe. Quizá también consintiendo al morenismo, a sabiendas que al enemigo hay que unírsele si no se le puede combatir. ¿Hay PAN en Oaxaca? La pregunta ni se debería hacer.
